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Híbridas clases y el 'covidengue'

Rock Rodríguez
Rock Rodríguez

En varias ciudades del Estado comenzaron las clases de manera híbrida en los colegios privados; este modelo consiste en tomar las clases de manera combinada entre lo presencial, en las aulas, y virtual, como hasta ahora se ha hecho.

Lo anterior contando con las medidas de precaución solicitadas por el gobierno, las cuales piden un cupo máximo por nivel escolar, además de protocolos de seguridad como lo son la sanitización y la sana distancia que, de momento, parecen estarse cumpliendo.

Comenzando por los niveles de maternal y preescolar, se dio paulatinamente el regreso de los niños a sus aulas, siempre y cuando los padres estuvieran de acuerdo. De hecho, quienes consideren un riesgo imposible de tomar, no están obligados a mandar a sus niños a los salones de clases y pueden seguir trabajando de manera virtual como hasta la fecha sin penalización alguna.

La decisión está en cada familia y estar o no de acuerdo con este sistema híbrido es igual de válido; sus razones cada quién tendrá. Sin embargo me parece que es un avance para la reactivación de las actividades a lo más normal posible… si es que eso puede suceder.

Sin duda las rutinas a las que estábamos acostumbrados se rompieron para crear nuevas, a las que también, como todo, nos adecuamos. Las mañas y malabares que los padres de familia están acostumbrados a hacer para cumplir con los tiempos son impresionantes, a veces hasta que no estás ahí te das cuenta de que pueden hacerse.

Con este sistema híbrido regresan también las nuevas formas de retomar el ritmo de las actividades a como se van abriendo, porque, hay qué decirlo: cada familia es un mundo y con circunstancias diferentes. Por lo que el modo de sortear los problemas de tiempos y trayectos es también un largo tema a debatir.

Aquellas familias en las que tanto padre como madre laboran, podrán regresar a cierta ‘normalidad’, por lo menos algunas de las semanas que restan del año, en lo que la situación se normaliza por completo.

Por lo pronto, lo que tantos padres de familia habían pedido, por fin vio la luz y tal parece que para muchos no fue lo que esperaban, ya que en muchas de las ocasiones ya hasta se habían acostumbrado a esta nueva modalidad de trabajo y estudio.

Las situaciones siempre cambian y tal parece que estos últimos meses hemos obtenido la capacidad de adaptarnos cada vez más rápido a las nuevas necesidades que como sociedad van surgiendo, demostrando así que después de seis meses de encierro a todo podemos sobreponernos. 

Y qué bueno que así sea, porque ahora tenemos algo más de lo cual cuidarnos y, de ser necesario, adaptarnos: el rebrote de dengue que, al parecer, puede coexistir perfectamente con el Coronavirus COVID-19.

Este año todavía no salimos de lo duro cuando nos llega lo tupido; aunado a todo lo anterior, comenzamos con la época de influenza, misma que genera bastante confusión por los síntomas tan parecidos a los del SARS-CoV-2.

Los problemas respiratorios, los dolores de garganta y las congestiones nasales están a la orden del día y, si bien, esta pandemia nos ha dejado buenos aprendizajes, como el  tener precaución con las medidas de distancia e higiene, no estamos en la posición de bajar la guardia.

Ojalá esto último no afecte en el paulatino regreso a clases mencionado al principio de estas líneas y retrocedamos en el camino a nuestra ya trillada ‘nueva normalidad’, que en lo personal nunca va a existir; nuestra normalidad es hoy y de nosotros depende aprender a lidiar con ella de la mejor manera.

¡Ánimo, lagunero!


Twitter: @rockrdz

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