La gloriosa ‘Venus’
Hablar de nuestra secundaria y preparatoria Venustiano Carranza, que cumplen 75 años de su fundación, es un orgullo para quienes hemos pasado por esa institución. Tengo muchos gratos recuerdos cuando estaba en frente del bosque.
Quiero mencionar a los maestros que nos daban ejemplo de cátedra y sin interés alguno, solo su intensión y su trabajo y su nobleza, como no recordar a los profesores, el Doctor Ramírez Mijares, al Lic. Solís Amaro, a la profesora De la Rosa, a la profesora Arechiga, a Antonio Niño, a Daniel Villavicencio, Fuentes Pérez, al magister, al Lic. Castañeda, a los hermanos Cueto, a los Espino y por supuesto al inminente Carlos Campos, fallecido a muy temprana edad, y sin dejar de valorar a Wenceslao Rodríguez, fundador de dicha escuela
Recuerdo que en el año de 1966, al tener 11 años, ingrese a secundaria con el temor de que me pelaran a ‘rape’, lo que no sucedió toda vez que, por mi escasa edad y por mi pelo corto. Pase desapercibido y para el año siguiente lograr un objetivo de pelar varias cabezas pero sin mala fe, esto por ser una tradición.
Inexplicablemente el día 22 de octubre, (día del estudiante) la gente, comercios y demás nos tenían “miedo” pero nuestra intención no era la de delinquir sino que, pasar un rato agradable por festejar ese día, cerraban los comercios, pero cabe declarar, que durante el festejo intervenían personas ajenas a la institución que aprovechaban para saquear comercios.
Teníamos prioridad y potencia ante las autoridades, en virtud de que cuando nos imponían tanto a la ciudadanía, como al estudiantado, la regla era secuestrar a camiones y patrullas y de esa forma paralizar la ciudad, esto en beneficio tanto nuestro, así como de la ciudadanía y al fin de cuentas las autoridades cedían ante nuestros objetivos, esto era otra época.
Por la escuela pasaron innumerables alumnos muchos en la actualidad profesionistas y políticos que en alguna forma figuran o figuraron, por mencionar Alfonso Delgado, María Elena Rebollo, Guadalupe Ramírez, El Rufus, El Bogar, La Liebre, los hermanos Herrera Sterling, los Fuente Pérez, las hermanas Cueto, los Ortiz Solís, Norma Rojas, Carlos García Carrillo, los hermanos Robles, el Doctor Estrada Quezada, los hermanos Betancourt, Isidro Villegas, Carlos Tovalin, los Carrillo Lucero, etc., y miles más.
Imposible olvidarnos del “Chamuicero” quien era parte integrante en el reflejo del alumnado, toda vez que tenía un negocio muy productivo que era el de vender y comprar libros robados, no sin antes de mencionar al “Serna”, el taquero preferido por vender tacos dorados de canasta y por supuesto el estanquillo del señor Peña, el de las “constes”, pan francés con repollo, esto tres personajes invadían en nuestra vida cotidiana.
Esplendoroso el 11 de enero de 1968, cuando nevó en esta ciudad, me acuerdo que las clases en el horario vespertino eran de las 2:00 p.m. a las 6:45 p.m., y que ese día no tuvimos la última clase, por que amenazaba nevar, cosa que así sucedió aproximadamente a las 18 horas y que al acudir al bosque y al ver en el la nieve resultó una cosa impresionante a mis escaso 14 años.
El último año de la ‘Venus’ en el bosque, fue en 1971. En ese entonces el presidente de la sociedad de alumnos era Oscar Daccoret, y el director el Lic. Oranday Galindo, ambos enemigos acérrimos
Resulta que un día antes de los exámenes finales varios de los de la sociedad de alumnos adeptos a Oscar Daccoret, tomamos la escuela, esto contra del director Oraday. Resulta que a muy temprana hora todo el alumnado al presentarse a la escuela a fin de presentar exámenes se topó con que la escuela estaba tomada y cerrada, por lo que, a esa hora llegó el canasto del pan por supuesto para los “constes” y la conclusión fue de que los de afuera a los de adentro nos desalojaron a ‘panazos’ pero la intención se cumplió y se suspendieron los exámenes, no sin antes señalar a todos y cada unos de los revoltosos, que andaba perdiendo el año.
Para terminar en la fiesta y en la vida diaria nos jactábamos de decir que éramos de la ‘Venus’ y la gente nos tenía respeto, tiempos que jamás volverán.
Gerardo Rimada Salazar
Torreón, Coahuila.
