Dignidad. Uno de los objetivos es garantizar la dignidad humana de quienes sufren un accidente grave o enfermedad terminal.
El siglo de torreón
El Congreso del Estado de Durango revisa la iniciativa para legislar sobre la Voluntad Anticipada, lo que permitiría decidir a los habitantes de la entidad ser o no conectados a sistemas de soporte artificial en caso de sufrir un accidente o alguna enfermedad terminal.
El diputado local, Maximiliano Silerio Díaz presentó la propuesta y según indicó, se tiene un avance considerable en la socialización de la misma, de ahí que existe la posibilidad de que entre en vigor a partir del próximo año.
Aclaró que es un tema muy distinto al de la eutanasia, y que en este caso se brinda la posibilidad de que las personas, en pleno uso de sus facultades y derechos, decidan previamente de la misma forma en que lo hacen cuando optan por donar sus órganos.
Actualmente los médicos no tienen opción, por lo que si una persona llega a un hospital en estado de coma o con muerte cerebral, debe ser conectada a un ventilador artificial porque así lo obliga la ley.
Sin embargo, hay quienes pueden pasar años postrados y conectados a un respirador, lo cual también representa un problema económico para las familias, al tener que solventar los gastos que esto les genera cuando la mayoría de las veces el paciente ya no tiene posibilidades de sobrevivir.
"Es un caso en millones el de personas que han regresado de un estado de coma", refirió Silerio Díaz.
Destacó que la intención de esta propuesta es garantizar la dignidad humana para quienes lleguen a enfrentar una situación de este tipo, de manera que su término de vida será lo que la naturaleza indique y tanto médicos como familiares tendrían que apegarse a la decisión anticipada.
Actualmente, 20 estados del país aplican el criterio de la Voluntad Anticipada y Durango es uno de los 12 que carecen del mismo.
El diputado local indicó que como parte de la socialización de la iniciativa, ya se presentó una fundamentación teológica y médica a las iglesias católica y cristianas; también se ha recurrido ante los colegios de tanatólogos, notarios públicos y enfermeros, entre otros sectores involucrados en el tema de la muerte.
El siglo de torreòn
