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LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA

JUAN RECAREDO

Los apelativos problemáticos

El tema de los apelativos curiosos es interminable. A cada momento nos encontramos con nombres, apellidos y combinaciones de ambos que nos sorprenden y nos hacen reír e imaginar: ¿qué hubiera sucedido con mi vida si yo me apellidara por ejemplo Cabeza de Vaca? ¿Cómo podría haberle hecho cuando era niño para soportar las burlas de mis compañeros de escuela? ¿Cómo fue que adoptó o por qué le enchalecaron ese apelativo al famoso explorador y conquistador español Don Alvar Cabeza de Vaca?

La única explicación que me parece posible es que un apellido como éste ha de ser de origen toponímico, es decir, que se tomó de un lugar geográfico. Antiguamente, era muy frecuente que un señor adoptara como apellido el nombre o alguna característica del lugar en que vivía. Así surgen apellidos como de la Peña, Roca, del Bosque o del Monte.

Si los antepasados de Don Alvar vivían cerca de un lugar donde había un cerro que parecía una cabeza de vaca, pues inocentemente adoptaron ese apellido sin pensar en todas las complicaciones que pudieran haber causado a sus descendientes.

En muchas ocasiones, la combinación curiosa es una locura de los padres de la criatura que tomaron el hecho como si fuera una diversión: Es el caso que dicen le ocurrió a un muchacho cuyo padre se apellidaba Martín y su mamá también. No eran parientes, pero tocó por casualidad que se casaron un hombre y una mujer con el mismo apellido; eso ocurre con cierta frecuencia. Pero luego, al tener un hijo, a los padres se les ocurrió bautizarlo con el nombre de Martín. Entonces, el chamaco se llamaba (o se llama, si aún anda por ahí) Martín Martín Martín.

Más casual que este muchacho que era como un Martín al cubo, es el de una mujer que se llamaba Ramona, porque el apellido del padre era Ponte, mientras que el de la madre era Alegre. Entonces la pobre chica, cuando le pedían sus datos personales, tenía que pasar por la vergüenza de decir: "Soy Ramona Ponte Alegre, para servir a usted…", y si me lo dijera a mí, seguramente no podría aguantar la risa, pero para la chica no dejaba de ser un problema serio.

Caso parecido al de "Martín al cubo" es el del tipo que nació con el apellido Franco y lo bautizaron con ese mismo nombre, así que firmaba sus cheques con toda franqueza como Franco Franco. Pero "pior" (pior es más que peor), "pior" está el cuate que se apellidaba Coronel y sus "jefes" se hicieron los chistosos poniéndole por nombre Teniente. Cuando llena un papel con sus datos, alguien puede pensar que puso su grado militar, pero le faltó el nombre. "Le suplicamos poner en la solicitud su nombre y apellido, pues solamente escribió Teniente Coronel, pero no dice cómo se llama…" (por si acaso, aclaro que lo de que "pior es más que peor" es una broma, no se lo vaya a tomar alguien en serio).

Hay muchos otros nombres curiosos que encontramos en algún escrito donde el autor jura y perjura que son absolutamente verídicos: Marcos Cuadros de Madera, Emiliano Salido del Pozo, Margarita Flores del Campo y Román Calavera Calva. Había también una señora de alta sociedad cuyo nombre era Mercedes Ben de Carrera y otra que tenía la osadía de llamarse Lucha Guerra de Paz. Ahora sí que, como decía aquél, ¡Apa nombrecitos!

ESCRÍBALE A JUAN

RECAREDO:

PREGUNTA DEL PÚBLICO:

Tobías Oliver. ¿Existe alguna diferencia entre inhabilitar y deshabilitar?

RESPUESTA:

Inhabilitar es declarar a alguien no apto para desempeñar ciertos puestos o para ejercer determinados derechos. El verbo deshabilitar no existe.

Reflexión de despedida: El idioma del corazón es universal. Sólo se necesita sensibilidad para entenderle. ¿Cómo dijo? LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA.

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