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Senderos de leyenda; la apuesta está ganada

Eduardo Sepúlveda
Eduardo Sepúlveda

¿Cuál es la banda que se asomó un día en tu vida y a la fecha permanece? Anoche estaba con unos amigos y nos cuestionamos algo así. “¿Cuál es tu grupo?”, pregunta directa. Atiné al primer nombre que se le vendría a millones de personas en el mundo, el nombre de la polémica. Sin embargo, a últimos días la controversia se ha vertido hacia el rock en nuestro idioma, y si tuviera que elegir ahí, tampoco me quedaría la menor duda. Es tiempo de relatar la historia de la música a varios años a la distancia.

En 2007, Héroes del Silencio volvió a encontrarse. Diez fechas en 8 ciudades de cinco países; América y España. La esperada gira comenzó el 15 de septiembre en Guatemala, en el Estadio del Ejército para una audiencia de 25 mil personas. Siguió Buenos Aires y luego Monterrey, el 25 del mismo mes; yo estuve ahí.

Monterrey, muy buenas noches. Qué bueno estar aquí, verlos de nuevo después de tanto tiempo, qué bueno estar en Fundidora. ¿Falta alguien? ¿Llegaron tarde? Ya podemos empezar”, arrancó Enrique Bunbury. Luego, El estanque. La canción ideal para un comienzo lento, antes del viaje energético; una suave guitarra para pronto Deshacer el mundo. “Hace muchos años que sé que había mucha gente que quería ver esto, nosotros también teníamos ganas de verles las caras (…) Pues vámonos a nadar Mar adentro”.

Recuerdo la fecha con mucho cariño. Desde que supe, me apresuré a la compra de los boletos, tarjetaexclusiva. Fui a recogerlos a conocida tienda de conocido centro comercial de mi pueblo natal. En mi prisa, llegué justo a la hora de comer y tuve que esperar. Una vez en mano, Tesoro.

Viajamos con el “Mike”, en esos famosos “toures” metálicos; aunque esa vez, la población era distinta (no por eso, menos festiva). Llegando al auditorio Coca Cola, aún a cielo abierto, no me importó haber quedado lejos del escenario. Muy probablemente la mitad del concierto tuve los ojos cerrados y la boca abierta, como cuando vas a recibir una sorpresa al paladar, pero en esa ocasión fue para corear cada himno que se interpretó durante más de dos horas de concierto.  

La noche fue una delicia; justo a la mitad del camino. Habían pasado 15 años desde su separación y estaban (sin saberlo) a casi 15 del documental Héroes: Silencio y Rock&Roll. Contar mi historia con la banda me llevaría demasiadas páginas. Fue la puerta a William Blake ("El camino del exceso conduce al palacio de la sabiduría"); fue acompañante en mis primeros viajes largos, fue música, fue poesía, fue excesos, desvelos, inspiración.

Hoy, en una hora y media del documental, Pedro Andreu, Juan Valdivia, Joaquín Cardiel y el propio Enrique Bunbury nos narran lo que ha sido todo ese mágico viaje. Desde sus entrópicos inicios hasta el momento de decir adiós, #ParaSiempre.

Héroes del Silencio rompió con todo. Fue el parteaguas para el rock español. Cruzó fronteras. Impuso su idioma, el maravilloso castellano que practicamos, y luego desapareció justo en la cumbre. Se trata de una historia única, irrepetible, vertiginosa. Increíble.

Yo no entiendo cómo hay gente que no le gusta su música, que va más allá de la música. Sus letras, que van más allá de las letras. Yo no sé cómo alguien puede privarse de probar El espíritu del vino, sentir la Avalancha, caminar por los Senderos de traición o adentrarse en un Mar que no cesa. Se trata de una discografía breve, pero contundente, casi casi sin desperdicio, aderezada a la perfección con una serie de “en vivos” desde Zaragoza, Madrid, Ciudad de México, Alemania.  

“Yo no sé de dónde viene cada uno de ustedes pero yo recuerdo de dónde venimos nosotros, de cuando empezamos a tocar aquí en México. Nosotros venimos de tocar en los clubs de rocanrol, de aquí, del DF, de Guadalajara, de Monterrey. Nosotros empezamos tocando en el antro. Tocábamos en Rockstock, en Rockotitlán. Todos esos lugares nos han hecho a nosotros y les debemos mucho. Esos son los lugares de rocanrol que parece que se van perdiendo poco. Cada uno de nosotros podemos poner de nuestra semillita para que eso no se pierda. Solo les pido una cosa, apuesten, hermanos, por el rock n’ roll”, exclamó el valiente príncipe antes de iniciar su Apuesta por el Rock’N’Roll.

Y la apuesta está ganada. No importa lo que se haya hecho Bunbury con el tiempo, los Héroes es tema aparte, más que un tema más.

El documental que hoy presenta Netflix puede quedarse corto. Sin embargo, se nota en él la Decadencia de una banda en el pináculo de su historia. La entropía personalizada en Pito, el mánager que se pierde en la silla mientras la vida se va en una copa de licor. Hasta la muerta acompaña a los músicos en su travesía, y el quinto elemento, "el mexicano" Boguslavsky, con todos sus créditos.   

“Bueno, esta es la canción que menos le gusta a mi madre de todo el repertorio. Esto es Flor venenosa”, lanzó al aire Enrique Ortiz de Landázuri una noche después de Agosto y esa frase aún retumba en mi cabeza hasta hoy.

 

Extraído del Nuevo Libro de Revelaciones según el Dihablo.

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