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Una tradición con impacto global

Desposada temprano en la vida

Nujoud Ali a dos años de su divorcio. Contrajo nupcias a los ocho años con su ex-esposo, más de 20 años mayor que ella. La historia de Nujoud causó conmoción en todo Yemén provocando que el parlamento considerara un proyecto de ley sobre la edad mínima para contraer matrimonio. Foto: Stephanie Sinclair

Nujoud Ali a dos años de su divorcio. Contrajo nupcias a los ocho años con su ex-esposo, más de 20 años mayor que ella. La historia de Nujoud causó conmoción en todo Yemén provocando que el parlamento considerara un proyecto de ley sobre la edad mínima para contraer matrimonio. Foto: Stephanie Sinclair

ANGIE PELAYO

Dentro de un grupo de 25 países analizados por el BM y el ICRW al menos una de cada tres mujeres se casa antes de los 18 años y una de cada cinco tiene su primer hijo antes de esa misma edad.

El matrimonio infantil o matrimonio que ocurre antes de los 18 años de edad, ya sea por vía formal o informal (uniones tempranas) representa una grave violación a los derechos humanos de los infantes, lo que pone en peligro su camino de vida de modos diversos.

Pese a que la unión puede llevarse a cabo con menores de cualquier género, las mujeres son las más propensas a vivir esta situación. De acuerdo con el informe Impactos económicos del matrimonio infantil, publicado en junio pasado por el Banco Mundial y el Centro Internacional de Investigaciones sobre Mujeres (ICRW por sus siglas en inglés), cada día más de 41 mil féminas en todo el mundo son desposadas antes de estar preparadas física y emocionalmente para convertirse en esposas y madres, en su mayor parte son apenas unas niñas.

Si bien en los últimos 30 años la prevalencia del matrimonio infantil ha disminuido en muchos países, todavía es considerada como una tradición. Dentro del grupo de 25 países analizados por el BM y el ICRW (la mayoría pertenecientes al continente africano) al menos una de cada tres mujeres se casa antes de los 18 años y una de cada cinco tiene su primer hijo antes de esa misma edad.

Las niñas en esta situación corren graves riesgos de salud, por ser madres a temprana edad y por tener un mayor número de hijos. Además, estas menores tienen mayor probabilidad de experimentar violencia por parte de su pareja, movilidad física restringida y capacidad reducida para tomar decisiones. También suele concretarse en ellas el abandono escolar. La falta de preparación las sitúa en un contexto de pobreza debido a que a lo largo de sus vidas perciben menores ingresos en comparación con las mujeres que se casan con mayor edad. En síntesis, quedan convertidas en víctimas del despojo de derechos básicos a la salud, educación y seguridad.

Tales dinámicas afectan a las menores desposadas, a sus hijos, a sus hogares, comunidades y sociedades; limitan la capacidad para desarrollar su potencial y alcanzar una plenitud social y económica.

La trascendencia de sus resultados, sólo es equiparable a los beneficios estimados de su erradicación. El fin de la unión infantil a nivel global jugaría, según analistas, un papel importante en la reducción de la pobreza y en la promoción del desarrollo financiero al mejorar la salud, aumentar la productividad e incrementar la oportunidad de obtener beneficios del crecimiento de un país como resultado de la disminución de las tasas de natalidad y el cambio en la estructura de edad de la población.

Sin embargo, se ha hecho relativamente poco por evaluar con rigor el impacto económico de este fenómeno en países y sociedades. También ha sido escasa la inversión en programas, políticas y estrategias para prevenir y erradicar esta práctica.

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Foto:Unicef/AFP

ÁMBITOS AFECTADOS

En el estudio desarrollado por el BM y el ICRW se identificaron cinco ámbitos con los principales perjuicios del matrimonio infantil a partir de su injerencia en los indicadores económicos: fertilidad y crecimiento poblacional; salud, nutrición y violencia; nivel educativo; participación en la fuerza laboral, ingresos y productividad, así como toma de decisión.

