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Rumbo al Palacio Rosa

No lo dude usted. Si esperaba que el TEPJF avalara la resolución del INE, en lo referente a la impugnación de las elecciones para gobernador en Coahuila, tal vez nos quedemos esperando, pues los magistrados del Tribunal electoral del Poder Judicial de la Federación están considerando revocar el dictamen de fiscalización del INE. Aparentemente el TEPJF desconoce el acuerdo del INE de sumarle a Riquelme los pagos a Facebook, con lo que dejaría el porcentaje de gastos en el límite favorable al candidato priista. Tal información que se ha publicado en este prestigioso diario al respecto, deja entrever que la balanza de la justicia electoral se inclinará hacia la ratificación de Miguel Riquelme, gobernador electo; y se pase por alto la causal principal en que se basa la impugnación: el rebase en los topes de campaña.

Tal decisión, en un ambiente preelectoral, entraña una gran responsabilidad de los magistrados, pues de no respetar las reglas electorales, por más evidencias que se hayan presentado de la violación de una de ellas, implicará la pérdida de confianza en el sistema electoral, y vendrá a generar y/o afianzar en los ciudadanos la percepción de que las elecciones son sólo un juego mediático en el que la voluntad de los votantes no importa, y que los candidatos pueden hacer con las reglas del juego lo que les venga en gana.

Nadie duda del dilema que enfrenta el TEPJF, pues las elecciones para gobernador en Coahuila han puesto en aprietos, primero al INE y después a esa máxima autoridad en materia electoral; mas, si se procediese conforme las normas y lineamientos de la propia ley electoral, no estarían en tal encrucijada, pues de uno y del otro lado de la impugnación se aportan pruebas que investiga y valora la Comisión de Fiscalización del INE, antes de dar una resolución sobre el caso.

La papa caliente está desde hace tiempo en manos del TEPJF, pero tal parece que está dejado que se enfríe; que se calmen los ánimos de los contendientes, que al pueblo de Coahuila se le olvide la afrenta que sufrió en las llamadas elecciones de Estado, en las que el todavía actual gobernador anduvo muy movido con la policía Fuerza Coahuila, para trasladar las urnas, ya que Coahuila fue la única entidad donde no hubo presencia del INE ni del ejército.

Irregularidades en las elecciones hubo muchas, pero la impugnación sólo se centró en el rebase de los gastos de campaña, y según parece, el TEPJF hará lo que tiene qué hacer, no en base a la ley electoral, ignorando la resolución del INE, sino de acuerdo a presiones e intereses políticos.

Si así llegase a suceder, Riquelme tendrá “legitimidad” como gobernador, y las elecciones de 2018 un menoscabo en la confianza y credibilidad en las autoridades electorales, con la consecuente reacción de apatía del ciudadano que se ha sentido engañado. Con la pérdida de confianza, también se pierde la esperanza de avanzar por el camino de la democracia, el ideal de toda nación que aspira al progreso y desarrollo en un marco de derecho.

Héctor García Pérez

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