Columnas Social

LAS PALABRAS TIENEN

Juan Recaredo

La chiripioca y otros síncopes

Recuerdo aquella genial serie de televisión que hacía Héctor Suárez que era una comiquísima, pero a la vez severísima crítica social, en donde a veces el actor aparecía vestido de Doña Zolia, una mujer horrible de aspecto y además, una loca histérica que, cuando la contrariaban, amenazaba con que: "Creo que me va a dar el tramafat. ¿O era el tramafax o tramafaz? Nunca lo supimos.

Lo que si entendíamos era que el tramafaz (o como se llame) era una especie de telele, un desmayo o un ataque que le podría causar terribles convulsiones y que podía traer horrorosas e insospechadas consecuencias a quien lo sufriera.

Un telele, dije. Pues sí. El telele es una palabra hasta cierto punto onomatopéyica porque suena a que la persona que lo tiene se estremece y tiembla y que te hace ver como si estuvieras bailando alguno de esos ritmos de moda.

El nombre del telele me recuerda a una clase que llevábamos en la edad universitaria que se llamaba así, pero no porque nos metiéramos a estudiar las causas de una enfermedad convulsiva. Para nosotros, telele era en realidad T.L.L., la abreviatura de Taller de Lecturas Literarias, una clase donde se nos aproximaba a los grandes escritores y literatos.

La chiripioca - no chiripiorca, como algunos la llaman - es fruto del ingenio de Roberto Gómez Bolaños "Chespirito" y se presenta no como un ataque de convulsiones, sino como una especie de calistenia, una serie de movimientos extraños que le atacan al personaje sin previo aviso y que lo hacen verse muy chistoso.

El telele está en el diccionario y también el soponcio, aunque los académicos "se sacan la barra" diciendo que son palabras de origen incierto y de uso coloquial y luego los definen como un desmayo o como un patatús y tales definiciones como que no te sacan de mucho apuro, porque uno sigue con la incertidumbre.

¿Qué es un telele? Pues es un soponcio. ¿Pero qué es un soponcio? Pues un soponcio es un patatús. Entonces, empieza uno a desesperarse. ¿Y qué diablos es un patatús? Pues un desmayo, o sea, un soponcio, algo así como un telele y así seguimos como en el cuento de nunca acabar. De pronto, alguien nos sale con que soponcio, telele y patatús es algo así como un supiritaco y sigue enredándose el asunto.

No nos queda entonces más remedio que buscar términos más técnicos y nos encontramos con el vocablo alferecía, que es una enfermedad parecida a la epilepsia, enfermedad que se caracteriza por convulsiones y pérdida del conocimiento.El nombre científico que encontramos en relación con este tipo de ataques es lipotimia, una palabra de raíz griega que se refiere a una pérdida repentina y pasajera del sentido.

Y aquí le cortamos al tema antes de que nos vaya a dar el tramafax, o soponcio o como se diga.

ESCRÍBALE A JUAN RECAREDO: [email protected].

PREGUNTA DEL PÚBLICO:

Héctor Soto Gutiérrez: "Lo que le hizo el viento a Juárez". ¿Por qué usa esta expresión la gente? ¿Qué le hizo en realidad el viento a Juarez o porqué recurre la gente a esta expresión? Soy de León, Gto.

RESPUESTA:

Supongamos que había un monumento a Don Benito Juárez... el viento soplaba y el monumento seguía como si nada. ¿Qué le hizo el viento a Juárez? Nada.

Reflexión queja para terminar: Si las leyes pudieran hablar, lo primero que harían sería quejarse de los abogados. ¿Cómo dijo? LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA.

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