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'Ejote' Piña: lagunero que soñó en grande

El matamorense y su odisea a las Ligas Mayores

Horacio viste el jersey y gorra de los Rieleros de Aguascalientes, con quienes lanzó juego perfecto. (Fotografía de Armando Salazar)

Horacio viste el jersey y gorra de los Rieleros de Aguascalientes, con quienes lanzó juego perfecto. (Fotografía de Armando Salazar)

LAURO DOMÍNGUEZ

"En ocasiones vengo y me siento por un buen rato a contemplar tanto reconocimiento, miro hacia todos lados muy sorprendido de lo logrado y me pellizco para comprobar que no estoy soñando" ésas son la palabras de un jugador de la talla de Horacio Piña, quien a base de esfuerzo y perseverancia hoy mira absorto y nostálgico su sala de trofeos para recordar viejas andanzas y logros.

Horacio Piña charló sobre cómo ha sido su vida, llena de triunfos en lo personal y en el beisbol y de bajas pero que con esfuerzo y apoyo supera poco a poco, "me le pegué como piojo al beisbol, intenté jugar futbol, basquetbol, pero a lo que le atiné fue al beisbol y como nunca me gustó la escuela, el deporte se convirtió en prioridad para mí" narra el "Ejote" Piña.

Nacido un 12 de marzo de 1945, fue el comienzo de lo que se convertiría en una de las más grandes leyendas laguneras de todos los tiempos, quién a pesar de los altibajos de todo inicio, nunca se dio por vencido.

"Fue gracias al señor Ernesto Adame que yo me inicié en este deporte, jugando para el equipo de Franklin en Gómez Palacio y ya más tarde llegó la invitación de Nazario Moreno para jugar con el equipo de Puebla, yo siempre pensé que era una broma y que me estaban echando mentiras, pero no todo era cierto y me invitaron a formar el equipo con los poblanos, pero terminaron mandándome a la sucursal de ellos en Zacatecas, siendo "Chanquilón" Díaz mi primer mánager como profesional, y así me la llevé por un par de años, y al ver que no me daban oportunidad deserté y me vine a jugar con Monclova en la Liga Norte, aquí la paga era mejor, pero para finales del año 1966 vino "Chito" García a buscarme porque habían mexicanizado el equipo poblano y como yo pertenecía a ellos me llevó, y se repitió lo mismo solo entrenaba y no jugaba, hasta que en un juego doble ante los Tigres me tocó ser el abridor y en siete entradas no permití carrera alguna y ganamos 1-0".

Tal y como "Chito" García le pidió que regresara a Puebla, fue él mismo quien le dio la gran noticia de que jugaría en Grandes Ligas con Indios de Cleveland, pensó que se trataba de una broma, "agarra tus cosas que te vas a los Estados Unidos".

"Fue después de dos meses en la sucursal de Triple A que fui llamado al primer equipo y allí me enteré lo de los cinco años, que era un programa de que si durabas determinado tiempo te jubilaban y fue que de allí me agarré y en base a disciplina me logré mantener".

CAMPEÓN EN GRANDES LIGAS

"Para ese año, yo me fui a jugar a los Atléticos de Oakland y fui usado gran parte como relevista, y ya en la Serie Mundial ante los Mets de Nueva York le pedí al coach que me diera oportunidad de al menos lanzar un inning, a lo que me respondió que claro que jugaría ya que sería parte del bullpen, y finalmente en siete juegos logramos ser campeones y yo me convertí en el primer mexicano en ganar una Serie Mundial, algo inigualable, jugar en las mayores es un sueño, pero disputar una Serie Mundial y ser campeón es algo inigualable", algo que le dio fama y popularidad en todo México ya que fue un año brillante para el de Matamoros con 9 triunfos por 3 derrotas y logrando 16 salvamentos.

Años más adelante retornaría al beisbol mexicano, pero esta vez ya como un consagrado de la Gran Carpa, y a su regreso él quería jugar con Unión Laguna, pero no le quisieron pagar lo que pedía y hubo un equipo que sin dudarlo le cumplió sus peticiones y con el cual hizo una gran historia; Rieleros de Aguascalientes, "a Laguna yo le pedía un carro del año y eso, Garibay no me lo quiso dar, por lo que al ser agente libre yo podía negociar con cualquiera y fue así que llego Aguascalientes y allí me consagré, en el 78 llegó una de mis mejores campañas con 16 triunfos y con aquel inolvidable juego perfecto ante Diablos Rojos del México lo cual hoy en día aún me vale el cariño y aplausos de la fanaticada hidrocálida".

SACRIFICIOS DEL BEISBOL

Si bien todo trabajador se pierde momentos importantes en la vida de su familia, la vida familiar de un pelotero suele ser aún más complicada, ya que ven muy poco a sus seres queridos y en la vida del "Ejote" Piña no fue la excepción, "el que sería el segundo de mis hijos nunca lo pude conocer, ya que yo jugaba para los Senadores de Washington y me perdí su nacimiento, pero peor aún fue que quince días después me informan de su fallecimiento, así que nunca lo conocí y ni siquiera en su funeral pude estar presente, algo que siempre me cuesta mucho creer".

Un inicio con incertidumbre en el beisbol, un brazo que lo llevo a probar suerte en los Estados Unidos, una disciplina constante que los mantuvo por nueve años en el mejor beisbol del mundo, un regreso triunfal a México que le permitió conquistar un título de campeón y un juego perfecto, toda una vida llena de esfuerzo, de perseverancia y dedicación, es así que todos estos factores forjaron la gran leyenda del orgullo de Matamoros, Coahuila, Horacio Piña García.

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JUEGOS

Contabilizó Horacio Piña durante su periodo de servicio en Grandes Ligas.

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