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Alive in Joburg

Diana Miriam Alcántara Meléndez
Diana Miriam Alcántara Meléndez

Antes de que Neill Blomkamp realizara en 2009 el largometraje titulado District 9 [Sector 9], coescrito con Terri Tatchell, el escritor y director estructuró un cortometraje en 2005 titulado “Alive in Joburg”. Con un estilo de reportaje, con cámara en mano, entrevistas uno a uno e imagen estilo de archivo, el proyecto narra el impacto que suscita la llegada de un grupo de seres alienígenas a Johannesburgo, Sudáfrica.

El eco de la historia sobrepasa cualquier modalidad de la manufactura del proyecto. Su frescura radica en tomar situaciones cotidianas y llevarlas a un nivel de ciencia ficción que resuenen en el presente. Los seres extraterrestres son más que una representación monstruosa de entes de otro planeta, son también la visión de cómo la sociedad mira a ciertos sectores de la población, en este caso en la ciudad sudafricana.

Blomkamp ha manifestado haberse inspirado en sus experiencias propias mientras vivía en Johannesburgo y haber retratado esa realidad en su proyecto; la vida cotidiana de muchas familias que viven en condiciones parecidas, alejadas de la sociedad, aisladas, tal como los alienígenas en ambas propuestas, el cortometraje y el largometraje.

El proyecto es explícito en su factor ciencia ficción, mostrando y referenciando a los alienígenas tanto visual como verbalmente, su mensaje, como lo retoma la película basada en este cortometraje (District 9), queda inequívoco y se refuerza con fragmentos de las entrevistas hechas a algunos de los personajes de la historia, donde hablan de no tolerar la convivencia con seres extraños a ellos; esa es precisamente la base del proyecto, mismo que no trata de una invasión extraterrestre a la Tierra, sino más bien de personas, habitantes y ciudadanos de una comunidad incapaces de llevar una relación cordial y respetuosa con sus vecinos, culpándolos de su males, de sus miedos; una intolerancia hacia cualquier otro que no piense o se vea igual a uno mismo.

El mensaje no tendría la misma fuerza ni el impacto por sí mismo si fuera evidente. El director toma una idea básica de convivencia y desarrollo social (el Gobierno tomando medidas contra “nuevos” habitantes que se desplazan hacia zonas no regularizadas - tal cual se explica durante el primer minuto del cortometraje -) y la deposita en un género de ficción, acompañado de una manufactura interesante y atrayente, en su forma y en su composición.

“Alive in Joburg” se destaca por su formato de falso documental, en sus imágenes, sus planos, sus secuencias, cual si se tratara de un reportaje periodístico analizando la situación “real” de un grupo de alienígenas inconformes con su situación en la Tierra, con la forma en que se les trata, demandando consideraciones tales como el otorgamiento de servicios básicos, agua o electricidad por ejemplo, a la par que se escuchan las voces de los demás ciudadanos y su opinión respecto a los extraterrestres, e incluso analistas y Gobierno dialogando su postura respecto con la situación.

Blomkamp utiliza su experiencia en efectos de animación y visuales para dar el toque final necesario para el proyecto; entre alienígenas, naves espaciales y creación de atmósferas que reflejen la convivencia con los extraterrestres y su maquinaria (naves y trajes), los detalles capturan visualmente al espectador. La historia cobra credibilidad con el buen trabajo visual, se vuelve más envolvente, viable y, en especial, más completo, porque refleja el detallado trabajo de Blomkamp y de su equipo, su tratamiento a la historia, desarrollo y realización.

Cada uno de los principales elementos que conforman el cortometraje son retomados para la película, complementados y expandidos de tal forma que el trabajo efectuado en Alive in Joburg sea una premisa o idea inicial de un universo creado, es decir, sea la introducción de una realidad ficción que es de nueva cuenta explorada, más a profundidad, en District 9. El cortometraje es un fragmento de la realidad en la que se desenvuelven ambas historias y ello representa lo vasto que tal universo creado es, o puede llegar a ser.

Así, el cortometraje es más que una carta de presentación, es una demostración de cómo hacer transitar un pequeño proyecto a uno grande y complejo, completo por su capacidad de impacto y por su creatividad e ingenio, o más bien, la de sus realizadores y colaboradores, quienes en 6 minutos logran intrigar y llenar de preguntas, logran convencer respecto a la historia de un grupo de alienígenas y humanos, dejando al espectador queriendo saber más, algo que se logra con el desarrollo de la subsecuente película.

Ficha técnica: Alive in Joburg

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