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Psiquiatría/ RELACIÓN CONYUGAL

El Dr. Fernando Villa Hernández (Psiquiatra)

RELACIÓN CONYUGAL

La estabilidad de la familia y las posibilidades de sano desarrollo de los hijos depende importantemente del éxito en la relación conyugal, como signo de los tiempos se observa que la relación está siendo sometida a presiones que amenazan con debilitarla, distorsionarla o disolverla, el tener una idea realista del origen de los problemas es más importante que las buenas intenciones o las equivocadas valoraciones morales que se hacen de los cónyuges para defender el sano funcionamiento familiar.

Los instintos son en buena parte la base donde se sustentan las emociones, pensamiento y actitudes humanas, el matrimonio además de ser un convenio legal y un compromiso social tiene raíces en el instinto sexual, en la necesidad de sentirse acompañado, de proteger y ser protegido, el raciocinio permite que se pueda conocer y entender a la pareja e hijos pues sin esto se persiguen objetivos equivocados con técnicas erróneas y por supuesto con malos resultados.

La relación matrimonial tiene obstáculos importantes para que pueda funcionar adecuadamente, la relación humana en general necesita de un estado emocional sano, inteligencia y conciencia de lo que somos y lo que son los demás, la gran diversidad de personalidades, habilidades y limitaciones hacen del humano el ser más variable de los organismos desarrollados, algunas de las diferencias importantes son emotivas, grado de expresividad emocional (mujer más expresiva), prudencia o no en las relaciones sociales, necesidad sexual, tolerancia a la frustración o a la ansiedad, nivel natural de inteligencia, capacidad de memoria, tendencia a hablar mucho o poco (el sexo femenino es más expresiva verbalmente), pensamiento descriptivo o concluyente ( el hombre concluye más, la mujer analiza con mayor frecuencia), atención tubular o panorámica (la mujer mantiene una atención más amplia), motricidad fina (la mujer es más precisa en el movimiento), necesidad de proteger o ser protegido, tendencia a la agresividad (más evidente el hombre), rechazo natural de la mujer a la brusquedad y agresividad, diferentes concepciones de belleza, etc.., todo lo anterior debe ser entendido como manifestaciones sanas con predominio de género pero no exclusivas, al agregársele distorsiones afectivas y alteraciones mentales las diferencias se hacen más grandes así como los riesgos de mayores problemas.

Cuando comienza el matrimonio la relación sexual y la vida de adulto puede ser una experiencia estimulante y agradable, se comienza el verdadero conocimiento de la pareja tanto física como psicológicamente, las diferentes formas de sentir y pensar se hacen más claras, la sensualidad es superada por la sensación de sentirse acompañado y el placer de proteger y ser protegido (dos aspectos del amor) formándose la base de una relación placentera y duradera neutralizando el efecto diluyente de las diferencias y del natural instinto de independencia y territoriedad, cuando no existe una personalidad sana las diferencias y el deseo de poder convierten la relación en un fracaso, con falta de intimidad física intelectual y emocional, desconfianza, ansiedad, depresión e ira, las conveniencias económicas y culturales pueden hacer que el matrimonio continué en apariencia pero en un ambiente enfermizo e inadecuado para todos.

Cuando la relación conyugal no funciona las diferencias son consideradas defectos y dan motivo a que la mujer reclame que es poco escuchada, tratada con brusquedad, poco atendida, acusa al esposo de torpe (torpeza física natural del hombre), de no participar en las labores del hogar, torpe para encontrar las cosas (atención tubular masculina), etc., el hombre reclama que ella habla mucho, expresa emociones en forma excesiva, reacciona exageradamente al olvido de fechas “significativas”, que exige demasiado dinero, que se arregla demasiado despertando celos, depende demasiado a su familia de origen (instinto territorial masculino), son algunos pero importantes ejemplos de cómo se manifiesta el desamor en la pareja, tanto el hombre como mujer generalmente desconocen que estas diferencias dentro de cierto rango son sanos y no defectos, que el amor, conocimiento y raciocinio las minimiza permitiendo una relación intima, intensa y satisfactoria.

Es común que el conocernos y conocer a los demás no forme parte fundamental de nuestra educación e incluso que nos den conceptos equivocados, la familia y sociedad generalmente tienen modelos de lo que es considerado valioso y moralmente aceptado, en el hogar y escuela se atacan a los que no se acercan lo suficiente a estos ideales de personas, los padres y maestros debieran tener una información básica de lo que es la psicología humana y los cambios que se producen con la edad y circunstancias, la ignorancia como en todo aumenta las posibilidades de posturas destructivas aunque sean bien intencionadas o se digan que lo son, sucede que el conocimiento no modifica emociones y actitudes, este saber es entonces inútil, lo deseable es que el conocimiento modifique profundamente nuestras emociones y conductas.

Las diferencias de género son motivo de controversias, muchas han de ser tomadas en cuenta cuando intentamos entender cómo funciona la relación conyugal entre dos personas con diferentes programas genéticos, se suman múltiples factores como el cultural, social y económico, el resultado es que dos seres atraídas sexualmente pero diferentes deciden compartir la vida y procrear hijos, los resultados son impredecibles.

Las mujer rural debía de tolerar mal trato y tener una existencia dolorosa con pocas opciones, actualmente se separan pero viven en una soledad angustiante y con la responsabilidad de los hijos, el hombre de campo comienza su vida marital en forma autoritaria y con despego hacia la esposa e hijos, con el tiempo sufre el rechazo de todos viviendo al final en un abandono triste y angustiante (encuentro del estudio de Erich Fromm en “socio psicoanálisis del campesino mexicano”).

En el medio urbano participan muchos más factores en el éxito o fracaso de la relación, el factor económico es más importante, la educación formal influye, la capacidad intelectual de los cónyuges favorece o estorba la buena relación, la mayor independencia sirve para no mantener una relación dolorosa pero también relaja la unión favoreciendo la ruptura, es posible que el hogar se trasforme en una lucha por el poder, el amor se suple por la competencia y se vive en una soledad que no hace feliz, la clase obrera gana para sobrevivir y en su entorno existe una abundancia exasperante a la que no pueden acceder, la mujer es más aceptada que el hombre en las fábricas debido a la mayor perseverancia, obediencia y calma de carácter, el hombre vive humillado por no ser el proveedor, la esposa exige en forma natural y está motivada en sus expectativas en forma artificial, las peleas y agresiones mutuas hacen de la familia un ambiente maligno y la relación conyugal en algo doloroso y frustrante que daña profundamente el desarrollo de los hijos.

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