HACE un año los Pericos de Puebla lograron apenas su segundo campeonato de Liga Mexicana cuando le ganaron la serie final a los Toros de Tijuana en seis juegos, llegando la coronación en un juego celebrado en la casa de los astados. Ahora se ha repetido la serie este principio de semana pero jugándose en Puebla y ha llegado la venganza de los Toros al ganar el primer juego en 10 entradas y luego dar una tremenda paliza de 15-0 en el segundo para zarandear al pitcher australiano Travis Blackey que fue el gran héroe en la coronación de los Pericos en el 2016.
Pero los pitchers de tiempo completo, los que lanzan en verano y en invierno, están más expuestos a lesiones que los serpentineros de Ligas Mayores que descansan por lo menos cuatro meses. Travis Blackey lanzó en la Liga del Pacífico y no fue el mismo brazo invencible de la pasada final. Su mal inicio en esta campaña ha prendido los focos rojos en el alto mando poblano que han visto como su público no respondió a esta serie tan atractiva al tener una asistencia de sólo dos mil aficionados en cada partido.
Para este fin de semana los Pericos van a recibir a los Diablos Rojos en una serie ya tradicional y que debe levantar nuevamente el entusiasmo entre los aficionados de la Angelópolis que no vieron con buenos ojos naturalmente aquel cambio masivo de jugadores del equipo campeón con destino a Monclova y con la tarea de darle a los Acereros el primer campeonato de su historia. Indudablemente el novel dueño de tanto Pericos como Acereros no tuvo el tacto aconsejable para manejar esta situación y le pegó fuerte a los aficionados poblanos la caravana que organizó con destino a Monclova y en la que también estaba incluido inicialmente César Tapia, el jugador Más Valioso de la Liga Mexicana 2016 y campeón bateador. Tapia indicó que sus deseos eran los de continuar en Puebla y cancelaron su viaje al norte. Incluso en invierno y al no tener buenas actuaciones con Culiacán se regresó a Puebla para tratar de ayudar al Pericos a ganar el campeonato de la Liga Invernal Mexicana ganada finalmente por los Diablos en una final que duró cinco juegos.
Y si al principio de semana se repitió la serie que fue por la corona en la pasada Liga Mexicana el fin de semana verán en la misma ciudad de Puebla la que fue final en la pelota de invierno. Y ya veremos si para entonces está de regreso el entusiasmo por el rey de los deportes en una ciudad poblana que en un tiempo, cuando se jugaba en el Estadio Zaragoza, fue la Meca de nuestro beisbol profesional como parte de la Liga Invernal Veracruzana con entradones de más de 20,000 aficionados. En 1960 regresaron a Liga Mexicana en lugar de Nuevo Laredo y en la inauguración de la temporada de 1966 con Beto Ávila de mánager hubo un lleno como nunca en la historia del beisbol mexicano con más de 30,000 espectadores y con varios de ellos encontrando acomodo en el terreno de faul. El retorno del gran Beto Ávila a Puebla provocó ese entradón histórico.
