Siglo Nuevo

La inesperada violencia

El instinto destructor de Denis Villeneuve

Intriga, 2013.

Intriga, 2013.

Miguel Báez Durán

En el cine de Villeneuve, éste se halla donde el espectador menos lo espera. Dentro de la variedad de escenarios y de lenguas que su corta filmografía ha presentado hasta ahora, se mezclan la tensión, la denuncia social y las atmósferas sofocantes.

REMEMBRANZA DE UNA MASACRE

Originario del área de Trois-Rivières -a mitad de camino entre Montreal y la ciudad de Quebec-, Denis Villeneuve emigra a la citada gran metrópolis para estudiar cine y comienza su carrera con cortos y largometrajes al final de los años noventa y a principios del nuevo siglo.

Pronto cosecha premios en su país de origen, así como presencia en algunos de los festivales más prestigiosos. Pero luego de casi una década sin aventurarse en un proyecto de altos vuelos -sólo dos cortos entre 2000 y 2009-, aparece en los cines de Montreal Polytechnique.

Una cierta controversia se suscita al saber que alguien filma una cinta basada en recuentos de la masacre de la Escuela Politécnica de Montreal, ocurrida el 6 de diciembre de 1989; sin embargo, en febrero de 2009 se estrena Polytechnique.

Los familiares de las víctimas se dan cuenta de que la película trata el tema de forma muy respetuosa. Elegante, en blanco y negro para no recalcar el rojo derramamiento de sangre, el director se niega a glorificar al asesino en masa, nunca mencionando su nombre. La prudencia se entiende mejor al agregar el factor género, ya que la masacre se detona por sentimientos misóginos y las víctimas fueron en su totalidad mujeres.

No obstante, como sucede con muchas de las cintas hechas en Quebec, su estrella brilló apenas localmente. Las comparaciones con Elefante de Gus Van Sant, la descartan en un ámbito allende las fronteras de Canadá. Pero ahí queda como testimonio -hasta cierto punto «ficcionalizado»- de una matanza cuyo recuerdo continúa lacerando el imaginario de Montreal.

TRAGEDIA GRIEGA EN MEDIO ORIENTE

Villeneuve se da casi de inmediato a la tarea de adaptar una obra de teatro de Wajdi Mouawad: Incendios, bien conocida en México por su puesta en escena en el Distrito Federal.

Tanto La mujer que cantaba como Incendios, remiten a las tragedias clásicas de la antigüedad. El punto de partida es el despacho de un notario donde será leída la última voluntad de Nawal Marwan. Jeanne y Simon -los dos mellizos de Nawal- escuchan desconcertados el testamento de su madre. La mujer les ha dejado sendas cartas dirigidas a dos hombres a los cuales los mellizos ni siquiera conocen: su padre y su hermano. La consigna es encontrarlos dondequiera que estén y entregarle a cada uno su carta.

Todo apunta a que los familiares perdidos se hallan en Líbano, el país de origen de la madre. Jeanne viaja de inmediato a esa nación de Medio Oriente; Simon, por otra parte, tiene una reacción por completo opuesta.

Alternando entre el presente y el pasado, entre los hallazgos de Jeanne y las retrospectivas enfocadas en el periplo escabroso de Nawal, poco a poco se hila la trama y la hija verá develarse el calvario que tuvo que sufrir la madre antes de emigrar. Descubriendo un dato más doloroso que el anterior, Jeanne le suplicará a Simon reunirse con ella para al menos juntos apoyarse ante tantos secretos armados con sangre y horror.

Las revelaciones para los mellizos incluirán un crimen de honor, un hijo ilegítimo dado en adopción, las matanzas entre musulmanes y cristianos, un asesinato político seguido de una larga estancia en una de las peores prisiones del país. Todo apuntando hacia un desenlace nada lejano de la tragedia clásica.

El cineasta tiene como punto a favor, el haberse interesado en una historia conmovedora y estrujante. Detrás de ella se encuentra la denuncia de una situación política, cuyo trasfondo es el genocidio y cuyas ramificaciones alcanzan incluso el suelo de los países más desarrollados.

De esta forma, tal como lo hiciera con Polytechnique, Villeneuve obliga a los espectadores a encontrar el final o el principio de la violencia en los recovecos más inusitados.

PADRE DESQUICIADO

El quebequense alcanza los favores de Hollywood y la producción de su primer trabajo en inglés. La mujer que cantaba le vale una nominación al Oscar de “Mejor Película en Lengua Extranjera” a principios de 2011.

La primera nominación de tres años seguidos para cineastas originarios de Quebec -las otras las obtendrán Philippe Falardeau con Señor Lazar y Kim Nguyen con Rebelle-. De esta manera, el cineasta accede a presupuestos mayores y a repartos que incluyen estrellas hollywoodenses como Hugh Jackman y Jake Gyllenhaal. Intriga es para Villeneuve la cristalización de este ascenso.

Keller Dover es el típico estadounidense paranoico que comanda una familia y dice estar preparado para todo. A pesar de esto, su hija y la de una pareja vecina desaparecen durante la celebración del Día de Acción de Gracias. Sin prestarle oídos a las promesas del detective Loki, Dover recurrirá a métodos muy poco ortodoxos e incluso fuera de la ley para encontrar al culpable del secuestro de su hija. A través de la excelente fotografía de Roger Deakins, Villeneuve propone un thriller sobrecogedor y atractivo.

El director permanece fiel a uno de sus temas recurrentes: el de encontrar la sinrazón de la violencia desbocada en los lugares o en las personas menos plausibles.

REVISITANDO AL DOBLE

Incluso antes de Intriga, Villeneuve asume la tarea de llevar al cine El hombre duplicado de José Saramago. El resultado es una adaptación muy libre titulada Enemy, y con ella el director se aleja del realismo de sus anteriores cintas.

El protagonista -encarnado por Gyllenhaal- es un profesor de historia que descubre en una película a su doble, un actor segundón. Ese palpable elemento del caos debería provenir de algún orden supremo y, al tratar de averiguar la explicación racional del parecido, se da un juego de intercambios nada disímil al de El príncipe y el mendigo; sin embargo, mucho más retorcido y en el marco de un Toronto gris y de rascacielos amenazadores. La ambigüedad y la atmósfera opresiva del largometraje, dejarán perplejo a más de uno.

Aquí, Villeneuve demuestra que Hollywood no lo ha contaminado por completo con su entrega anterior, que es capaz de volver a su país de origen con capacidades plenas, y construir un producto fílmico desafiante para el público. En Enemy la violencia no resulta evidente. Se esconde tras el caos de un universo absurdo dentro del cual un hombre ordinario y tímido puede encontrarse con una copia de sí.

Twitter: @mbaezduran 

La mujer que cantaba, 2010.
La mujer que cantaba, 2010.
Intriga, 2013.
Intriga, 2013.
Enemy, 2013.
Enemy, 2013.

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