Los pendientes en Torreón
Las administraciones estatal de Coahuila y municipal de Torreón están llegando a su fin. Oportuno es revisar los pendientes y retos que la ciudad más grande de La Laguna enfrenta como urbe en sí, y como cabeza de toda una región.
Uno de los temas que va ganando espacio en el discurso oficial es el del transporte y la movilidad. En ese sentido, aunque se han invertido recursos para intentar modernizar el servicio en administraciones pasadas, y actualmente se trabaja en un proyecto ambicioso como lo es el Metrobús, el rezago es evidente y hasta ahora no se ha logrado dotar a la ciudad y su área conurbada de un servicio funcional e integral. La misma obra del Metrobús no será concluida antes de que concluya el año, además de que el avance en movilidad alternativa aún es escaso, como lo constatan los espacios reducidos para ciclistas y el creciente deterioro de las banquetas.
El servicio que actualmente está peor calificado es el pavimento. Las abundantes lluvias de los últimos dos años han causado estragos en la ya de por sí deteriorada carpeta asfáltica. Prácticamente hoy es imposible encontrar una vía sin bache o algún otro tipo de deficiencia. La administración que está por terminar prometió en diversas ocasiones llevar a cabo una inversión millonaria que hasta ahora no se ha traducido en realidad. Los próximos gobiernos estatal y municipal tendrán que dar seguimiento al compromiso y trabajar para mejorar la superficie de rodamiento.
Pero antes del pavimento, la ciudad enfrenta otro reto en sus redes hidráulicas, atarjeas y drenaje pluvial. Si bien en el trienio actual se hizo una importante inversión para dotar de pozos de agua potable con mayor capacidad a la ciudad, quedó pendiente la reposición de tuberías, situación que se evidencia en el nivel de desperdicio de agua por fugas que persiste en el municipio. También la sustitución de líneas completas de drenaje es uno de los asuntos a resolver, ya que hay sectores en donde la antigüedad y el deterioro han convertido a los colectores en un riesgo debido a los hundimientos. A la par, es menester trabajar en la solución a los problemas de inundaciones que se registran cada vez que llueve.
Otro asunto que entra en los catalogados como urgentes es el de la coordinación metropolitana. Si en 2013 se abrió una gran oportunidad para que, con el cambio casi simultáneo de autoridades municipales a ambos lados del río Nazas, la misma se fue diluyendo con el paso del tiempo sin medidas sustanciales ni trascendentes. Es de vital importancia para la ciudad y toda la zona metropolitana que el futuro alcalde busque esa coordinación con sus homólogos de Gómez Palacio, Lerdo y Matamoros para dar coherencia legal al desarrollo regional.
Y este punto abarca también la planeación, un política gubernamental que se ha ido relegando y que ha cobrado caras facturas. Desde hace lustros la ciudad ha crecido sin orden y sin considerar las recomendaciones de la ONU en materia de calidad de vida y prosperidad urbana. Consecuencia de ello son el déficit de áreas verdes, la deficiencia y encarecimiento de servicios en nuevas colonias y la lumpenización y marginación de sectores populares.
Por último, si bien en materia de seguridad y desarrollo económico se han tenido avances en comparación con administraciones anteriores, el reto de las nuevas autoridades, tanto estatales como municipales, estará en la consolidación de un esquema policial eficiente y confiable, en el primer caso, y en propiciar las condiciones para el desarrollo de inversiones privadas que generen mayor derrama económica y mejores salarios, en el segundo.
