Dicen que "todo tiempo pasado fue mejor", pero esa postura es de viejos; los jóvenes, tal vez por su propia edad y la falta de vivencias, no piensan igual y en contrario consideran que la vida de los mayores fue de enorme aburrimiento.
De entre todos, los niños son capaces de ubicarnos en la realidad y hacernos ver que la vida es cuestión de vivirla y que cada tiempo es mejor para el que lo vive; dado el caso, le cuento algunas historias que ejemplifican el "Diálogo" de esta semana y de paso espero hacerle sonreír con la conceptualización que pueden tener de nosotros, los de "mayor juventud acumulada".
Hace tiempo, cuando aún el segundo de mis hijos vivía su adolescencia, al fin pude tener mi ipod, que me permitió reunir la música que me agrada escuchar; claro que incluí la clásica, pero es la menos representativa del repertorio que contiene otras como las canciones de Agustín Lara, tropical de la Santanera, tradicional mexicana con intérpretes poco conocidos para las nuevas generaciones, caso de Alejandro Algara, Luis Alcaraz, Fernando Fernández, Lupita Palomera, Sonia Rivas y otros muchos, sin olvidar a los más jóvenes -si podemos definirlos así- como Plácido Domingo, Guadalupe Pineda o Laura León.
Desde luego que agregué música de rock, particularmente del clásico mexicano, entre todos a Enrique Guzmán y Manolo Muñoz, sin dejar fuera a Johnny Laboriel o Angélica María.
Cuando Akram revisó el contenido de mi ipod, moviendo la cabeza en señal de desaprobación comentó: ¡lástima de aparato!, dejándome una sensación de vejez que difícilmente puedo definir.
Claro que mi réplica con la crítica a sus gustos musicales no se hizo esperar, aunque debo reconocer que en mi juventud viví la misma experiencia con los mayores que se quejaban del "ruido" de los grupos musicales de melenudos, encabezados por los Beatles y Rolling Stones.
En otra ocasión, memorando con amigos, enunciábamos los juegos que nos ocupaban en las largas tardes de los veranos laguneros sin que la televisión nos impidiera salir a la calle a divertirnos: más allá del trompo o el balero, hablamos de los "tirapalos", armas que lanzaban cabos de madera de las paletas heladas, el "velit", elaborado con palos de escobas, además de canicas o "monitos" de hule.
Al terminar la reunión, un niño que escuchaba a su padre le preguntó al oído:
-¿Qué mi abuelito era muy pobre? Desde luego que en aquellos tiempos costaba poco divertirse a lo grande.
También le comparto otras anécdotas que hacen reír por la ingenuidad de los menores.
Con otro de mis hijos, ahora mayor y profesionista de éxito, siendo aún un niño de los primeros años de asistir a la escuela primaria, me acompañó a mi sesión de café de fin de semana, acto religioso que aún continúo practicando; en esa ocasión, la plática versó sobre la Revolución Mexicana y personajes como Emiliano Zapata o Francisco Villa.
Ya de regreso a casa, con mucha seriedad me preguntó:
- ¿Y esos señores también van al café? Pensé en el concepto del tiempo y la edad de los mayores a la vista de los menores.
Una broma que ha sido repetida en muchas ocasiones y por diferentes personas la viví con un compañero de muchos años de trabajo.
Asistiendo a una fiesta de universitarios, sentados en la mesa acompañando a otros profesores, de pronto, uno de ellos hizo el comentario sobre los bailes de "entonces" y de lo mucho que nos divertíamos danzando abrazados con nuestra pareja, que comparados a los ritmos modernos los consideraba mejores; luego nos dijo reflexivo: - Antes venían a las fiestas los mayores, a lo que otro compañero le respondió:
- Y siguen viniendo, sólo que ahora somos nosotros. Certera respuesta que nos ubicó en el tiempo.
Cierto que para los más viejos todo tiempo pasado fue mejor, así como para los jóvenes es el que viven, caso de algunos exalumnos que ya son padres de familia, con hijos en la secundaria, que memoran sus andanzas en viajes de estudio, juegos deportivos o grupos musicales, como aquellas rondallas que me tocó coordinar.
Para ellos, aquellos tiempos fueron los mejores por su juventud disfrutada y los recuerdos los llenan de alegría y nostalgia, que de pronto les anima a reagruparse y lograr regresar en el tiempo, como los integrantes del grupo de música moderna "Aranjuez", que animara un Festival de la Canción Universitaria como entretenimiento durante el intermedio del programa conformado por los nuevos jóvenes que también le cantan a la vida, al amor y a sus experiencias.
Sin duda el tiempo que Usted vivió es el mejor para sí y evocando sus viejos recuerdos podrá recordar las propias andanzas y las aventuras juveniles que hubo vivido. ¿Ya empieza a recordar sus travesuras?
