@@CLIMA@@

Ven

César Garza

“El vértigo significa que la profundidad que se abre ante nosotros nos atrae, nos seduce, despierta en nosotros el deseo de caer, del cual nos defendemos espantados.”

Milán Kundera

 

Para Jorge Ruiz Brito…

 

 

Todo hombre en algún momento de su vida se siente nada menos que atrapado.

Tratas de recordar como es que llegaste a este momento, venías tan bien, en la retaguardia, siguiendo al grupo, te preparaste, entrenaste para esto, claro que en lugares menos altos, hasta hace unas horas caminabas confiado siguiendo a todos, la vereda se fue estrechando poco a poco, de manera imperceptible hasta que fue demasiado tarde, al menos para ti, la pared de roca se eleva a tu derecha mientras a la izquierda se expande un abismo.

Por eso estás aquí, te repites, para vivir estos paisajes, sentirlos, respirarlos, caminarlos. Te interesan las experiencias, es tan amplio el espectro que sabes que no te alcanzará esta vida ni algunas otras para abarcarlo, ninguna tecnología, por inmersiva que sea te acercaría a esto. Estás cansado, tu ropa se pega al cuerpo, y tú, simplemente, te has inmovilizado, tratas de calmarte, recuerdas las sesiones con tu terapeuta, respira, lo escuchas, tranquilo, te dice, te duelen las piernas, experimentas unas exponenciales ganas de orinar, no es el estado físico lo que te tiene atrapado, el miedo ha tomado el control, ¿cuántas veces lo ha hecho en tu vida?, piensas, siempre has terminado irremediablemente jodido, recuerdas, si no te sobrepones es lo que te va a pasar esta tarde, detienes el aire en tus pulmones esperando disminuir el ritmo cardiaco, eso te ha funcionado algunas ocasiones. El sol comienza a despedirse, es hermoso, sacas la cámara de tu mochila e intentas tomar un recuerdo, de una forma que raya en la estupidez la pierdes, escuchas como se pueden romper 1000 dólares en un segundo, no importa, nunca has tenido demasiado afecto por las cosas, los libros acaso, con esos sí que sufres si tienes que despedirte de ellos.

Sabes que los pensamientos detonan las emociones aunque algunos piensen que es al revés, tratas de concentrarte, la pila de tu radio está agotada, sospechas que nunca sirvió, no la revisaste, te tomaste una cerveza en su lugar, la procrastinación te está haciendo pasar un mal rato, esto lo tendrás que resolver solo, llevas un par de horas en esta misma posición, pasas el peso de tu cuerpo de una pierna a la otra, te imaginas como uno de esos aparatos que los músicos utilizan para marcar el tiempo, te das cuenta también que la frecuencia de cambio de pierna crece lo cual es un signo inequívoco de cansancio, la oscuridad es total, lo hermoso de ella es que descubre a las estrellas, miles de millones de ellas que visten a una bóveda negra que seguramente ha sido admirada por todos los hombres desde el inicio de los tiempos, ahora es tu tuno, se abre un libro que te muestra imágenes de cuerpos que han existido, que tardan desde minutos hasta años luz para llegar a tu retina, nadie puede asegurar que existan ahora, en este preciso momento.

No sabes cuánto tiempo llevas acá, estas parado en la saliente de una roca y tu único contacto con la madre tierra son tu espalda y tus pies, el miedo sigue ahí, ahora es demasiado tarde para intentar avanzar, si, es un sentimiento que desde que se descubrió ha truncado planes y sueños de mas hombres y mujeres de los que debiera, ha sido también un mecanismo de control del hombre sobre el hombre y el día de hoy simplemente no te permitió caminar, reconoces.

Te decides, mientras vacías tu vejiga en uno de los más simples placeres del ser humano, sientes como el líquido caliente baña tus piernas espantando el frío de la noche por unos momentos, sigues solo, como nunca lo has estado en tu vida, piensas en tus cuatro hijos, en tu mujer, en tus padres.

Aunque no lo ves, sabes que está ahí, el abismo te ha acompañado todas estas horas, se ha vuelto tu confidente, tu amante, no necesitas luz para saber que está ahí, esperándote, queriendo arrebatarte la conciencia, ven te dice, ven….

Sale el sol, es hermoso, durante la noche pudiste quitarte la mochila y recuperar el bote de agua, tiraste lo demás, literalmente te quitaste un peso de encima, te descubres llorando ante la magnificencia del paisaje que acentúa tu pequeñez, te deslizas y por fin te sientas, tus piernas cuelgan, descansas, después de un rato te sientes aliviado y agradecido de haber vivido la experiencia, te incorporas y sigues tu camino.

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