Los empresarios del país dieron la bienvenida a la iniciativa de legislación secundaria a la reforma energética para su análisis, enriquecimiento y aprobación, y propusieron incluir incentivos fiscales a la inversión, así como convertir a Pemex y CFE en empresas públicas eficientes.
En un comunicado, el presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Gerardo Gutiérrez Candiani, dijo que se debe encontrar mayor equilibrio en la hacienda pública para dejar de depender tanto de los ingresos de Petróleos Mexicanos (Pemex).
“Urge acelerar los flujos de inversiones que pueden detonarse a partir de los grandes cambios que estamos emprendiendo en México, y así mejorar las expectativas de repunte para la economía”, sostuvo el dirigente.
El potencial de la reforma, abunda, depende de que la legislación secundaria que se procesará en el Congreso de la Unión, y que cumpla en el sentido de dar efectiva viabilidad jurídica, institucional y técnica a las posibilidades que se abrieron con la reforma constitucional.
Para que la reforma sea el motor que se necesita para que México despegue tiene que activar, de manera contundente, un cambio profundo en el sector energético, de acuerdo con Gutiérrez Candiani.
Al mismo tiempo, advierte que si no se arma un régimen competitivo frente a los que existen en otros países petroleros no fluirán las inversiones adicionales que se esperan por encima de los 50 mil millones de dólares por año en el mediano y largo plazos.
En esta tarea hay que calibrar la fortaleza del sistema hacendario mexicano en su estado actual, que por sí mismo debería ser capaz de lograr una mayor recaudación tributaria para depender menos de los ingresos petroleros e impulsar una mejora radical en el ejercicio del gasto y la inversión pública.
Para que la competencia sea efectiva y equitativa, continúo, Pemex deberá tener condiciones de tributación similares a las de otras empresas que participen en el sector, además de que debe prepararse para una transformación de gran calado.
Refiere que la reforma mandata que como "empresa productiva", se maneje con criterios de eficiencia, donde las actividades deberán ser rentables por sí mismas y no en función de factores ajenos a la empresa.
En este sentido, afirma que tanto Pemex como la CFE deben convertirse en auténticas empresas públicas, eficientes en su operación.
Menciona que debe haber flexibilidad para conceder a Pemex asociarse, transferir o compartir riesgos con otras empresas y multiplicar su capacidad de ejecución, de atraer y absorber conocimiento.
Respecto a los tiempos y las formas de asociación con Pemex durante la llamada ronda cero, Candiani expuso que se trata de que la paraestatal pueda desarrollar una estrategia de negocios competitiva y rentable, pero sin ahogar la competencia y las inversiones complementarias que la reforma tiene que detonar.
Por ello, indica, se necesita asegurar que la legislación sea clara en la definición de los tipos de contratos y en materia de derechos, y que se consideren incentivos fiscales para la inversión, como amortización acelerada en la reinversión.
Con esta reforma debe promoverse un fuerte impulso a las energías limpias, para el aprovechamiento de los vastos recursos renovables que tiene el país y conformar cadenas productivas en este sector ligadas al crecimiento verde, que reduzca la huella de carbono del país, añade.
Para el líder empresarial, son muchos aspectos y detalles a cuidar, como la política nacional integral y coordinada, impulso decisivo al contenido nacional con porcentajes y cláusulas para tal efecto en licitaciones y contratos.
A ello se suma trazar una política industrial correspondiente a la reforma, sociedades de autoabastecimiento, ventas de primera mano, manejo y acceso a ductos.
