Abordar todos los temas de la agenda nacional y lo que preocupa a los mexicanos, durante un programa de entrevista de una hora y media de duración, es muy difícil, sino es que imposible. Más aún cuando se trata de una charla entre seis interlocutores, un moderador y el Presidente de México.
No obstante, las "Conversaciones a Fondo" auspiciadas por el Fondo de Cultura Económica en el marco de su 80 aniversario y transmitidas el martes por cadena nacional, cumplen aunque sea tímidamente y en un primer esbozo, con el objetivo de comunicar lo que hace el Gobierno, sus planes futuros y lo que preocupa e interesa al Ejecutivo de cara a los siguientes años.
Sería muy positivo que Enrique Peña Nieto aprovechara las bondades de los medios electrónicos y se diera a la tarea, con cierta regularidad, de sentarse con periodistas de todas las ideologías, afines o no a su administración, para escuchar de buena lid y en el marco del respeto mutuo -que no sumisión- entre entrevistado y entrevistador, todo aquello que interesa a los mexicanos y sobre lo cual se precisan respuestas claras, directas y esclarecedoras.
Ya están en línea para consulta de los lectores que así lo deseen, las Conversaciones a Fondo moderadas por el director del FCE, José Carreño Carlón, personaje de amplia trayectoria tanto en el gobierno, la academia y los medios de comunicación.
En ellas se aborda primordialmente, la puesta en marcha del paquete de reformas promulgadas por el Congreso y enviadas desde Los Pinos, y las consideraciones del presidente Peña Nieto sobre el país que nos depara el futuro inmediato y a mediano plazo.
Según la visión del mandatario, el haber aprobado las reformas traerá beneficios directos a los ciudadanos que no sólo se verán reflejados en el bolsillo de quienes más tienen como tradicionalmente ocurre, sino en el ingreso per cápita nacional. Así, en el tenor de lo que según él no se había hecho desde 1997 y que ahora ocurre gracias a la disposición de todas las fuerzas políticas del país, es como dejaremos atrás el rezago que aflige a la nación "debido a las más de dos décadas básicamente perdidas", aludiendo a lo dicho por el mandatario durante el programa.
De que ocurra exactamente lo que vaticina el presidente falta por ver, pero no podemos negar que el afán reformista de los últimos tiempos, supone un primer gran paso.
De ello y algunas otras cosas, conversaron con Peña los periodistas Denise Maerker, Lily Téllez, Pablo Hiriart, Pascal Beltrán del Río, Ciro Gómez Leyva y León Krauze. Rigorosos, preparados e incisivos algunos de ellos, otros cayeron en lugares comunes, complacencias y el respeto que infunde la investidura presidencial, y que algunos colegas confunden con servilismo o sumisión.
Sin embargo, el ejercicio del martes fue plausible, arroja un buen saldo, invita a la reflexión, y a que se realicen otros similares.
No es ahora lo que haga o deje de hacer Enrique Peña Nieto, ni que tire rollos o que creamos o no en sus afirmaciones. Sentarse a una entrevista, hacerlo regularmente y contestar preguntas difíciles, termina con el modelo de comunicación unilateral donde el presidente se confronta solo a su verdad y a lo que quiere oír, a su monólogo y a la apreciación de que todo marcha bien.
Ese modelo, rebasado y anticuado a mi juicio, ni es bueno para el mandatario en turno ni para los ciudadanos.
Sin ir a fondo o ahondar en dijo o no el presidente -es prerrogativa de cada quien creer y evaluar el desempeño de Peña Nieto- para sorpresa de quienes afirman que se trata de un político de teleprompter al que le cuesta trabajo improvisar e hilvanar ideas propias, el saldo de las "Conversaciones a Fondo" es el de un presidente que se manejó bien, que cree en lo que está haciendo y supo defender sus ideas por más locas o sensatas que sean.
Ojalá y tenga éxito implementándolas. Ojalá.
Nos leemos en Twitter, sin lugar a dudas: @patoloquasto
