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El golpe

Diana Miriam Alcántara Meléndez
Diana Miriam Alcántara Meléndez

El golpe (The sting) aborda la historia de un par de estafadores que planean un fraude a un banquero corrupto. Desde luego se trata de una estrategia del engaño, un poco para reivindicar el papel de los estafadores de la vieja guardia, delincuentes que sacaban provecho de otros, ricos y abusadores, que también se aprovechan de sus semejantes. La película está protagonizada por Robert Redford y Paul Newman, los estafadores Hooker y Gondorff respectivamente.

La historia plantea su desarrollo de forma que la estafa sea intrigante a la par que desarrolla las motivaciones de sus personajes, principales y secundarios. El gran logro del guión es perfilar a cada partícipe como individuos reales con expectativas propias. La historia no sólo es una estafa, es la planeación de ella y la forma en la que los implicados se ven involucrados personal y profesionalmente. El juego es amplio y muchos son los involucrados, generando dentro de la misma película una narrativa de actuación para engañar a los que son objeto del engaño, pero también al espectador, para que se pregunte cuáles son las preocupaciones y motivaciones reales de los personajes dentro de la historia.

Hooker, por ejemplo, era un ordinario embaucador de las calles que junto con su compañero del crimen roban dinero fácil, hasta que un robo lo lleva a involucrarse indirectamente con el banquero Lonnegan (interpretado por Robert Shaw); evento que llevará a la muerte de su compañero. Hooker, quien sólo quería pasar a las ligas mayores de la profesión (mejores y más lucrativos delitos), quien sólo buscaba algo más apasionante en la vida, ahora tendrá un nuevo objetivo.

Gondorff tiene una historia en cierto grado diferente; él ya era un estafador legendario, pero eventualmente había encontrado en el retiro y la cotidianeidad una forma fácil, aunque triste, de vivir. A la llegada de Hooker las cosas cambian, un plan se le presente frente a sus ojos y él decide tomarlo de lleno, porque eso es lo que hace y porque eso es lo que le apasiona.

La estrategia planeada para embaucar a Lonnegan no  se tratará de un trabajo sencillo y rápido, al contrario, se plantea de toda una orquesta, detalladamente armonizada, con el fin de no tener ninguna posibilidad de falla, adelantarse al otro, ser más listo que él y explotar sus debilidades y/o deseos; montar toda una trama para lograr que el otro caiga.

Hooker y Gondorff no son únicamente estafadores, son los mejores en lo que hacen, ellos no toman riesgos, no hacen las cosas a medias y no están para dar lecciones de buena voluntad, lo cual se agradece. La historia no se traza sobre una línea obvia y moralina entre lo bueno y lo malo, al contrario, deja la ética dibujada a un nivel que el espectador no se pregunta quién es el bueno o el malo, sino quién es el más listo y por qué. El desarrollo de la película permite entender las razones que llevan a la estafa, las consecuencias de ésta y de qué forma cambiará la actitud de los personajes, si es que cambian y/o aprenden algo. Ningún personaje realmente queda como el bondadosamente correcto y heroico salvador; no porque no lo sea o lo puedan ser, sino porque su realidad los ha formado de esa manera, son quienes son porque así lo deciden, y eso incluye sus decisiones al participar (y en qué nivel) en el plan de engaño hacia Lonnegan.

La película está ambientada en 1936 en Chicago, EEUU, una época en la que recién se terminaba con la era de la prohibición de venta de bebidas alcohólicas en ese país. Pocos años después de la gran crisis económica de 1929, prácticamente aún en el contexto socioeconómico que sufrió ese país en tal década. Hooker y su compañero ni siquiera tienen grandes esperanzas al inicio de la historia, roban para vivir al día y viven en una situación ordinaria. Su realidad no es precaria ni sus acciones pueden eximirse, pero sirven como ejemplo narrativo para exponer el papel opuesto de la realidad de Lonnegan, un banquero que roba dinero porque quiere y porque puede, porque el lucro es la motivación en la sociedad capitalista que comienza a trazarse. De alguna manera unos representan a los marginados, a quienes por el desempleo y falta de oportunidades no llevan una vida laboral estable, en tanto el banquero representa al típico propietario capitalista, quien hace su fortuna explotando a los trabajadores, abusando de los marginados y engañando a la ley cada vez que puede o auxiliándose de ella para incrementar su fortuna.

El plan de la estafa (que constituye la trama de la historia) es una completa charada perfectamente conducida. Gondorff reúne a un grupo de colaboradores con quienes trabajar, después, cada paso del proyecto está calculado a fin de empujar a Lonnegan hacia la dirección que ellos desean, siendo el acto final un espectáculo en donde el engaño es el gran protagonista.  La historia se enfoca en la realización de cada uno de estos pasos que conducirán a la culminación del plan y a la estafa millonaria que el grupo planea. La verdadera paga de satisfacción para los protagonistas, además del beneficio económico, es ver al banquero caer en su red de engaños y mentiras y salir victoriosos en su misión.

La palabra “sting” se refiere tanto a una “picadura” (como la picadura de una abeja, por ejemplo) como a un “engaño”. En la película la palabra tiene ambos significados en relación con la historia: el proyecto preparado por Hooker y Godorff para timar al banquero, pero también la picadura metafórica que el engaño dejará en Lonnegan a manos de estos dos.

La película está dirigida por George Roy Hill y escrita por David S. Ward. Ganó 7 de los 10 premios Óscar a los que estuvo nominada, incluyendo mejor película, mejor director y mejor guión original. El giro final llega a sorprender pero también deja abierta la puerta a interpretaciones. La película decide usar la perspectiva narrativa y ofrecer la información necesaria y suficiente para crear tensión dramática, no tanto para dar el contenido ya procesado al espectador. No podría ser una película de engaños sin una finta final, incluso si esta va dirigida hacia el público que la mira. Una lección de estrategia para sobrevivir en el mundo de simulación y apariencia que caracteriza a nuestra época. Las cosas no son como aparentan, aunque la interpretación de los hechos cada individuo la genera desde su propia perspectiva y vivencias.

Ficha técnica: The Sting - El Golpe

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