Recuerdan al héroe. Magdalena carga en brazos a Milagros, quien fue rescatada junto con Darwin por su padre Víctor de un incendio. En la imagen también aparece Hugo, de cinco años, el hijo mayor de la familia.
"No me arrepiento de haberme quemado porque salvé a mis hijos", fue lo último que dijo Víctor Hugo Carrillo Jáquez a su esposa Magdalena Baldivia.
El joven padre de familia, de 26 años de edad, falleció el pasado miércoles a causa de las quemaduras que sufrió por un incendio registrado en su hogar, de donde rescató a sus hijos Milagros, de dos meses y Darwin, de dos años.
El hombre, cuyo acto es considerado heroico, sufrió lesiones en el 70 por ciento de su cuerpo al cubrir a Darwin para que no fuera alcanzado por las llamas.
Momentos antes, Víctor Hugo había lanzado por la ventana a la bebé Milagros y en la calle unos vecinos lograron atraparla.
Así fue como dos de los tres hijos del matrimonio Carrillo Baldivia fueron salvados por su padre del incendio registrado el pasado 31 de marzo en la calle Eglantinas número 452 de la colonia Quintas Los Laureles, en Torreón, donde vivían.
Al momento del siniestro, el primogénito Hugo, de cinco años, estaba en el Jardín de niños.
Al día siguiente, en el Hospital 71 del Seguro Social, en Torreón, Magdalena tuvo la oportunidad de hablar con su esposo.
En la casa de su madre, en el ejido El Fénix, la joven viuda comparte las últimas palabras de Víctor Hugo. Le dijo que a pesar del dolor y todo lo que sentía, no se arrepentía de haber salvado a su pequeños. Luego de decir esto cayó en un coma del que ya no despertó.
Él supo que sus hijos estaban vivos y sanos, pero ya no los volvió a ver.
"Él ya cumplió, luchó para sacar adelante a nuestros hijos y dio la vida por ellos, ahora me toca a mí hacer lo mismo", dice con entereza Magdalena Baldivia Estalas, quien pronto regresará a su hogar para reconstruirlo y buscará empleo para mantener a sus tres hijos.
