Extorsionan a choferes
Soy usuario frecuente de las dos líneas de autobuses que cubren las rutas de Gómez Palacio a Torreón y de Torreón a Lerdo, y acostumbro ocupar los asientos delanteros, lo cual me da la oportunidad de atestiguar las extorsiones que padecen los choferes a manos de los patrulleros de Tránsito y Transporte de Torreón, como sucedió el viernes a las 13.30 horas en el bulevar Constitución, entre las calles Rodríguez y Cepeda, con un calor de 39 grados de intensidad.
El autobús número 86 de Transportes del Nazas, se detuvo súbitamente a media cuadra, el chofer cogió unas monedas del casillero, bajó y regresó al poco rato. Le pregunté el motivo y entre resignado y molesto me dijo que le había entregado cuarenta pesos a los patrulleros como “mordida” para que le perdonaran una supuesta infracción: llevar las puertas abiertas. –Las abrí porque aquí adentro es insoportable el calor, explicó a manera de justificación.
Lamentablemente no pude levantar datos sobre la patrulla “mordelona” porque cuando el chofer descendió, no me levanté para saber qué estaba pasando, sin embargo le pregunté y confirmó el acto de corrupción por parte de los agentes de Tránsito y Transportes, con un agregado: –Parece que se mimetizan en el asfalto porque de pronto aparecen delante del camión y nos obligan a frenar. Como ya sabemos de qué se trata, preparamos los cuarenta pesos de la “mordida” y los ponemos en manos de los patrulleros. Éstos nunca se bajan del vehículo y sentados cómodamente reciben el dinero. Nos siguen a diario y por cualquier motivo nos detienen: llevar las puertas abiertas o recoger pasajeros a mitad de la cuadra o fuera de las terminales autorizadas como sucedió con usted hace rato.
En efecto, como ya no pude cruzar la calle para llegar a la parada oficial hice la señal desde la esquina opuesta para abordar el autobús de los directos a Lerdo y luego de la confesión del conductor, me sentí culpable por violar las reglas, aunque a mí no me extorsionaron. En un principio sentí que debía colaborar con veinte pesos para ayudar a cubrir el gasto extraordinario pero luego recapacité: -los choferes deben ser más cuidadosos y no dar motivo para que los extorsionen.
En otras ocasiones ya había reparado en la intercepción de las patrullas para forzar a los operadores a cubrir la “cuota de paso”, pero en ningún momento intervine para no agravar la situación como sería la de que los agentes hicieran la infracción ofendidos por haber sido descubiertos.
Hasta ahora me animo a denunciarlas con la esperanza de que los alcaldes y comandantes se enteren –aunque sé muy bien que ya lo saben- de los abusos de sus subordinados y les apliquen los frenos.
Gracias por sus atenciones. Atentamente:
Higinio Esparza Ramírez,
Gómez Palacio, Durango.
