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ENRIQUE IRAZOQUI

Oh sorpresa, luego de una reunión a puerta cerrada entre el director de la Comisión Nacional del Agua en La Laguna, Ricardo Álvarez y el secretario general del Gobierno del Estado de Coahuila, el segundo raudo y veloz informa a la comunidad que nuevamente correrá agua por el lecho seco del río Nazas, anunciando una sexta avenida desde que se terminó la construcción de la presa controladora Francisco Zarco "Las Tórtolas" en 1968.

En este contexto, los técnicos de la Conagua decidieron guardar silencio ante el anuncio realizado por un político local, en un tema por demás conocido que es de competencia federal. Primer extrañamiento por la medida de liberación del líquido.

Producto de tal sorpresa, es evidente que sea menester conocer la cantidad de agua que en este momento se encuentra tras la cortina de la presa almacenadora Lázaro Cárdenas, popularmente conocida como El Palmito, ubicada en el municipio de Indé, Durango, a una distancia por carretera de alrededor de 200 kilómetros de la Comarca Lagunera. Esta presa, inaugurada en el sexenio de Manuel Ávila Camacho (1940-1946) ha sido desde hace décadas la responsable de la determinación de cada uno de los ciclos agrícolas de agua rodada en la región, con el significado social, económico y hasta ecológico que ello significa. La presa cuando fue inaugurada se declaró que tenía un volumen de almacenamiento de 4 mil millones de metros cúbicos (si uno visita la obra está la placa alusiva).

La controladora de Las Tórtolas fue construida con la intención de contener aquel caudal que escurría por la cuenca media del Nazas y como éste está situado aguas debajo de la cortina de El Palmito; simplemente era imposible aprovechar esos volúmenes, además de dar un margen de control extra del afluente del Padre Nazas en casi su totalidad. Cuando su inauguración donde también se develó una placa, aparece que la presa situada entre los municipios de Lerdo y Cuencamé, Durango, podría contener hasta 440 millones de metros cúbicos.

Hace algunos años, la Conagua decidió reducir la capacidad de almacenamiento de estas presas. A la Lázaro Cárdenas la redujo en su capacidad de Nivel de Almacenamiento Máximos Ordinarios (NAMO) de 3 mil millones a 2,958 millones (una variación mínima) en tanto su Nivel de Almacenamiento de Aguas Extraordinarias (NAME) de 5,000 millones (esto ocurriría en el remoto caso de que la presa se llenase a tal nivel que aun con las cortinas radiales instaladas en su vertedor de demasías estuviesen levantadas a su máxima capacidad liberando al río 2,700 metros por segundo) a 4,278 millones.

A la Zarco la Conagua le creó su NAMO a 309 millones y su NAME a 383 millones, reduciéndole una capacidad de almacenamiento de casi 60 millones de un plumazo, un 15 % de su capacidad.

Con esa lluvia de números es entonces pertinente tratar de hacer un cálculo simple.

Hoy la presa El Palmito tiene alrededor de 2,200 millones de metros cúbicos tras sus cortinas, está a cerca de 800 millones de metros cúbicos de su NAMO. Con 800 millones se puede llevar aunque rabón, un ciclo agrícola completo en La Laguna, para dar un orden de magnitud.

Las Tórtolas tiene un volumen de alrededor de 250 millones (antes de que se abrieran sus compuertas días atrás) está a 133 millones de su NAME oficial.

Es claro entonces que se está lejos todavía de siquiera acercarse a los niveles NAMO de las presas laguneras, pero a don Víctor Zamora (y obvio a su jefe) se le ocurrió que es pertinente sacar agua a destiempo por miedo, y el gerente regional de Conagua Ricardo Álvarez, parece estar pintado en la pared.

Al menos Conagua cambió de parecer de esta liberación de agua de 50 metros cúbicos por segundo que está ocurriendo y que correrá por el sistema de canales que serán aprovechados por los agricultores para sembrar avenas o regar huertas a costo barato. También qué bueno que se estén haciendo trabajos para reforzar bordos en la parte baja del Nazas, en los municipios de Francisco I. Madero y San Pedro para evitar posibles desbordamientos como los del año pasado, en el torpe desfogue que Conagua le dio a la Zarco cuando liberó hasta 650 metros cúbicos por segundo al lecho del Nazas, pero a todas luces, es una torpe decisión sacar agua en método preventivo cuando aunque si bien hay pronósticos de lluvia y por lo tanto de captación, las presas todavía tienen una considerable capacidad de captación.

Es lo malo pues que en estos temas, políticos se impongan sobre los técnicos sobre la toma de decisiones, aunque el gerente regional de Conagua, el contador público Ricardo Álvarez no es precisamente un técnico en la materia, confirmando lo grave que es que la política se imponga sobre la técnica.

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