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Chaplin

Diana Miriam Alcántara Meléndez

Charles Chaplin es de aquellas personas a quienes se les conoce como personalidad sobresaliente en el mundo del cine, por su inventiva, creatividad y habilidad frente y detrás de las cámaras, por su influencia y estilo, por la forma de contar sus historias, por su singular manera de estructurar la comedia, por su legado, en fin, por ser quien fue.

De Chaplin existen innumerables cosas que decir, sus tantas películas son un ejemplo de ello, pero también su adaptación del cine mudo al sonoro, sus relaciones sociales, familiares y amistosas, sus pensamientos y su forma de expresarlos. Afortunadamente este artista plasmó muchas de sus experiencias y de su camino en un libro, su autobiografía; ésta junto con el libro “Chaplin His Life and Art” escrito por David Robinson fungen como base para la película de 1992 titulada simplemente “Chaplin”.

En el largometraje se cuenta la vida de un personaje activo, imaginativo y talentoso, siguiendo la vida de un Chaplin afrontando la enfermad de su madre y la pobreza, pasando por sus primeros años en el medio y su desenvolvimiento en la comedia, la creación de su personaje Charlot (el vagabundo), sus amores, escándalos, matrimonios, su visión ante la cinematografía, su exilio y sus últimos años en los cuales tuvo la oportunidad de realizar reflexiones hacia el pasado.

La película no sólo permite conocer más a fondo la historia de vida de una de las más grandes personalidades dentro del mundo del cine, también ofrece una mirada hacia el estilo de vida de las celebridades, su experiencia lidiando con el medio, el público y el gobierno. De ello Chaplin sabe qué decir y la película lo demuestra claramente al presentar la relación del histrión con el director del FBI de aquella época, Edgar Hoover, quien fuera gran responsable del exilio de Chaplin, así como de las acusaciones comunistas que se le hicieron a este personaje.

En algún punto de la película el señor Chaplin parece comprender la capacidad de penetración e influencia del cine en las personas, en el pensamiento popular, en la formación de ideología. Tras ello, el ya entonces actor y director decide comunicar y expresar sus ideas a través de su trabajo de manera más activa y consciente. El personaje que representa al que funge como editor de la autobiografía dentro de la película le pide al autor ser más especifico respecto a sus sentimientos, le pide más claridad e intimidad en sus palabras, a lo que obtiene como respuesta: “si quieres comprenderme, mira mis películas”.

Es muy probable que, en efecto, así fuera Chaplin. Más aún, es muy probable que así sean muchos de los artistas. Finalmente su creatividad va de la mano con la forma en la que exteriorizan sus pensamientos y sentimientos; es a través de su obra una de las formas de comunicación que los impulsa a seguir. Así, una de las notas sobresalientes de esta película consiste en encontrar la forma particular que Chaplin utiliza para denunciar la pobreza, el maltrato o la guerra, mediante su trabajo cinematográfico, por nombrar algunos procesos sociales que caracterizan negativamente la sociedad en la que actúa, vive y cuestiona a través de su arte. Ejemplos notables:, El chico (EUA, 1921), La quimera de oro (EUA, 1925), Tiempos modernos (EUA, 1936) y el Gran dictador (EUA, 1940).

También la postura del cómico ante la incursión del sonido en la cinematografía va acorde con el pensamiento de muchos otros cineastas de la época; para algunos la transición fue más fácil de asimilar, para otros fue un cambio mejor evitado que equivocado. Pero Chaplin logra sacarle el mejor provecho, entender la mejora del invento y no la limitación: el cine como unión de imagen y sonido, no el cine como absorción de uno de los sentidos sobre los demás.

Cuando en la película se le pregunta al protagonista sobre incluir las palabras en sus películas, él responde que es importante ante todo considerar a todas las personas alrededor del mundo que gustan del cine, pero que no hablan inglés; para él, el cine es de aquellos que gustan de este arte. De acuerdo con el filme, las películas, según Chaplin, son un modo de expresión, de la misma manera que son una forma de entretenimiento. “Ofrecí un poco de humor cuando la gente más lo necesitaba”, dice este personaje.

Los actores son gran parte de la chispa que conforma lo que se presenta en pantalla, complementada también con la historia y su dirección, incluyendo las secuencias que se presentan al más puro estilo cómico que caracterizó el cine de Chaplin. Resalta, desde luego, la gran labor que Robert Downey Jr. hace en el papel protagónico, reflejando al Chaplin que conocemos, que hemos visto en acción.

Una biografía que toca muchos de los sucesos, acontecimientos y momentos significativos que conforman a Charles Chaplin como una de las leyendas de la industria cinematográfica. Su vida y su obra, pero sobre todo, su papel como hombre común y corriente, atravesando dificultades cotidianas ante la vida, la muerte y el trabajo. Una película (y un personaje) que interesa a todos los amantes del cine, con alcance intergeneracional.

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