En el Plan para el Abasto Sustentable del Agua para la Comarca Lagunera (Decálogo), se propone conservar las reservas del acuífero reduciendo las extracciones hasta alcanzar el equilibrio con la recarga, lo cual implica establecer programas de uso eficiente del agua en la agricultura, industrias, comercios y casas-habitación.
Por ser la agricultura el mayor consumidor de agua, es una prioridad que se reduzca su consumo mediante la tecnificación del riego. Para el uso urbano, es importante también que se consuma menos agua, disminuyendo las pérdidas por fugas en las redes de distribución por parte de los organismos operadores y cuidando el agua en todos los usos en los hogares por parte de los usuarios domésticos. En los domicilios existe un potencial importante de ahorro en los usos en regaderas, sanitarios, lavabos, lavado de ropa, riego de jardines, limpieza de pisos y lavado de autos.
En las ciudades estamos acostumbrados a tan sólo abrir las llaves para obtener suficiente agua (aunque en ciertas colonias escasea), mientras que en algunas comunidades rurales se requiere transportarla en tambos o cubetas desde distancias considerables. Debemos tener presente que el agua es un recurso valioso, a veces difícil de obtener y de suministrar a toda la población. Aún cuando en la mayoría de los domicilios se cuenta con agua todo el año, no debemos desperdiciarla y estar conscientes de que se tiene que utilizar eficientemente.
Se han reportado numerosos casos de ciudades, como México, Monterrey, Guadalajara, León y Tijuana, donde se han presentado crisis por la escasez de agua y se ha llegado a los tandeos en el suministro, proporcionando únicamente el servicio durante algunas horas del día. Como resultado de estas experiencias se ha logrado desarrollar una cultura de cuidado del agua.
Una parte considerable del consumo de agua en los hogares, es la que utilizamos al bañarnos, por lo que debemos tener presente que las regaderas convencionales descargan un flujo de 18 litros por minuto, por lo que si se utilizan por más de 5 minutos el consumo será de 180 litros en 10 minutos o de 360 litros en 20 minutos. En los sanitarios convencionales se emplean 20 litros en cada descarga, cuando podría ser la mitad o menos.
Actualmente se han desarrollado diversos tipos de dispositivos de ahorro de agua para regaderas, sanitarios y lavabos, así como sistemas de riego de bajo consumo para jardines, que permiten reducir considerablemente los volúmenes de agua utilizados.
Se estima que el consumo de agua en una casa-habitación, aunque es variable, es de 165 a 250 litros por persona por día, por lo que una vivienda donde habitan 4 personas el consumo debe ser de 20 a 30 metros cúbicos por mes. Cuando el consumo mensual es mayor de 30 m3, es indicación de que se presenta alguna de las siguientes causas: (a) hay dispendio, (b) existen fugas en tuberías o muebles sanitarios o (c) el medidor está fallando. Cuando se cuenta con jardines muy grandes, dichos consumos se incrementan.
Por lo tanto, si el consumo en una casa-habitación es alto se deben verificar las instalaciones hidráulicas (sobre todo si son muy antiguas) para detectar si hay fugas o revisar si hay dispendios en los usos del agua. De no ser alguna de estas causas, se debe reportar el medidor al organismo operador como una anomalía para su revisión.
Los factores externos que influyen en el consumo doméstico de agua son: (a) clima (región, época del año), (b) costo del agua, (c) presión en la red y (d) medición del consumo.
En la Comarca Lagunera, la dotación de agua que suministran los organismos operadores es en promedio de 340 litros por habitante por día, el cual es muy alto al compararlo con otras ciudades. Cabe aclarar que esta cifra incluye, además del consumo doméstico, las pérdidas por fugas en las redes de distribución de las ciudades y el agua utilizada por los comercios, servicios públicos y algunas industrias.
Es importante destacar la influencia que tienen en los consumos de agua los usos y costumbres de las personas, por lo que los programas para el cuidado del agua deben estar orientados a crear conciencia en las personas para modificar los hábitos que propician dispendios.
