El obispo de Torreón, José Guadalupe Galván Galindo como desde hace 17 años, visitó el Cereso para imponer la ceniza a los internos, ya que dijo, uno de los signos penitenciales es estar con las personas que sufren y en este caso son los internos ya que ellos no pueden acudir a las iglesias sin embargo siguen con las tradiciones, con su fe y sobre todo con esperanza
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