Siglo Nuevo

El año de las 'ómicas'

Pronósticos en 3D del progreso tecnológico

El coche Tesla “ya se conduce solo”, así funciona su piloto automático. Foto: James Tensuan

El coche Tesla “ya se conduce solo”, así funciona su piloto automático. Foto: James Tensuan

REDACCIÓN S. N.

Robots con mayor autonomía y habilidades de estreno; más dispositivos conectados y listos para usarse en empresas, viviendas y espacios públicos; productos más eficientes, ligeros, duraderos y adaptados a los perfiles genéticos de los usuarios, esos son algunos de los desarrollos que se harán efectivos este año.

La inteligencia artificial, con especial énfasis en las áreas de la robótica y los vehículos autónomos, así como las tecnologías 'ómicas' centrarán los avances científicos de 2018.

Ómica es un neologismo extraído del inglés 'omics' y hace referencia a diferentes tipos de estudios en biología molecular. Sus principales líneas de investigación a últimas fechas serían:

La genómica, campo de la genética abocada a desmenuzar desde la función hasta la evolución de la información molecular del ADN. Su implicación en los ámbitos de la salud humana y la producción agrícola ha sido importante.

La proteómica se encarga del estudio de un conjunto de proteínas (llamado protema) expresadas y modificadas por una célula en un momento dado y bajo ciertas condiciones. Su misión es mejorar el conocimiento de las interacciones y de las funciones de esos constituyentes esenciales de las células vivas.

La metabolómica, estudia el perfil de metabolitos (compuestos que participan en las reacciones químicas que tiene lugar a nivel celular) asociados a una muestra biológica. Hoy día ha mostrado utilidad para el estudio de la obesidad.

También existe la transcriptómica, el estudio de cientos de ARNm transcritos al mismo tiempo con el objetivo de descubrir el cuándo, cómo y donde de la expresión de los genes de una línea celular o tejido.

Inteligencia artificial y ómicas darán mucho de que hablar este año, así lo prevén estudios como uno publicado por el Centro Tecnológico de Cataluña (noreste de España) Eurecat.

/media/top5/SNcienciaOmicas.jpg

Grafeno. Foto: Archivo Siglo Nuevo

IA

Robots con mayor autonomía y habilidades de estreno; más dispositivos conectados y listos para usarse en empresas, viviendas y espacios públicos; productos más eficientes, ligeros, duraderos y adaptados a los perfiles genéticos de los usuarios, esos son algunos de los desarrollos que se harán efectivos este año.

La directora científica de Tecnologías Digitales de Eurecat, María Eugenia Fuenmayor, auguró que el nuevo calendario viene marcado, desde el punto de vista tecnológico, por las posibilidades inauguradas gracias a los avances en IA, el auge de la analítica de datos y el aumento de los objetos conectados a Internet.

Otras esferas en las que se esperan llamativos progresos son la robótica colaborativa y el transporte autónomo.

Las nuevas máquinas robóticas, afirman en el Eurecat, serán más inteligentes, más rápidas, y tendrán habilidades que tendrán efectos de consideración en procesos de fabricación y en la vida doméstica, también habrá novedades destacadas en sectores como la agricultura, la medicina y la seguridad.

Sobre los coches que se manejan solos y los drones independientes, según Fuenmayor, "este será el año en que empezaremos a verlos recorrer calles y volar en espacios públicos, ya que se han aprobado y actualizado normativas de uso que lo permitirán".

Las factorías "aumentarán sus capacidades con la robótica colaborativa, los drones irán diversificando sus aplicaciones civiles y la inteligencia artificial cada vez será más accesible en los dispositivos cotidianos gracias al progresivo despliegue del Internet de las Cosas", vaticinó el director científico de Tecnologías Industriales de Eurecat, Ricard Jiménez.

Según este investigador, algunos ejes que impulsarán las tecnologías en 2018 serán "los productos energéticamente más eficientes, más ligeros, más duraderos, más saludables, más inteligentes, más personalizados y más fiables".

La computación cuántica, las interfaces cerebro-ordenador, los robots inteligentes e Internet de las Cosas están, según la evaluación del centro de investigación, en "fase de expectación inicial creciente": el 'deep learning' (conjunto de algoritmos de aprendizaje automático), el 'machine learning' (la creación de sistemas que aprenden automáticamente), el 'blockchain' (bases de datos compartidas) y los vehículos autónomos se sitúan dentro del "pico de máxima expectación".

