2018
El año en que los Mexicanos, de ninguna manera, escaparemos de ser testigos y presenciar las más enconadas batallas y espectáculos relacionados con la dirección política de nuestro país.
Ya, desde ahora, empiezan a desfilar en pantallas televisivas, entrevistas radiales y redes sociales; imágenes de rostros conocidos de políticos enarbolando sus banderas redentoras. Unos, saltando, como ranas asustadas, buscando el mejor postor. Otros, arrimándose a los comentaristas politólogos en turno o a la sombra de diarios de opinión, buscando ser favorecidos mostrando sus mejores poses y sonrisas; así como sus ya conocidas y repetidas retoricas con las que han fastidiado y adormecido al país. Algunos de esos políticos presenciarán, el espectáculo del siglo, en butacas penitenciaras y cinco o más huyendo de la justicia. En éste esperado 2018 se apuntan, los llamados independientes que dependiendo de su carisma les podrá ir sorpresivamente bien o cuando menos dividirán votos.Y, de quién se espera una buena pelea al exterior, éstos, no se ponen de acuerdo con sus manager y patrocinadores en turno; se siguen auto-destruyéndose con sus infantilísmos egocéntricos aplicándose el mejor bullying de moda. De lo que menos imaginábamos, en éstos escenarios, es la creación de los frentes que como mosqueteros esgrimirán sus espadas: uno para todos y todos contra uno.
Lo más lamentable y con indignante asombro, veremos cómo, de las sombras y profundidades de la cobardía, aparecerán, los sin rostro, aquellos inventores de la denigración, la mentira, la calumnia, los creadores de paraísos fiscales, departamentos, cuentas bancarias, amantes, enriquecimientos ilícitos, los golpes bajos, que sin el más mínimo pudor podrían lapidar a lo más sagrado de su familia.
2018, el espectáculo del siglo por el que se pagarán millones por seguir humillando y ofendiendo las esperanzas de todo un país, en que sus lamentos, tarde que temprano, se convertirán en lo inesperado.
Fernando Mendoza Castañeda
Zapopan, Jal.
Un bordo más
¿Por qué todos los laguneros queremos dejar nuestra huella en la ciudad y buscamos a como dé lugar poner un bordo o tope vial? ¿Ha mejorado la circulación o realmente impide el fluído del tránsito?
Y eso no es lo peor, lo más grave es que uno con la mano en la cintura puede levantar los que necesite, al cabo es tu propiedad y la seguridad de los tuyos.
No hay una planeación ni una educación vial, debido en gran medida por el desorden a nivel municipal y estatal.
Debería de haber un reglamento que nos permita a los ciudadanos, de ser necesario, pedir autorización para que podamos mejorar los tiempos y la circulación .
Ojalá que quienes tienen la brillante idea de poner un tope, avisen antes de que ocurra un accidente, y la autoridad funcione para mejorar nuestro entorno.
Santiago Pineda
Torreón, Coah
