De irredentos a redentores
En la raquítica historia de los Irredentos y Redentores del manejo político quiero iniciar saludando a mis compañeros que siempre han tenido un oído atento y respetuoso en momentos en que los deslindes cambios de ropajes también chapulinasos se han puesto de modo y moda en la intelectualidad progresista de Coahuila. Aún con la delirante creencia de la alternancia en los municipios y en el estado de Coahuila sigue teniendo identidad propia esa larga herida llamada política electoral.
Los Coahuilenses debemos poner atención al hecho de que tal vez nuestra existencia debió ubicarse entonces en el inframundo y que la democracia sería así una especie de reversa de la expulsión de los ángeles rebeldes que desafiaron al Emperador Solón coahuilense.
Los Demonios (independientes), los que se reincorporan al mundo de arriba de los de arriba de la única forma en que es posible readmitirlos es decir rendidos y sumisos o sea redimidos. La historia de nuestro dolor puede ser vista al menos de dos maneras distintas y contrapuestas una como la de la redención la otra como la de la rebeldía y el nuevo y reiterado desafío para el pueblo coahuilense.
Con sus políticas sus opresiones sus historias vergonzantes sus sumisiones y en esta historia la de los grandes medios masivos de comunicación los destellos que se remarcan que simulan perdón y aceptación que debajo de esas fábulas de éxito bonanza y terror estén historias reales de robo fraudes despojo explotación represión y discriminación es algo que puede ser pasado por alto Después de todo alcanzar el perdón exige sacrificios.
Pero hay algo más en esta historia de perdón y exoneración el cobro de una deuda cuya recaudación el saqueo de los dineros de los Coahuilenses incluyendo el aniquilamiento y que sigue hasta nuestros días bajo las banderas de la democracia representativa nos jodieron y nos joden.
Pero toda redención necesita, además del pecador exiliado un redentor el que haya simulado antes ropajes laicos y ahora descaradas manifestaciones religiosas no quiere decir que el redentor al que nos referimos sea necesariamente cristiano católico apostólico y romano, mucha tela de donde cortar el puesto de redentor tampoco tiene mucho qué ver con los principios la ética la honestidad y todas esas cosas extrañas absurdas y sobre todo fuera de moda.
Entonces ¿en dónde se gesta y forma en la actualidad moderna el redentor? ¿cuál es el vientre que lo pare lo cría lo forma lo educa y al repudiarlo luego les damos motivos para gastarse un dineral. La respuesta correcta es en los medios masivos de comunicación oh más mejor en el mundo que crean los medios masivos de comunicación.
Por lo tanto, el problema del Poder y del gobierno no es si se accede a ellos por la vía electoral o con quien se disputa su titularidad sino cómo será esa hegemonía y esa homogeneización. Respetuosamente.
Alberto Lara Noriega
Coahuilense nacido y criado en La Comarca Lagunera.
