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PIÉNSALE, PIÉNSALE

LA LUZ VENCIÓ A LAS TINIEBLAS

ARTURO MACÍAS PEDROZA

Celebramos la fiesta de la vida, la fiesta de la luz. Desde la antigüedad los humanos en todo el mundo siempre hemos sido sorprendidos por el milagro de la vida que explota en cada primavera.

Una vez que ha pasado el invierno, sobre todo en algunas latitudes del mundo, acompañado de días cortos, oscuros y fríos. En Mesoamérica teníamos también en gran estima esta fiesta. Los Judíos unieron fiestas antiguas y diversas con la celebración de la liberación de la esclavitud de Egipto y el cristianismo celebra la resurrección como una re-creación de la humanidad.

Aquí en La Laguna las tinieblas de la muerte han extendido su sombrío manto poco a poco; El agua es vida y con la desaparición de las lagunas que se formaban por los ríos Nazas y Aguanaval, a causa de la creación de las presas, la existencia de arsénico en el agua, y la vida que se esconde en el desierto hacen marco físico a un creciente ambiente social que podemos llamar "cultura de la muerte", caracterizada por el deterioro de la vida social manifestada en el crecimiento de la violencia, y que comprende comportamientos cotidianos que manifiestan la forma de ser de cada cual y tratan de responder a las cuestiones esenciales. Internalizado la violencia en las diversas formas de conducirse ante el mundo. La imagen urbana cada vez más deteriorada expresa el abandono y retroceso. Corrupción, impunidad, ineficiencia en los servicios, pobreza, desempleo, salarios muy bajos… Vida que vive, vida que mata, vida que muere.

Entre las fotografías que hablan de tiempos mejores, del tomo 2 (Marzo 2014) de la revista "Gómez Palacio, Dgo"; Emporio Fabril, los siglos; XIX y XX. pp. 14-15, se encuentra fotografiado un documento original, fechado el 21 de febrero de 1890, en el que el oficial mayor, M. Fernández Leal, de la secretaría del Gobierno federal en la época de Porfirio Díaz, se le pide al gobernador del estado de Durango impulsar el naciente Gómez Palacio: "El interés vivísimo con que veo la creación de nuevas poblaciones industriosas, llamada a un gran porvenir y a servir de ejemplo… imparta decidida protección a la ciudad Gómez del Palacio, cuyas nacientes industrias necesitan para prosperar de la ayuda del gobierno de U. No necesito encarecer a U. las ventajas qu el Estado reportará el día en que la mencionada ciudad alcance el desarrollo de que es susceptible". Visionarios y actuando junto con todos los laguneros de aquellos tiempos lograron hacer de Gómez Palacio un orgullo nacional. ¿y ahora?

Cuando uno pierde lo que tanto ama, aquello que da sentido a toda la vida, y experimenta una terrible oscuridad; uno deja caer los brazos y no espera, sino muerte. Pero el milagro de la primavera enmarca una esperanza que trasciende los poderes humanos. La Vida siempre sorprende y maravilla y la renovación siempre es posible para quienes sacan fuerzas en medio de la oscuridad para buscar sentido a la vida. No un ideal, no un proyecto, sino un Alguien que es amigo y más que amigo: Es el amor, es la vida, es el camino. El explotador quiere hacernos creer que es inútil luchar, que las decisiones han sido tomadas, que el destino es fatal y sólo nos resta el egoísmo ,como huida comprensible del misterio de la muerte, que se haya en el amor. El amor es siempre un hecho de muerte, de entrega, de sembrar: En el matrimonio, en la familia, en la vida común de cada día, en la construcción de la ciudad. Sólo esa muerte que está en el amor hace fructificar. Inesperadamente, extraordinariamente, generosamente. Intempestivamente. No es sólo regresar a una vida anterior de bienestar, sino abrirse a una realidad impensable. Es luz penetrante que ve no sólo lo superficial, sino la esencia; la razón de ser de lo que ilumina.

La muerte no es la última palabra. La luz ha vencido a las tinieblas. La muerte, el poder más fuerte del mundo, es, sin embargo, menos fuerte que el amor. La victoria radica en esta manera nueva de existir-para-amar. Entonces el poder vivifica y lleva a la victoria final a través de la muerte. Este domingo de Pascua es necesario tener el convencimiento interior de la presencia de la Vida. Alégrense porque el que ha hecho la vida la rehace. La primavera del mundo es hoy una realidad personal trascendente-inmanente. La vida se ha manifestado y nosotros somos testigos de esta presencia invisible, pero vivificante. Espíritu que comunica fuerza, alegría, energía y esperanza. Es la percepción de sucesos nuevos, de nuevos horizontes.

No es razonamiento. Es intuición. Es fe. Intuimos con los signos de la luz, de la vida, de la niñez que se anuncia, de la flor, del amoroso…. Se tiene la seguridad más allá y sobre las elucubraciones de la inteligencia y de la constatación, que encierra al hombre del mundo moderno, limitándolo a conocer sólo lo constatable físicamente. Algo de inaudito ha sucedido y el primer impulso es decirlo a los otros. Si aun el sabor de la nostalgia impide descubrir el sabor de lo eterno que es una necesidad, es tiempo de hacer contacto con quienes han tenido esa experiencia y reflejan como antorchas esa luz. Lo eterno es una necesidad para la plenitud humana.

Cuando hay una relación personal inédita en el amor, el destino de la condición humana nos hace descubrir el límite de la relación; la aflicción, el dolor, la angustia son indecibles cuando el amado desaparece. No puede, sino nutrirse de la soledad y la soledad del dolor. Pero la nueva dimensión vivida no se da por vencida del fin de su amor. Y Seguimos buscando lo eterno que da sentido a lo temporal; la intimidad; el diálogo profundo con una relación personal inédita e irrepetible, aunque con todas las características de una normal vivencia humana.

Podemos quedarnos llorando nuestra sociedad de muerte y añorando el vivaz pasado de La Laguna, podemos abandonarnos a la desesperación o llevar una vida ligera que disimule el sufrir, o podemos buscar algo que de sentido a la vida. No algo; Alguien que una el tiempo y la eternidad. Que vive en una dimensión más allá del tiempo y de la historia y al entrar en relación con ella recibe el sello de la inmortalidad. El camino de búsqueda ha encontrado una respuesta que reviste mi humanidad de la gloria de Dios. Esto es una invitación en la lógica del amor de donación, no de soledad o afecto sensible o diálogo de dos, sino amor como comunicación, como un inquieto y fatigante caminar, CON EL CORAZÓN LLENO DE ALEGRÍA hacia aquellos que no saben todavía que se puede vivir esta dimensión nueva. Creer esto es el inicio de una nueva vida, como ofrecimiento de si a los otros, a través de los varios modos que el amor sugiere a cada uno. Por tanto, no sólo la historia de la dolorosa limitación humana, sino la esperanza de la vida en plenitud, la esperanza que aquello que es transitorio se hace eterno, absoluto. Que la luz de este domingo de Pascua disipe las tinieblas de nuestro corazón y de nuestro espíritu.

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