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Ejercicios de Kegel

Fortaleciendo el suelo pélvico

Ejercicios de Kegel

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Silvestre Faya

En su búsqueda por ayudar a las mujeres que presentaban incontinencia urinaria después del parto, el doctor Arnold Kegel descubrió cómo los músculos pélvicos podían rehabilitarse y recuperar la función de control del esfínter uretral. Este hecho, marcaría para siempre la forma de entender el placer sexual personal y compartido.

En 1940, el descubrimiento del doctor Arnold Kegel de cómo los músculos pélvicos podían rehabilitarse y recuperar la función del esfínter uretral, cambió radicalmente la vida sexual de las mujeres que se capacitaron en el control del músculo pubocoxígeo, encargado del control urinario y relacionado con el placer sexual obtenido en la penetración vaginal.

Este hallazgo no sólo sirvió para atender la incontinencia urinaria, fecal o dispareunia (dolor durante la penetración vaginal), además logró dar a la mujer la posibilidad de alcanzar sus orgasmos de manera constante, así como dar y recibir placer durante el encuentro sexual.

MÚSCULO PUBOCOXÍGEO

Es el músculo principal del suelo pélvico. En la mujer, está relacionado con el útero y la vejiga; en el hombre, conecta este mismo órgano y la próstata. Mantener vigoroso el músculo pubocoxígeo, hará la diferencia en la sensibilidad durante el encuentro sexual en ambos sexos.

Asimismo, el suelo pélvico es el conjunto de músculos y ligamentos que mantienen en posición correcta a la vejiga, el útero y el recto en contra de la fuerza de gravedad, sosteniéndolos. Cuando el suelo pélvico se debilita, pueden presentarse diferentes trastornos como incontinencia urinaria de esfuerzo (al levantar un objeto pesado, brincar, toser, estornudar), prolapsos de los órganos intraabdominales, y disfunciones sexuales.

IDENTIFICANDO MÚSCULOS PÉLVICOS

Un método simple consiste en orinar e intentar cortar el flujo natural de orina, contrayendo en repetidas ocasiones los músculos del suelo pélvico. Durante la práctica, se hará consciencia de los músculos encargados del control del chorro de orina. Otra manera de identificarlos, consiste en insertar un dedo en la vagina e intentar apretarlo. Con paciencia y constancia se logrará incrementar la fuerza de contracción muscular. Una rutina diaria de ejercicios de Kegel puede ir desde las 50 hasta las 300 repeticiones.

¿QUÉ DEBILITA AL SUELO PÉLVICO?

El embarazo, por el peso del útero; el parto, por el paso del bebé por el canal vaginal; el posparto, al iniciar de manera temprana actividades físicas fuertes cuando aún los músculos pélvicos no han recuperado su fuerza; el deporte, cuando implica actividades bruscas o de impacto; la menopausia, con los cambios hormonales que ésta involucra, provocando atrofia y atonía vaginal.

Asimismo, se encuentran los factores hereditarios, es decir, la información genética con frecuencia determina que algunas mujeres presenten este debilitamiento pélvico. También se pueden mencionar los malos hábitos diarios, como aguantarse de orinar, usar ropa interior o prendas ajustadas, tensar la respiración al cantar, o tocar instrumentos de viento forzando sus músculos.

Otros factores son la obesidad, estreñimiento, tos crónica y el estrés constante, el cual obliga a mantener una actitud alerta todo el tiempo, tensando la musculatura de manera inconsciente.

IMPACTO EN LA VIDA SEXUAL

En cuanto a este tema, se puede mencionar la dificultad para iniciar la relación sexual por un bajo deseo que existe en la mujer. Además, puede presentar una alteración en alcanzar sus orgasmos y/o dolor durante la relación sexual. Lo anterior representan fuertes indicadores de la necesidad de incrementar el vigor de la musculatura pélvica, a fin de que la mujer supere esta condición limitante.

Del mismo modo, pueden considerarse dentro del impacto en la vida sexual, la repercusión psicológica en la mujer al sentirse en desventaja para llevar una relación sexual, por el temor a la incontinencia urinaria. La baja o nula sensación placentera durante la penetración vaginal, o dolor durante este acto, la orillan a postergar o alejar los encuentros sexuales autocalificándose de «anormal» o «incompleta».

La valoración médica, psicológica y sexual darán la orientación profesional necesaria a quien presente esta condición sexual.

TIPOS DE EJERCICIOS DE KEGEL

Aparte de soltar y cortar el chorro de orina varias veces, existen otros ejercicios que pueden realizarse rutinariamente:

1.- Vacíe su vejiga.

2.- Sentada o acostada, contraiga los músculos de la vagina durante tres segundos y relaje. Repita diez veces.

3.- Siga la secuencia anterior, pero ahora de manera rápida hasta completar veinticinco contracciones.

4.- Usando su imaginación, visualice en su vagina un objeto y «sienta que lo retiene» durante tres segundos; luego relaje. Repita diez veces.

5.- Imaginariamente, experimente la sensación de expulsar un objeto a través de su vagina durante tres segundos. Repita diez veces.

6.- Su vagina es capaz de acariciar un objeto. Contraiga y relájela experimentando el placer de acariciar durante tres segundos, y luego relaje. Hágalo diez veces.

7.- Acuéstese boca arriba con las rodillas dobladas y las plantas de los pies bien apoyadas sobre el suelo. Relaje los músculos del estómago y vagina, aquiételos. Sin flexionar los músculos del estómago ni tensar los glúteos, intente juntar las paredes de su vagina utilizando únicamente los músculos de esta zona. Mantenga la tensión durante diez segundos y relaje otros diez. Haga una serie de diez minutos.

EN LA OFICINA O EN EL AUTO

La facilidad de realización de estos ejercicios y la privacidad íntima de cómo pueden ser practicados, hace su uso infinitamente versátil. Durante la parada en un semáforo, puede contraer y relajar su vagina; lo mismo, durante el descanso en su oficina o frente a su computadora. Sólo usted sabrá que los está realizando.

Estos ejercicios ofrecen la ventaja que para quien ha vivido la incontinencia urinaria, no viva una vida sexual gris o difícil. Asimismo, proporcionan una sensación de bienestar y requieren de valoración frecuente a través de insertar un dedo en la vagina, y percatarse de la cada vez más frecuente y consciente tensión muscular interna.

Si durante los ejercicios se experimentan molestias en la espalda baja o el abdomen, entonces se tendrá que revisar la técnica al practicarlos y, posteriormente, corregir el error. Es importante recordar que no deben de ser practicados sin apretar el tórax o conteniendo la respiración, todo ello de manera cómoda y relajada.

RESULTADOS A CORTO PLAZO.

Se requiere de dos a tres meses -siendo constante con los ejercicios- para ver resultados palpables en la vida sexual. Si se tiene la paciencia de realizar cuatro series de cincuenta veces, los resultados bien valdrán la pena en cuanto al incremento de placer sexual y control personal de las sensaciones. La vida sexual de la mujer no estará supeditada únicamente a recibir pasivamente lo que el varón le dé, pues ahora ella tomará su parte y la hará valer; esa es la diferencia.

La actitud mental de la mujer consciente de su mejor desempeño sexual, le ofrecerá la opción de tomar la iniciativa confiadamente de múltiples encuentros sexuales con su pareja. El compañero sexual de una mujer capaz de controlar su musculatura pélvica, disfrutará de manera cada vez mayor sus encuentros sexuales, y será ella quien llevará un papel determinante en su placer personal y compartido.

www.sexologosilvestrefaya.com

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