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Tapar el sol con un dedo

PATRICIO DE LA FUENTE

El sol: ése no se tapa con un dedo ni con campañas publicitarias porque a la larga, cual símil de la verdad, sale a la luz. El efecto hormiga, al que con resquemor se refiere el Gobierno de la República jurando que a toda costa sería evitado, no pudo impedirse en el Estado de México tras la intervención michoacana.

Eruviel Ávila fracasó y hoy pide ayuda; los mexiquenses en su conjunto viven con miedo. No es de ahorita, pero por omisión y soberbia, las cifras del delito en todas su modalidades, antes ocultas, se han disparado y son vox populi. Ávila justifica la situación como producto del reacomodo de las bandas delincuenciales, pero lo cierto es que la violencia en el Edomex data de hace mucho más.

Veracruz, por su parte, es el lugar más peligroso para ejercer el periodismo en América Latina. ¿Cuántos compañeros periodistas asesinados van a la fecha? "La fuerza del crimen en consecuencia de la falta del estado de derecho" señala Darío Ramírez, director de Artículo 19, al tiempo que Javier Duarte, titular del Ejecutivo, recibe premios "por su defensa a la libertad de expresión" como si un valor no negociable garantizado en la Carta Magna, es algo por lo que se deba festejar a un político.

Graco Ramírez, gobernador de Morelos, juró y perjuró que en 18 meses terminaría con la inseguridad y que de no lograrlo, habría de renunciar. El plazo se cumple pero Graco, aquejado por la amnesia y el disfrute que supone el puesto, hace mutis cuando más de 20 mil ciudadanos salen a marchar a las calles exigiéndole el cumplimiento de la palabra empeñada. Tampoco en Cuernavaca, donde el sol resplandece y brilla muy fuerte, las cosas se pueden ocultar con un dedo.

Ayer, en sendo reportaje de Lucía Pérez para El Siglo de Torreón, se documentan los atracos y robo de ganado que sufren ejidatarios de 20 comunidades del estado de Coahuila, la ineficacia de la Policía que no alcanza a llegar para protegerlos frente a la incidencia del delito, "y lo que les queda es defenderse ellos solos", acusa un líder campesino.

La inseguridad en el estado va a la baja, pero tampoco estamos de plácemes, ni "a toda madre" como alguna vez dijo Rubén Moreira refiriéndose a Torreón. Ahora, a modo de advertencia a los campesinos a quienes nadie protege y que ejemplifican que en materia de seguridad Coahuila se encuentra lejos de la tranquilidad que muchos quisieran, el gobernador dice que no tolerará la creación de grupos de autodefensa en la entidad.

En la capital del país, Miguel Ángel Mancera presume que ahí el crimen organizado y las células del narcotráfico no existen, pero los hechos demuestran lo contrario y lo desdicen. En el estudio "Estado actual del delito del secuestro" presentado por la organización que encabeza Isabel Miranda de Wallace, se señala que en 2013, tan sólo el 61 por ciento de los secuestros se concentró en el Edomex, Guerrero, Tamaulipas y en el DF. Menos mal, como indica el jefe de Gobierno, que los capitalinos no sufren los embates del crimen organizado.

Harina de otro costal, Guerrero. Con problemáticas muy particulares y una coyuntura ancestral que se remonta a la guerrilla urbana y de asfalto en tiempos de Lucio Cabañas, a Ángel Aguirre, hoy gobernador, le quedó muy grande la yegua y en un ejercicio de humildad, cosa rara en los políticos, clama por ayuda de la Federación cuando hasta hace unos meses, entre fiesta y fiesta, presumía lo bien que iban las cosas.

La inseguridad no termina dejando Felipe Calderón la Presidencia y seguirá existiendo cuando Enrique Peña haga lo propio. No se resolverá con la renuncia de Graco, ni blindando el coto de Eruviel, ni denunciando los ataques a la libertad de expresión y el cinismo de Javier Duarte. La inseguridad somos todos, es sintomática de un sistema social, político y económico cuyo fracaso es palpable pero que cada uno, presos por la soberbia, no queremos admitir.

En un país con cuarenta millones de personas viviendo en distintos grados de pobreza y con una educación pública mediocre, el sueño de un México en paz se mira lejano. En mayor o menor medida, cada uno de nosotros hemos abonado a esta situación y somos corresponsables. Así que dime, querido lector, ¿qué te propones hacer y en qué quieres contribuir para atenuar lo que ya no se puede ocultar como el sol con un dedo y que rebasa el ámbito de competencia del Gobierno a sus tres niveles?

Lo que me alegra es que el sol, ni con todo el dispendio y los discursos huecos de la clase política, se puede tapar. El sol alumbra a los casi todos políticos y los describe de cuerpo entero como lo que realmente son: un puñado de incompetentes. ¿O de qué otra forma los calificarías tú, amable lector?

Twitter: @patoloquasto

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