Columnas la Laguna

FACULTAD DE MEDICINA

DIRIGIR UN HOSPITAL: UNA TAREA DÍFICIL

DR. ARTURO GONZÁLEZ VALDEZ*

La dirección de un hospital debe considerarse como un puesto preferencial en el esquema general de la atención a la salud. Debe considerarse así, porque en él se llevan a cabo los requisitos para realizar una buena gerencia; planeación, investigación, proyección, evaluación, desarrollo, ya que se mantiene permanentemente compitiendo con otros hospitales y consigo mismo.

En él se fomenta el más grande espíritu de humanidad y comprensión, se desarrolla la investigación, se estimulan las iniciativas para crear técnicas, se aplican parámetros de educación, se maneja personal heterogéneo, no sólo pacientes, sino familiares, visitantes, y personal al servicio de la institución. En el hospital se ventilan problemas físicos, psicológicos, morales, religiosos, comerciales, laborales, judiciales…

Tomando en cuenta lo anterior, es indispensable, que un director de hospital sea objetivo, para que tenga un adecuado aprecio de la realidad, tanto interior como exterior. Debe manifestarse con autonomía, decidiendo por sí mismo y no dejarse llevar por la opinión no sustentada de sus colaboradores; actuar con responsabilidad, tomando como marco de referencia los valores a lo que se aspira.

Quien dirige un hospital debe tener una visión amplia, que le permita una vivencia panorámica de la vida y por lo tanto de intereses variados. Debe de intuir la importancia de la trascendencia a través de lo que se hace, pero sobre todo a través de lo que se es; tomar decisiones con apoyo de su capacidad de reflexión, para que no se limite a hacer, a querer, a conocer, sino que reflexione sobre sus actos, sobre sus deseos, afectos y conocimientos. El hombre, nunca olvida su pasado, vive el presente y piensa en el futuro; recuerda el pasado para sacarle provecho con vistas al futuro y vive el presente para no dejar de hacer lo que tiene que hacer, en forma actualizada.

Es importante un buen manejo emocional para responder en forma adecuada a las incitaciones y estímulos del medio ambiente. Y tener criterio, para que lo haga ser comprensivo con los demás, aceptando que tienen la libertad de pensar, sentir, actuar de modo diverso al propio o incluso de manera contraria. Actuar con flexibilidad, lo que significa mente abierta al cambio, si éste supone una mejora para la persona o personas que lo rodean; la persona que es flexible, está más dispuesto a escuchar que a oir.

Debe manejarse por objetivos que plantee su vida, en función de algo que se quiere alcanzar.Superar la frustración que se presenta cuando no logra un propósito u objetivo, primero aceptando el desencanto, segundo analizando el por qué no se logró y por último, buscando nuevas formas para lograrlo.

Un director que tenga estos componentes de personalidad, podrá dirigir un hospital mejor que quien no los tenga, ya que un hospital, presenta problemas propios de tan magna responsabilidad que habrá que resolver, y lo hará de la mejor manera posible, sin embargo, para aquellos que no los tienen, además de los problemas que genera el hospital, se le agregan los de las malas decisiones tomadas, o las complicaciones que lleva un problema ordinario no resuelto.

*Médico cirujano. Profesor de Propedéutica de la Facultad de Medicina de la UA de C.Jefe de evaluación de atención médica y gestión de calidad del Hospital General Universitario.

La próxima colaboración será del Dr. Mario del Valle González, neurocirujano.

www.facultaddemedicinatorreon.blogspot.com

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