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LOS SUPUESTOS DEL MODELO ALGO NO FUNCIONA, ¿QUÉ SERÁ?

DANIEL GONZÁLEZ TORRES

Es una gran incógnita para un servidor y me gustaría que me ayudara descífrarla. ¿Qué pasa en la economía si lo que necesitábamos era empleo y ya hay? ¿Por qué 'este coche no termina de arrancar?

¿Por qué a pesar de recibir un salario, al final de la semana literalmente 'no hay dinero' para nada?

Pero estoy trabajando en algunas pistas, que nos ayudarán a usted como lector y a un servidor como académico a entender lo que pasa en la economía...

El control de la inflación a través de las tasas de interés comienza ya a cobrar factura al sector empresarial mexicano y esto se traducirá tarde o temprano en un mayor índice de morosidad de las empresas y de las familias.

De acuerdo a cifras de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) la tasa de interés de la cartera en empresas llegó al 8.92 por ciento cuando en todo 2015 y gran parte de 2016 se mantuvo en el rango del 6.5 por ciento, es decir, se habla de un encarecimiento de los créditos empresariales que se debe principalmente a que fueron contratados mediante un crédito variable y es consecuencia de la modificación de la tasa de interés de referencia del Banco de México que pasó del 3.75 por ciento hasta llegar al 6.75 por ciento

Esto se traduce en que para el sector empresarial mexicano ir a pedir dinero a una institución bancaria para comprar maquinaria, ampliar la planta o desarrollar algún otro proyecto será más costoso que en años anteriores, lo que implicará que la dinámica empresarial disminuya y afecte el crecimiento económico del país.

Por su parte, las calificadoras de riesgo reiteran que las tasas de interés que pagan las empresas son consecuencia del incremento de la tasa de interés impulsadas por el Banco Central. Esto ya comienza a ser un factor importante para presionar en los costos empresariales.

Desde otra perspectiva BBVA Bancomer presenta información respecto al primer trimestre de 2017 que ya nos habla de una desaceleración en el consumo, donde las empresas y familias que habían sido el principal motor de la economía al menos en dos últimos años ya presentan una menor dinámica a partir del inicio de 2017 debido a la reducción del poder de compra de los salarios generado por el repunte de los precios.

Mientras que la inflación llegó en abril a 5.8 por ciento -que por cierto es de casi el doble de la registrada en 2016- y de acuerdo con la información de Banco de México (Banxico) las remuneraciones económicas a los trabajadores aumentaron sólo en 4.9 por ciento anual en el mismo mes lo que ocasionó que el poder adquisitivo de los asegurados al IMSS en términos reales cayera uno por ciento. Esto, representa la peor caída del poder adquisitivo de los trabajadores desde la crisis de 2009.

Ahí es donde podemos medir el efecto en el bolsillo de la población, mientras se busca dar certeza al tipo de cambio y que el ajuste en las tasas de interés que brinde estabilidad al sector financiero, en las empresas y familias se da un impacto en gasolinazos, incrementos de luz, transporte, artículos de primera necesidad, etc. lo que deterioran el poder adquisitivo de las familias, de hecho este indicador se encuentra en su peor nivel desde abril de 2010.

Pero también se prevé que los salarios reales continúen deteriorándose en lo que resta de 2017 debido a que la inflación seguirá siendo un factor presente en la economía mexicana, como consecuencia del incremento en las importaciones, la variación de tipo de cambio y la incertidumbre económica respecto de las decisiones de política comercial tomadas por Estados Unidos.

Si bien es cierto, que el actual sexenio señala la creación de dos millones 700 mil empleos, según cifras del Seguro Social, éstos sólo representan el 42.8 por ciento del total de empleos generados en el país, mientras que el 57.2 por ciento restante se genera en el economía informal (27 millones 900 mil). Esto nos lleva a decir que seis de cada diez mexicanos laboran en la economía subterránea.

En términos salariales podemos destacar además que sólo dos millones 700 mil trabajadores aproximadamente reciben ingresos superiores a los 12 mil pesos o más de salario mensual, es decir, sólo el 5.2 por ciento del país.

Cuando un sistema económico formal no da cabida al 60 por ciento de sus trabajadores, cuando a una gran proporción de estos trabajadores su ingreso ni siquiera le permite rebasar la línea de bienestar y cuando ese mismo sistema no crea las condiciones para que a la gran mayoría al menos le alcanza para satisfacer sus necesidades básicas, algo no está funcionando bien en esa economía. ¿Qué será?

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