El fallecido premio Nobel de Literatura 1982, el colombiano Gabriel García Márquez, visitó por última vez su natal Aracataca, en el Caribe de este país sudamericano, el 30 de mayo de 2007 y tras 24 años de ausencia.
El autor de “Cien años de soledad” y “Memoria de mis putas tristes” llegó a Aracataca en un tren que partió de la ciudad de Santa Marta para inaugurar lo que las autoridades locales denominaron la “Ruta de Macondo”.
La singular locomotora, que fue pintada con llamativas mariposas amarillas, una de las figuras literarias que García Márquez usa en su obra cumbre, atravesó ese día las extensas plantaciones de la zona bananera del Magdalena.
El creador colombiano viajó en uno de los vagones acompañado de su esposa, Mercedes Barcha, y sus amigos más cercanos, como el entonces presidente de Panamá, Martín Torrijos (2004-2009), el músico Rafael Escalona, el escritor Juan Gossaín y autoridades regionales.
García Márquez reía mientras, a través de la ventana del tren, veía que al paso de la máquina y el sonido de sus fuelles miles de mariposas amarillas salían desde los arbustos que estaban cercanos a la línea del ferrocarril.
En las estaciones de cada poblado por la cual pasó el convoy, en tanto, pudo percibir el olor de la guayaba, el fruto tropical que siempre ha dicho añorar.
Cuando el tren llegó a la tradicional estación de Aracataca, una multitud de personas recibió al escritor de “Noticia de un secuestro” y sus acompañantes con gritos de alegría y con una pancarta en la que se leía “Bienvenido al mundo mágico de Macondo”.
García Márquez, que no se cansó en ningún momento de saludar, sonreía y recordaba a sus viejos amigos de Aracataca, el pequeño pueblo polvoriento que lo vio nacer el 6 de marzo de 1927 y que sirvió de inspiración para crear su mundo literario de Macondo.
La radioemisora RCN informó ese 30 de mayo de 2007 que, en medio de la algarabía, se registró una corta conversación entre García Márquez y el ex presidente de Estados Unidos, William Clinton (1993-2001).
“Es un saludo muy cálido para el señor García Márquez. El ex presidente quiere saber si él quiere conversar para ponerse al habla en el teléfono”, indicó la traductora a RCN.
El premio Nobel de Literatura dijo a través de RCN “dígale (a Clinton) que le agradezco su saludo y que lo siento como si estuviera conmigo en el tren de Macondo”.
