Precisiones sobre nota del Simas
En atención a la nota “Simas cobra 25 % de agua”, publicada el lunes 27 de noviembre de 2017, en la portada de la sección Nacional, hago las siguientes precisiones:
En base a la información proporcionada por este Organismo Operador a la reportera, bajo el oficio SIMAS/CI-UT/087/2017 es importante aclarar que la regla bajo la cual ella obtuvo el 25 % que menciona su nota está mal aplicada, ya que no hace referencia a la eficiencia física ni a la comercial, pues la eficiencia física mide la extracción contra la facturación y la comercial, lo facturado entre lo cobrado, y en este caso ella mezcla lo extraído contra lo cobrado, lo que no aplica de acuerdo a los indicadores de la Conagua, del cual anexo copias.
En cuanto a la eficiencia física (volumen facturado a volumen producido), que actualmente tiene el Simas Torreón, es de 47.9 % tal y como lo señala la calificadora Fitch Ratings de la cual anexos copia, donde además menciona que la cobertura de agua potable es de un 99.2 % en la ciudad.
Por otra parte es de resaltar que he declarado en infinidad de ocasiones que uno de los pendientes en el Simas Torreón, es la instalación de más de 100 mil medidores, donde actualmente se cobra en base a estimados y no a consumos reales, los cuales quedaron en proyecto debido a que se le dio prioridad a la perforación de 27 nuevos pozos para abastecer de manera eficiente a la población de Torreón, así como a la reposición de más de 900 colectores sanitarios, además de la reposición de tubería hidráulica en el sector poniente, entre otras acciones.
(Carta resumida).
Lic. Xavier Alain Herrera Arroyo
Gerente general de Simas Torreón
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La educación para el amor
Una finalidad esencial de los padres y profesores es la educación de los hijos alumnos. Además de reflexionar sobre qué es la educación, también hay que averiguar el para qué de esa tarea.
Porque el proceso de la educación es complejo y delicado y requiere un gran derroche de recursos humanos y materiales, para buscar un “más” y un “mejor” en el ser humano, para llegar a ser más libre y más responsable. Pero ¿para qué ser más libre? La respuesta nos la da A. Bengsch diciendo que “el amor es el acto supremo de la libertad”. Así que frente a la libertad de tener, tan fomentada por el consumismo, está la libertad de querer, la libertad para amar.
Sin amor no es posible entender esa realidad compleja de la educación, con el mejor servicio del que educa y la mejor preparación para el servicio durante la vida de quien se educa. La calidad del servicio depende del desarrollo del amor y de la libertad de una persona.
Por otra parte, el amor a los educandos y el amor a Dios suelen ir juntos y se puede servir y amar a los demás por amor a Dios, como afirmaba la madre Teresa de Calcuta. No podemos reducir el amor a un sentimiento vago y mucho menos caer en la frecuente manipulación de esa palabra, con la que se designa la relación sexual y la búsqueda del placer.
Es lógico que se promueva la educación para alcanzar la plenitud del amor, que se inicia en la familia, se prolonga en la escuela y permanece a lo largo de la vida. La educación es un proceso de mejora personal en la libertad, el amor y la fe, que dura toda la vida, para alcanzar la plenitud del amor verdadero.
Arturo Ramo García
Teruel, España