FERTILIDAD

El matrimonio infantil y las uniones tempranas conllevan un gran impacto sobre el número de hijos que tendrán las mujeres en el transcurso de sus vidas y sobre el crecimiento poblacional. De acuerdo al documento ya referido, en más de 15 países, en términos de fertilidad, casarse a la edad de 13 años aumenta en un 26 por ciento el número de embarazos de una mujer.

En algunas naciones los nacimientos ocurren fuera de una unión formal, pero, en su mayoría, son éstos los promotores del matrimonio infantil ya que de todas las niñas que tienen un bebé antes de los 18 años, el 75 por ciento contrae nupcias.

Poner fin a los desposorios infantiles o uniones tempranas a nivel mundial podría, en el largo plazo, reducir la tasa total de fertilidad en un 11 por ciento.

SALUD

El impacto en esta materia se origina desde la falta de madurez física de las esposas, lo cual aumenta la probabilidad de sufrir complicaciones durante el embarazo y el parto, lo cual supone mayores riesgos de mortalidad y morbilidad maternas. En muchos países, a causa de los alumbramientos precoces, acaban afectados los bebés.

Las enfermedades de transmisión sexual también son frecuentes entre las féminas que contrajeron matrimonio a edad temprana.

Por otra parte, la dinámica de ser una niña o muy joven casada sostiene una relación significativa con la violencia de pareja, una que redunda en varios campos, como el del nivel educativo. Estas afectaciones son más frecuentes en las féminas menores de 15 años.

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Foto:Save the Children

EDUCACIÓN

Existe una estrecha relación entre los lazos matrimoniales tempranos y una formación deficiente. Las niñas-esposas tienen a abandonar la escuela, lo que se traduce como menos años de educación formal. El rezago suele quedarse instalado en ellas porque una vez casadas es extraño que vuelvan a la escuela. Sus circunstancias tienen importantes implicaciones de cara a su posible ingreso en la fuerza laboral formal y en el dinero que pueden ganar una vez que lo hacen.

En cuanto a la descendencia, ser hijo de una madre que se casó antes de los 18 años a menudo aumenta la probabilidad de obtener resultados educativos deficientes debido al impacto educativo de las nupcias tempranas en la figura materna. De ese modo se heredan los efectos nocivos del matrimonio infantil de una generación a otra.

PARTICIPACIÓN LABORAL

El efecto del matrimonio infantil sobre la formación en las aulas se extiende hacia el tipo de trabajo al que acceden las jóvenes casadas así como al monto de sus ingresos.

Se estima que las nupcias precoces llegan a reducir los ingresos de las mujeres en un nueve por ciento. Ponerle fin a la consumación temprana de un compromiso duradero aumentaría los ingresos y la productividad en un 1 por ciento.

La tasa de pobreza para los individuos en hogares donde la mujer se casó a una corta edad se estima en un 41 por ciento. Sin el enlace precoz, la tasa podría reducirse a 32.1 por ciento por factores, como la reducción del tamaño del hogar, que entrañan una mejor capacidad para satisfacer sus necesidades básicas.

TOMA DE DECISIONES

La toma de decisiones también es un ámbito relacionado, así sea de modo indirecto, con las uniones a temprana edad. Las mujeres que quedaron unidas a un cónyuge tienen más posibilidad de caer en el control tanto del marido como de los suegros, lo que constituye límites para su independencia.

Si bien no se encuentra un efecto directo entre las tres cuestiones, el matrimonio infantil y el menor nivel educativo suelen ser asociados con una menor capacidad de las jóvenes esposas para elegir aquello que más les conviene.

Un problema adjunto es el de la desinformación acerca de temas importantes como las enfermedades de transmisión sexual. Otro es el de la inmadurez que portan, la cual va acompañada de un mayor riesgo de que sus hijos reciban malos tratos.

APUESTA

En el BM y el ICRW defienden que una de las mejores formas de evitar las nupcias tempranas es mantener a las niñas en la escuela. Cada año de educación secundaria reduce la posibilidad de contraer matrimonio adolescente en un cinco por ciento o más. En muchas naciones, el fin del matrimonio infantil y la reducción del crecimiento poblacional, representaría para los gobiernos un ahorro del cinco por ciento de su presupuesto en educación para el 2030, lo que contribuiría a alcanzar una de las metas establecidas dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Twitter: @angyepelayo

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