El lenguaje es una poderosa herramienta para transitar hacia la cultura de la legalidad y construir una mejor sociedad. En un ejercicio de autocrítica es necesario reconocer que en los últimos años los medios de comunicación hemos contribuido a la cultura del miedo tras la difusión de vocablos propios del crimen organizado. Esta premisa es compartida por Jorge Melguizo quien se desempeñara como secretario de cultura en una de las ciudades más peligrosas del mundo.
"Tenemos que sacar del lenguaje, especialmente los periodistas, la palabra "violento" y la palabra "peligroso" porque estos barrios como la Alianza o la Comuna Trece en Medellín o las favelas de Río de Janeiro no son violentos sino que son víctimas de la violencia", dice el también coordinador de la Cátedra Medellín - Barcelona.
Jorge Melguizo estuvo recientemente en Torreón, invitado por el Ayuntamiento, para compartir su experiencia en la alcaldía de Medellín donde a través de la cultura, la educación y el rescate de espacios públicos lograron transitar hacia una cultura de la legalidad.
La plática con Jorge, a quien no le gusta que le digan doctor, se desarrolla en el Museo del Algodón enclavado en el sector Alianza al poniente de la ciudad, uno de los sectores que más ha padecido la violencia desde 2007.
"Si asumimos a un barrio como víctima de la violencia, entonces debe convertirse en una prioridad para el gobierno".
Melguizo afirma que cuando una persona es víctima de un asalto lo que más desea es la solidaridad del otro, sin embargo como sociedad tendemos a dejar solos a los barrios que han sido víctimas de la violencia. Dejamos de visitarlos y les agregamos la etiqueta de barrios "peligrosos" o "violentos".
"Ojalá que la gente viniera a la Alianza con total confianza, sin temor y que la gente del barrio de la Alianza se sienta rodeada y acompañada por el resto de la comunidad. No es la comunidad la que le tiene que dar la espalda a los barrios que han sido víctimas sino que la comunidad, el Municipio, la administración municipal tiene que rodear y acompañar, si vos eres víctima de un asalto, de una violación, lo que esperas es la solidaridad de tu familia, de tus amigos, el acompañamiento y no que te aparten. Sin embargo, nuestras ciudades han hecho todo lo contrario, los barrios como la Alianza en Torreón o como la Comuna Trece en Medellín o como la zona nororiental de Medellín durante muchísimo tiempo fueron rechazados y olvidados por el resto de la comunidad".
Incluso Melguizo va más allá y cuestiona el hecho de que en narraciones de eventos deportivos, como el futbol, se utilice un lenguaje bélico con expresiones como "tiro al arco", "pena máxima", "duelo a muerte".
"El lenguaje no es inocente y nos va creando unos imaginarios de combate, de lucha. Una segunda reflexión con el lenguaje es lo que uno muestra en la televisión. En el 91 vivimos el peor momento de violencia en Medellín. Tuvimos seis mil 700 muertes en un solo año, 20 muertes diarias. Entonces hicimos una reflexión, yo trabajaba en ese momento con Organizaciones No Gubernamentales, ONG, y la reflexión fue que los jóvenes de Medellín sólo salían en los medios de comunicación cuando eran asesinados o eran los asesinos. Es decir, cualquier persona que viera un noticiero de televisión o escuchaba la radio o leía un periódico sólo veía jóvenes asesinos o asesinados, entonces el imaginario que existía en el resto de la ciudad era que los jóvenes eran violentos. Entonces comenzamos a mostrar los aspectos positivos de los jóvenes para construir otros referentes".
Para Melguizo los medios de comunicación al difundir sólo los hechos negativos, convertimos a los criminales en héroes, al mismo tiempo que aislamos a sectores completos de la sociedad.
"¿Por qué de la Alianza se habla sólo de lo malo? Yo tengo esta camisa blanca y si yo me hiciera un puntito con un lapicero me dirías: 'se te ensució la camisa' y no, el resto de la camisa está limpio, es el puntito el que está sucio; en la Alianza alguien que haya delinquido es de quien terminamos hablando en los medios, pero ¿qué pasaría si los medios de comunicación empezáramos a mostrar lo que hay en la Alianza que la gente no ha visto en Torreón? Entonces empezar a mostrar las otras realidades positivas que pasan ahí. No se trata de esconder, de maquillar, se trata de mostrar también lo otro que existe".
Antes de pisar tierras laguneras Jorge Melguizo tenía otra percepción de Torreón. Y es que el consultor tenía como referente las malas noticias relacionadas con la violencia y que le han dado la vuelta al mundo. Sin embargo, dice que encontró una ciudad apacible y lo que más le sorprendió al llegar fue ver a decenas de personas de la tercera edad bailando en la Plaza de Armas.
"(Los viejitos) se convirtieron en resistencia pacífica contra la violencia. 'Mientras ustedes se matan nosotros seguimos bailando y en la plaza pública'. Una plaza pública es un espacio público y el espacio público tiene que ser incluyente y me encantó ver ese espacio público tomado por el baile y la alegría".
Jorge Melguizo insiste en que la sociedad debe aprender a trabajar en unidad, tal y como lo hacen los delincuentes.
"¿Qué hacen bien los narcos?, crean cárteles. ¿Qué es un cártel? Es una alianza; el que mata, el que negocia, el que procesa, el que edifica; a todos les va bien independientemente de quien hace una cosa o la otra. Nosotros (la sociedad) desde el Gobierno desde las organizaciones sociales tendemos a trabajar muy desarticulados, cada uno en lo suyo y cada uno con la prepotencia y con el egoísmo de los suyos. Entonces hay que aprender a trabajar en red".
Jorge Melguizo afirma que la cultura es un hecho transformador de la sociedad y cita el caso e Medellín donde ésta ha sido la clave para lograr una transformación social.
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