Las energías renovables y la eficiencia energética están "en ascenso" y materiales como el grafeno empezarán a utilizarse con mayor facilidad a escala industrial mientras que "la computación permitirá saber un poco más sobre el cerebro humano y cómo diagnosticar y tratar enfermedades mentales", pronostica Jiménez.

GRAN EXPECTATIVA

En el ámbito de la biotecnología, será cada vez más relevante la nutrición personalizada, el desarrollo de alimentos pensados para la gente mayor y para la mejora del desarrollo cognitivo, así como la investigación en torno del trinomio microbiota, salud y alimentación.

El director científico de Eurecat, Lluís Arola, destaca que las tecnologías ómicas "ya son una realidad para diseñar productos adaptados a cada perfil genético y a segmentos de población como las personas con problemas de obesidad o con intolerancias o las mujeres en periodo de lactancia y los mayores de 65 años".

Los observatorios de tendencias tecnológicas auguran que para 2030, indica Arola, "será más que probable desarrollar productos de acuerdo con el microbioma de cada persona o poder prescribir dietas basándose en cada perfil de biomarcadores para evitar desarrollar algún tipo de enfermedad".

La globalización y los cambios de hábitos sociales y alimentarios, expone, "provocarán un aumento en la demanda de alimentos personalizados (...), más elaborados, más fáciles de consumir, con valores nutricionales definidos y un mayor contenido de proteínas".

/media/top5/SNcienciaOmicas2.jpg

Una imagen proyectada del investigador Erich Nygaard en Provo, Utah. Foto: AP

IMAGEN

En el plano medioambiental, seguirá el creciente protagonismo de la economía circular, mediante la valorización de residuos industriales y la regeneración de suelos y aguas contaminadas.

En cuanto a nuevos materiales, el investigador del Eurecat José Manuel Prado, puso un par de ejemplos de lo que tendrá este año: la elaboración de polvo metálico esférico que tendrá aplicación en procesos de fabricación tridimensionales y la proyección térmica de materiales para recubrimientos superficiales, un proceso que "puede conseguir superficies óptimas que alarguen enormemente la vida de los componentes", con aplicación en la reparación de piezas para la industria aeronáutica.

Sobre el uso de polvo y procesos 3D ya se ha dado un primer vistazo a lo que viene: emular una de las escenas más importantes del cine, la del robot R2-D2, de La guerra de las galaxias, proyectando en el aire una imagen tridimensional de la princesa Leia.

Esto será posible gracias a la más pequeña de las pantallas: partículas del tamaño de motas de polvo.

Científicos de la Brigham Young University han descubierto cómo manipular esos materiales casi invisibles y usarlos para crear imágenes tridimensionales que superan en realismo y nitidez a los hologramas. Los avances de la investigación fueron publicados en la revista Nature.

La nueva tecnología consiste, según el autor principal del hallazgo, Daniel Smalley, en “imprimir algo en el espacio (y) borrarlo muy rápidamente”.

En este caso, los investigadores crearon una mariposa que parece revolotear sobre un dedo y la imagen de un estudiante que imita a Leia en la escena del filme de George Lucas.

“Es fascinante como lo hacen”, dijo Curtis Broadbent, de la Universidad de Rochester. Él no participó del estudio pero intenta desarrollar una tecnología similar. La admiración es todavía mayor porque, explicó, “Puede haber gente formando un círculo alrededor de la imagen y cada uno lo vería desde su perspectiva. Eso no es posible con un holograma”.

Las motas son controladas con luz láser, explicó Smalley, profesor de ingeniería eléctrica. La idea surgió de una película de ciencia ficción: Iron Man, en particular, del momento en el que Tony Stark se calza un guante holográfico.

Pasar del holograma a esta tecnología, bautizada como llamada visualización volumétrica, es, define el investigador, como pasar de la impresora bidimensional a la tridimensional.

Leer más de Siglo Nuevo

Escrito en:

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Siglo Nuevo

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

El coche Tesla “ya se conduce solo”, así funciona su piloto automático. Foto: James Tensuan

Clasificados

ID: 1435088

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx