Durango

Mercados populares, condenados a morir

Autoservicios y tiendas de conveniencia dieron el tiro de gracia a cientos de comerciantes

En el segundo pasillo del mercado ?San José? cuelga una manta anunciando la ?Frutería Jáquez?, pero en el local no hay mercancía, porque quien lo rentó solamente duró ocho días; el negocio no funcionó y su dueño se fue.

Pero como este local hay otros 25, sin uso en este lugar, porque de un total de 33 puestos solamente ocho están funcionando con altibajos, porque unos días les va bien otro no, y así la van pasando.

Los propios comerciantes son quienes reconocen que el concepto de mercado, en el que se encontraba de todo, principalmente frutas y verduras, se está perdiendo porque la gente ya no acude a estos lugares, y optan por las grandes tiendas de autoservicio y en las de conveniencia que funcionan las 24 horas del día.

El mercado ?San José? es de propiedad municipal, pero no es el único en crisis. El Mercado del Barrio de Analco, construido en 1989, y la Plaza Comercial La Vendimia, en el fraccionamiento Fidel Velázquez, también construido para esas mismas fechas, este último de propiedad privada.

Estos mercados tienen otra cosa en común: la falta de un adecuado mantenimiento, porque sufren de fugas de agua, drenajes tapados, goteras, deterioro de techos y paredes, falta de pintura, etc.

Los pocos comerciantes que quedan observan que hay poca clientela, y que la gente acude, por ejemplo, en el caso del mercado San José y de Analco, solamente por los puestos de gorditas, principalmente.

Mercado de San José

Hace 17 años, el Ayuntamiento que presidía el alcalde Emilio Gutiérrez Valles remodeló el edificio en donde antes había unos lavaderos públicos en la calle Gómez Palacio, casi esquina con Apartado (ahora Miguel de Cervantes Saavedra) para convertirlo en mercado que bautizaron con el nombre de San José.

?La verdad es que este lugar nunca funcionó?, afirma el cerrajero Marco Antonio Soto de la Cruz, con 12 años. Inclusive, él se salió del local que está en el primer pasillo y se instaló antes de la entrada del mercado, en un puesto metálico, para que lo vieran, dice, y que las personas se acuerden que necesitan una copia de alguna llave.

Recuerda que solamente duró un mes dentro, después salió y así han pasado los años, y como sobrevive económicamente, a pesar que dejó de utilizar el local de 2.5 por 2.5 metros por el que paga 60 pesos mensuales de renta, como sus otros siete compañeros del mercado.

Coincide con él Gabriela Huerta Ortega de que falta una estacionamiento y labores de mantenimiento al edificio. Actualmente, dicen, está tapado el drenaje y desde hace ocho días se reportó al Sistema Descentralizado de Agua Potable y Alcantarillado una fuga del vital líquido.

Soto de la Cruz afirma que por la calle Gómez Palacio circulan los vehículos muy rápido, y es muy difícil que las personas logren estacionarse, porque no hay lugar. ?Por eso me tuve que salir, porque si no me ven, ni cuenta se dan de que hago llaves?, explica.

Afuera del mercado existe la placa de cuando se pusieron en funcionamiento las atarjeas o lavaderos públicos en junio de 1951. Posteriormente el edificio se remodeló para dar paso al mercado.

La placa reza lo siguiente: ?Siendo gobernador del Estado de Durango el C. Lic. José Ramírez Gamero se construyó por el H. Ayuntamiento 86-89, este mercado como respuesta a una demanda popular. Durango. Dgo., noviembre de 1987?.

Pero quienes rentan los locales, creyendo que sí es redituable, duran muy poco. Inclusive los sobrevivientes recuerdan que al inicio estuvieron comerciantes que ahora están reubicados en el ex Cuartel Juárez, pero que mejor se fueron porque no entraba gente, y no les convino.

De la Frutería Jáquez que duró solamente una semana, hace unos pocos días se instaló dentro un puesto de mariscos, pero nadie sabe si va a durar.

En este mercado lo único que funciona de los 33 puestos es un local de jugos, dos de gorditas, un plomero, uno de donas, otro de juguetería, el de pesca y camarón y el cerrajero.

Las ?gorditas? son las que más atraen a los compradores, que sólo acuden por sus pedidos. La fábrica de donitas se mantiene porque prácticamente funciona como un centro de distribución del producto; la señora de los jugos subsiste porque quien no quiere un refresco de los puestos de las gorditas pide un jugo; el cerrajero está afuera para que lo vean.

Mercado del Barrio de Analco

Las hileras de las cortinas metálicas cerradas reinan en los pasillos del mercado del Barrio de Analco, construido también en el Gobierno de José Ramírez Gamero. El panorama es sobrio, y el silencio reinante solamente es interrumpido de vez en cuando por los pocos clientes que acuden a los aproximadamente diez puestos abiertos, principalmente en las inmediaciones de la entrada.

En agosto de 1989, se puso en funcionamiento, evento que recuerda muy bien Luis Sáenz Soto. ?Trajeron a los tianguistas y en ese día lograron vender cinco locales, pero después se fueron, porque no entra la gente?.

En total hay tres hileras de 24 locales cada uno; al fondo hay locales para bodegas y a los lados más puestos, sumando alrededor de 80 espacios. Lo mismo que pasó en el mercado San José ocurrió aquí. No funcionó comercialmente el lugar; inclusive, quienes compraron un local actualmente ven cómo la falta de mantenimiento general deteriora poco a poco el edificio, con goteras y humedad en techos y paredes.

Sáenz Soto, quien es dueño de una carnicería ?La Tosca I?, señala que actualmente no se localiza por ningún lado al administrador; inclusive, no saben quién es; y que si alguien quiere realizar algún movimiento, presentar alguna petición, no sabe a dónde ir ni con quién acudir porque no atiende nadie.

En este mercado los puestos ?ancla?, si así se les puede llamar, igualmente son una sucursal de un negocio de gorditas. Hay otra carnicería, una miscelánea y otros locales como un negocio de arreglo de regalos.

Igualmente, los comerciantes señalan que Analco es un barrio viejo, con grandes casas antiguas en su mayoría desocupadas, por lo que es poco el potencial comercial, aparte de que no hay un estacionamiento, que es otro de los atractivos que faltan para hacerlo más accesible.

Además de la falta de mantenimiento del edificio, también sufren la invasión de los pocos lugares para estacionamiento, porque hasta ese lugar se estacionan trabajadores del Gobierno del Estado, que dejan sus vehículos todo el día, por lo que en ocasiones no hay lugar para carga y descarga de mercancía.

Otro ejemplo de una inversión particular que también fracaso lo constituye la Plaza Comercial la Vendimia, que generó una gran expectativa por el potencial comercial que presentan las miles de familias de los fraccionamiento alrededor de la Ciudad Industrial.

A simple vista pueden observarse que son contados los locales que están en funcionamiento, porque el resto definitivamente dejó de abrir, por la falta de clientela.

Los mercados municipales que hay en Durango son el Francisco Gómez Palacio, San José, Independencia y Canelas, que generan ingresos por conceptos de productos (renta) por más de 800 mil pesos al año.

De acuerdo con la información contenida en la Cuenta Pública Bimestral Julio-Agosto 2004, para este año se presupuestó un ingreso por 856 mil 137.89 pesos, de los cuales en los primeros ocho meses del año se han recaudado 525 mil 309 pesos, que representa un 61 por ciento de la meta anual.

En forma individual, el mercado Gómez Palacio es el más importante, por el número de locales en renta, debido a que representa el 95 por ciento de los ingresos que se obtiene de los mercados. Para este año se proyectó una recaudación de 818 mil 544 pesos, de los cuales el avance es de 499 mil 440 pesos, según el informe de la Dirección Municipal de Finanzas y Administración, al mes de agosto pasado.

Le sigue en importancia el mercado Independencia con ingresos por 30 mil pesos, y en tercer lugar el mercado San José con siete mil 271 pesos.

4 mercados municipales hay en Durango

80% de locales desocupados en los mercados de la ciudad

Comercio/ abandono de locales comerciales

Fracaso

En la ciudad de Durango existen cuatro mercados municipales que están en crisis por la falta de clientela.

Mercados:

Gómez Palacio.

Independencia.

San José.

Canelas.

FUENTE: Investigación de El Siglo de Durango.

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