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Teenage Paparazzo

Diana Miriam Alcántara Meléndez
Diana Miriam Alcántara Meléndez

Si una celebridad, según el diccionario, es una persona con fama, ¿qué es la fama? La opinión colectiva de la gente sobre la excelencia de alguien en su profesión, escribe el Diccionario de la Real Academia Española. ¿Pero qué representa la fama para la sociedad actual, cuáles son los parámetros que hacen a alguien famoso, que le hacen una celebridad?

Teenage paparazzo es un documental que profundiza en el tema de la fascinación por las celebridades a través de los ojos de diversos participantes y con un adolescente trabajando como paparazi en el eje central del relato.

Adrian Grenier, actor de cine y televisión y quien funge como productor y realizador de este proyecto, comienza su investigación luego de que un día se encuentra con un adolescente de 14 años, Austin Visschedyk, trabajando como fotógrafo de personalidades públicas.

¿Por qué?, se pregunta Grenier, ¿qué motiva a este muchacho a sumarse a la profesión a tal edad?, ¿el dinero, lo atractivo que puede resultar acercarse a actores, músicos y otros artistas? Para hacerlo, inevitablemente, Austin debe tener una habilidad con el manejo de la cámara y con la técnica de la profesión. Las preguntas conllevan al proyecto y a, en el camino, realizar reflexiones sobre la relación simbiótica que se crea entre los participantes del ciclo: el fotógrafo que capta al artista y que luego vende la imagen a revistas, las revistas que publican las imágenes junto con un contenido cimentado en elementos de publicidad, elementos de venta y noticias capaces de construir o destruir personalidades para capturar la atención del último eslabón, la gente, las personas que compran y consumen, ávidos, además, tales fotos, por la información, o por tal chisme.

El fenómeno social no es la foto en sí, sino la socialización combinada con una “relación parasocial” de las personas con los entes públicos, la relación de poder y la de idealización. Realmente no conocemos a las celebridades, pero sentimos que lo hacemos cuando sabemos cosas de ellos: su fecha de nacimiento, su color preferido, el tipo de café que prefieren tomar, por mencionar algunos ejemplos; el público quiere sentir que la celebridad es una persona común que tiene similitudes con cualquier otra persona, lo cual se cumple si se ve al artista realizando actividades rutinarias, salir de paseo, ir a la escuela, viajar por vacaciones, tomar un café, comprar gasolina. La relación parasocial es unidireccional y mientras uno sabe toda la información del otro, la celebridad en este caso, no sabe de las personas, porque no existe una relación real.

Estas son algunas de las temáticas explicadas en el documental, que entrevista a investigadores de sociología, a otros fotógrafos paparazi o a diversos artistas del medio del cine y la televisión por igual. La historia es un pretexto para levantar preguntas respecto al tema de la fama y la relación que se da entre celebridad y fotógrafo, pero también ahonda en la perspectiva de Austin respecto al tema.

Austin, reflexiona Grenier, tal vez hace lo que hace porque es lo que su ambiente le enseña, la vida en Los Ángeles, en Hollywood, el bombardeo de este tipo de realidad y correlación alimentada por parte de los medios de comunicación, de ciertas esferas de la sociedad y de la comunicación que la era de la información actual tiene con el internet. En el proceso la película no condena ni a sus padres ni al entorno en el que el adolescente promedio actual se desenvuelve, sino que establece distintas fuentes que influyen en ellos. Existe una ávida fijación colectiva con las celebridades, con las personalidades de un medio específico, pero no siempre por sus logros profesionales, sino por el simple hecho de ser conocidas o famosos. ¿Cuántos más aspiran a algo parecido, a la fama sólo por la fama, a la facilidad de la situación?

Yo soy aburrido para los fotógrafos, dice Matt Damon; quien menciona que como actor casado y con hijos sus fotografías no venden tanto como las de otras personas, haciendo que los paparazi se acerquen menos a él. Hipotéticamente qué tendría que hacer para vender, pregunta Grenier a Austin, qué circunstancias harían que una fotografía mía valiera miles de dólares. Salir con alguien famoso, dice el joven, salir con Paris Hilton o Lindsay Lohan.

El actor decide seguir el consejo y realiza el experimento. Una cita amistosa con otra celebridad y las revistas de espectáculos encabezan la nota especulando una relación sentimental entre ellos. El rumor no tiene fundamento alguno, pero vende y se vuelve popular.

¿Será que los fotógrafos sólo hacen su trabajo o es que se convierten en acosadores, en invasores de la privacidad? ¿Es que el artista actual debe asumir que el trabajo viene de la mano con la fama y la fama viene de la mano con ser fotografiado en cualquier lugar, en cualquier instante? ¿Es que existe una colaboración entre los encargados de las relaciones públicas y algunos artistas y fotógrafos? ¿Son estas fotografías una forma de humanizar a personalidades que están de otra forma puestas en un pedestal? ¿Los fotógrafos trabajando como paparazi logran que se pierda la privacidad y la confianza que se puede tener en las personas?

El documental parece responder muchas de sus preguntas y lo hace con un fundamento sólido, desde una perspectiva crítica y reflexiva de la situación, explorando el panorama desde el punto de vista de uno y otro. Grenier dice comenzar a entender la excitación y adrenalina que significa seguir a una personalidad del medio para fotografiarla, luego de que él mismo se pone en los zapatos del fotógrafo y con cámara en mano se convierte momentáneamente en un paparazi.

Hacia el final el actor se detiene a analizar y corregir sus propias acciones, en especial con lo relacionado a las consecuencias de haber puesto en la mira a Austin, hacerle a él con su cámara de video lo que la cámara del paparazi hace con sus objetivos, cerrando con la pregunta sobre qué se puede aprender de la situación, del escenario, cómo puede el joven sacar provecho de la experiencia.

Paparazi es una palabra italiana que se refiere al ruido que hacen los mosquitos. La asociación en la cultura popular de la palabra con el fotógrafo cuyo trabajo es capturar las imágenes de celebridades en su rutina diaria, viene de un personaje de la película “La dolce vita”, de Federico Fellini; un personaje que es un fotógrafo de nombre Paparazzo.

La relación entre los paparazi y las personalidades sigue cambiando; respeto, colaboración o explotación, siempre habrá alguien que saque provecho de la situación. El documental habla de la fama, la popularidad, la adolescencia, la comunicación y el entretenimiento, las formas de acercarse al mundo y a las personas (incluidas las figuras públicas) y la relación entre la ficción y la vida real.

Ficha técnica: Teenage Paparazzo

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