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EL PULPO Y LOS LIBRES Y LOKOS

Armando Castil Rosell

"Argentino de mierda", "Petardo", "Ratero" son de los tres apelativos que leí en mis redes sociales que les puedo escribir sin usar palabras altisonantes, todos dedicados a Diego Pulpo González, medio volante de Santos Laguna. A mí también me tocó candela por decir la verdad (que notaba cierta mejoría en su juego) en mis diferentes espacios en medios: "P...che porrista pagado", "sigue diciendo que el Pulpo ha mejorado p...dejo". Simplemente digo lo que veo pero últimamente está prohibido verle algo positivo a Santos Laguna, de lo contrario te imaginan en las oficinas del TSM recogiendo un cheque por "hablar bien del equipo", el león cree que todos son de su condición dice el viejo y conocido refrán.


Aquí lo triste es que venimos de una semana en donde se sufrió en propia casa la violencia que pueden provocar junto con otros factores los medios de comunicación. Las actitudes violentas de los Libres y Lokos (sic) en gran parte son producto de un engaño empujado por comunicadores de Monterrey, lamentablemente con lo que leí el sábado veo que se asoma ese tipo de actitudes aquí en el entorno de Santos Laguna.


Un jugador puede ser de un nivel bajo, ser limitado técnicamente y quizá no estar a la altura de un equipo, es más, los aficionados tienen el derecho de no quererlo simplemente porque les cae mal, punto. Sin embargo aquí se ven cosas en algunos medios que en ningún otro lugar he visto: Escoger a un jugador que no está en su nivel y diariamente pegarle mediáticamente hasta que reviente y si por algo el jugador aguanta, seguir con el ataque hasta que un sector del público se sume al rechazo y comience a tenerle una especie de odio. Ayer el Pulpo González después de salvarle al novato Ronaldo Cisneros un debut como titular inolvidable en lo negativo, comete un penal increíble, un error a todas luces, absurdo, una chambonada, además no jugó un buen partido como la mayoría de sus compañeros.

¿Y? Pues la reacción de mucha gente fue más allá del aficionado a un equipo, pisaré varios callos pero algunas estuvieron llenas de odio, xenofobia y violencia implícita.


Cuando se habla de un Diego extranjero y un Diego mexicano, cuando se asegura tramposamente que el técnico lo pone por intereses personales, cuando se le convence al aficionado que está siendo estafado de manera maquiavélica la violencia se siembra. Hay miles de recursos para definir al Pulpo González como un jugador limitado del que quizá ya vimos su tope en el Clausura 15 cuando fue pedido por un entrenador que lo trajo para una labor específica que cumplió satisfactoriamente que hasta salió campeón siendo factor. ¿Cuántos jugadores aguantarían un seguimiento diario y con un análisis sesgado? Muy pocos.


Ya pasó con Marc Crosas, ya lo del Pulpo está consumado. Qué tristeza. Ah, por cierto, estoy hablando de un equipo que aseguró liguilla a dos fechas de terminar el torneo.


TWITTER @manyecastil

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