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El mundo de Colmenero

Vidas de Sol

GABRIEL ACOSTA

Guillermo Colmenero entiende la escultura más como una forma de diversión que como un trabajo; dice que para él todos los días son como si fueran sábado. Su pasado está en Chihuahua y su presente en La Laguna, donde se ha consolidado como uno de los artistas más importantes en la región. A sus 42 años de edad su trabajo va desde crear fachadas de casinos en Las Vegas, exportar sus piezas a distintas partes del mundo y realizar estatuas de personajes célebres como Don Elías Murra Marcos y Jared Borgetti.

Los inicios de Guillermo en el arte comenzaron desde que era un niño, al descubrir que tenía habilidad para hacer creaciones con plastilina y con el barro. Durante la adolescencia empezó a realizar tallos en madera lo que despertó más su interés por desarrollar su parte artística.

Guillermo se considera a sí mismo como un autodidacta, aunque terminando la preparatoria emigró a Estados Unidos para estudiar diseño y dibujo en la Universidad de Stanford en Palo Alto, California. Ahí desarrolló su potencial como escultor hasta el punto de participar en exposiciones por toda la región del oeste de aquel país.

“Allá fui a algunas exposiciones que organizaba el departamento de arte de la universidad y me despertó el interés por empezar a hacer obra mía. En ese tiempo trabajaba papel maché y me invitaron a un festival latinoamericano. Participé, hubo mucha gente que se interesó en mi trabajo y empecé a vender”.

Qué bonito es Chihuahua

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Colmenero nació en Camargo, Chihuahua pero pasó toda su juventud en el municipio de Bachiniva. Parte de su éxito como escultor se debe a que sus padres siempre lo apoyaron en sus deseos de dedicarse al arte. “Mi mamá siempre me apoyó abiertamente y decía que su hijo iba a ser escultor. Mi papá era más reservado pero también me apoyaba, me hacía muchas herramientas y me apoyaba con materiales. Nunca me aplastó el sueño”.

Guillermo vivió por temporadas en algunas ciudades de Estados Unidos y en la Ciudad de México. A Torreón llegó tras una invitación de su hermana, casada con un lagunero. “Me dijo que me quedara acá, que la ciudad estaba bien padre. Para esas fechas abrieron la Casa del Artista; hablé con el licenciado Pedro Martín Bringas y me ofreció un espacio para trabajar. En ese entonces mi tirada era irme más al sur del país”.

La decisión de radicar en Torreón fue acertada para Guillermo ya que comenzó a exponer su obra con más frecuencia, además que en cuanto a su vida personal conoció a una chica lagunera que terminó siendo su esposa y madre de sus hijos. “Como dicen: el que toma agua de La Laguna, en La Laguna se queda”, bromea al recordar que siguió los pasos de su hermana.

Escultor

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Guillermo aplaude para controlar a sus tres perros, quienes comenzaron a correr en el taller durante la entrevista; dos de ellos son rescatados por él. Por las mañanas suele llevarlos de paseo al lecho del río Nazas y aprovecha ese momento para inspirarse en nueva obra.

Por fuera, Colmenero tiene el temple que necesita un escultor. Tiene una apariencia imponente, pero es dueño de una serenidad que parece estar alimentada por tantos años en el oficio. A pesar del reconocimiento de la comunidad artística, está consciente que su trabajo no es sencillo y de vez en cuando se cuestiona su labor.

“Hasta el día de hoy sigo teniendo dificultades para ser escultor. Es una carrera que demanda mucho tiempo. Tienes que ser el creador, promotor y vendedor de la obra. Si no tienes obra, no puedes vender y si no vendes no puedes crear más obra. De repente hay momentos donde está cañón y me preguntó por qué no fui doctor o vendedor de bienes raíces”, bromea.

Guillermo trabaja con materiales como resinas poliéster, plastilina, bronce, aunque dice que su fuerte es la madera. Las piezas que realiza son parte de una temática específica y continúa creando hasta agotar el tema. Disfruta de transformar una pieza a mitad de su ejecución.

“Me gusta todo el proceso, desde el nacimiento de una serie y los bocetos. A veces no los hago y me brinco directamente a una pieza. No lo tengo todo terminado en la mente. Las esculturas de madera llevan un comienzo y de repente puedo cambiar la idea a media pieza. Todo eso es divertido”.

Jared Borgetti

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Una de sus obras más reconocidas es la escultura de Jared Borgetti que se encuentra en el Territorio Santos Modelo, la cual considera un reto importante por lo que representa el exfutbolista para los laguneros.

