Cinco civiles armados murieron en las últimas horas en dos eventos violentos, tras enfrentarse con soldados y marinos en el estado fronterizo de Tamaulipas, norte de México, informó hoy una fuente oficial.
El Grupo de Coordinación Tamaulipas, conformado por fuerzas de seguridad estatal y federal, precisó en un comunicado que los dos sucesos ocurrieron en dos municipios diferentes.
El primero, indicó, se registró poco antes de la medianoche del jueves en el municipio de Nuevo Laredo, a la altura del kilómetro 10 de la carretera nacional Laredo-Monterrey, cuando un grupo de marinos fue atacado por civiles armados que se encontraban en un terreno baldío.
Al repeler la agresión, añadió, los marinos dieron muerte a sus dos atacantes, quienes se desplazaban en un automóvil convertible con placas del Estado de Texas, EU y en el que se aseguraron armas y municiones.
El segundo caso, añadió, ocurrió a las 13.30 hora local (18.30 GMT) del jueves en el municipio de Díaz Ordaz, en las inmediaciones del Ejido 5 de Febrero, cuando personal del Ejército realizaba labores de patrullaje y fue atacado por tres civiles desde dos camionetas.
Detalló que los militares respondieron a la agresión y dieron muerte a sus tres agresores, quienes traían en ese momento cuatro armas largas de alto calibre, una pistola automática, equipo táctico, así como cargadores y cartuchos útiles de diferentes calibres.
Estos ataques ocurren unos días después de que el Gobierno mexicano anunciara un despliegue mayor de fuerzas federales y la depuración "completa" de las instituciones de seguridad en el estado de Tamaulipas.
Tamaulipas ha sido por años escenario de violentos choques entre grupos del crimen organizado, principalmente el cártel del Golfo y los Zetas, y entre los delincuentes y las fuerzas de seguridad.
También ha sido escenario de atroces crímenes contra indocumentados, entre ellos la matanza de 72 migrantes, la mayoría centroamericanos, ocurrida en agosto de 2010 en el municipio de San Fernando, atribuida a los Zetas.
El domingo pasado más de 3.000 ciudadanos vestidos de blanco salieron a las calles de Tampico para exigir a las autoridades una estrategia más eficaz contra la violencia.