“Fue un reto hacer esa obra por lo que significa para los laguneros el futbol, por lo que representa Jared Borgetti y la fotografía histórica del gol que le dio el primer título a Santos. Tenía la presión de hacer algo lo mejor que podía”.

Para hacer el rostro de Jared, Guillermo tuvo que estudiar fotografías de 1996 —año del campeonato— y mezclarlas con imágenes del año en que se retiró como profesional. Hizo experimentos donde invitaba a desconocidos a su taller para reconocer la escultura. “Les preguntaba que quién era. Si me contestaban que Jared entonces iba por buen camino”.

Estilo

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Las piezas de Colmenero son llamativas en primera instancia debido a la rudeza que aparentan. En su taller lucen calaveras alrededor de la pared, bustos no terminados y animales con cámaras en lugar de cabezas, inspiradas en la idea de estar vigilándolo todo tomada de la novela 1984 de George Orwell.

Guillermo no es como algunos artistas que reflejan su ego y vanidad en sus obras. Sabe del talento que posee pero es exigente en los detalles de sus piezas. Dice no ser apegado a sus esculturas y no tener una favorita, de ahí su necesidad de seguir creando y perfeccionando su técnica como artista.

"Últimamente me he hecho más duro en mi crítica. Una de mis ventajas es que soy rápido en hacer una obra. La contraparte es que a veces se me puede escapar alguna cosa en los pequeños detalles. Es la parte que estoy cuidando mucho".

Algunas de sus piezas se encuentran esparcidas por algunos bares y casas de la Comarca Lagunera. Guillermo prefiere ignorarlas y concentrarse mejor en su nueva obra. "De repente veo mi obra y digo: órale, ésa se ve padre, pero por lo regular le veo todos los defectos y detalles que le pude haber cambiado. En tu carrera siempre vas mejorando, la obra de hace tres o cuatro años no le llega a los talones a la nueva".

Esto es vida

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Una de las cosas que más disfruta Guillermo de vida es la posibilidad que le da su trabajo de ser dueño de su propio tiempo y así alternarlo con su parte familiar. Al preguntarle sobre cuál es la mejor parte de su día confiesa que es cuando le da de desayunar a su hijo Jerónimo.

"Cuando está relajado el día me hago un cafecito cuando me levanto. Alisto a mi chavo para llevarlo al colegio, lo cambio, le doy de desayunar y lo dejo en la escuela. De regreso agarro a mis otros hijos (los perros) y me voy al lecho del río Nazas. Luego los dejo en la casa o me los traigo al taller. Aquí en la chamba a veces es contestar mensajes o contactar clientes. Me pongo a trabajar todo el día, a veces salgo a comer, a veces se me olvida. Luego me voy a casa a relevar a mi esposa con el niño. Nos ponemos a leer, a ver una caricatura, cenamos y se acabó el día".

La Laguna

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Consolidado como uno de los escultores más representativos de la región y con experiencia en distintas partes del país, Guillermo dice que el panorama artística en La Laguna cada vez ha ido creciendo y que le gusta trabajar en la ciudad.

"A mí me gusta Torreón porque el clima, aunque es caluroso, se presta para trabajar todo el año. Puedes trabajar con mucho calor pero con frío está cañón. Lo primero que pienso de La Laguna es el desierto, los cerros pelones entre comillas. Me gusta. Me encanta el mezquite, me encanta el desierto, está interesante".

"La queja de la gente aquí es que dicen que no hay cultura, pero sí hay. Las personas no conocen los museos ni la historia de la ciudad. Sí hay cultura pero no la buscan. Obviamente falta más. Los primeros recursos que recorta el Gobierno siempre son Educación y Cultura. Faltan personajes con poder en relaciones públicas que pudieran proponer a las empresas que cierto porcentaje de sus ganancias anuales se fuera hacia el arte. Que patrocinen a los artistas".

Como consejo a los futuros artistas, Guillermo recomienda siempre cuestionarse a sí mismos si es el camino que quieren elegir.

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"Es una carrera difícil. Hay que cuestionarse si es lo que quieren ya que la profesión requiere una corteza muy pesada en ti. Va a haber golpes y rechazos tras rechazos. Te van a cerrar cien puertas y de esas cien tal vez se abran diez".

Guillermo dice que la clave del éxito en su carrera es ser tenaz y el no haberse rendido ante las dificultades de su trabajo. "La clave estuvo en ser tenaz, en ser movido, en no apagarse. Perseguir los clientes y cuando vienen, atraparlos".

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Guillermo Colmenero, escultor. (FOTOGRAFÍAS: MICHEL MORÁN)

Guillermo Colmenero, escultor. (FOTOGRAFÍAS: MICHEL MORÁN)

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