Seguridad. Las actividades de los centros se regulan por un modelo de intervención que provee servicio de atención a la niñez en situación de riesgo.
En la estrategia para prevenir la violencia y la inseguridad, el Gobierno federal impulsa la creación de Centros Municipales de Bienestar Infantil (CMBI), como un mecanismo de gestión para favorecer el desarrollo de la niñez de entre 4 y 12 años, y apoyar a las madres trabajadoras.
Con servicios de cuidado, centro de tareas, traslados escolares, alimentación balanceada, higiene y recreación, los centros se enfocan en necesidades básicas de los menores que tienen poca o nula atención de sus padres por razones de trabajo.
"Se trata de que los niños realicen esas actividades antes y después del horario escolar, para que acudan puntualmente a sus clases en condiciones mejoradas y cubrir las deficiencias existentes en su desarrollo personal, familiar y académico", de acuerdo con el proyecto de la Secretaría de Gobernación.
Estos centros son un caso de éxito que ya está en marcha en Ciudad Juárez, Chihuahua, donde la activista Clara Torres comenzó hace ocho años a trabar con más de 130 niños sin recibir ningún subsidio.
Dos años después el Gobierno municipal de Ciudad Juárez implementó este proyecto como política pública y actualmente se atiende a más de 2 mil niños en 70 centros ubicados en zonas de vulnerabilidad, de la ciudad fronteriza.
El programa es una alternativa que propicia la participación comunitaria para la atención integral de la niñez en situación de riesgo social, y a la vez que se apoya a padres y madres que trabajan.
Las actividades de los centros se regulan por un modelo de intervención que provee servicio de atención a la niñez, con relación en sus necesidades básicas de cuidado, protección y alimentación.
Los logros van desde un incremento en sus calificaciones, hasta la desaparición de reportes de conducta, disminución de violencia familiar, faltas y deserción escolar, así como una interacción con la comunidad.
Lucila Guerra, directora general de la Subsecretaría de Prevención y Participación Ciudadana de la Secretaría de Gobernación, dice que la intención es que este modelo se replique como un "proyecto piloto" en seis municipios de las 57 zonas consideradas como las más violentas del país.
"El programa tiene varios objetivos, como dar opciones a madres trabajadoras que no tienen la opción de seguridad social o no tienen con quien dejar a sus hijos mientras ellas trabajan", explica.
Detalla que uno de los ejes fundamentales es brindar el servicio de cuidado de los niños, con personal capacitado, profesores, pero también se les brinda alimentación. Otro de los beneficios, dice, es que con estos centros se generan fuentes de ingreso para las madres que se encargan del cuidado de los menores; además de brindar -a través de la capacitación- un desarrollo profesional y personal de las personas.
CÓMO FUNCIONA
Cada CMBI recibe a los niños a partir de las 5:00 de la mañana, quienes después de dormir un poco más reciben su desayuno y el centro se encarga de enviarlos a la escuela.
A las 13:00 horas se recoge a los niños de la escuela, se les da de comer y actividades post clases hasta las 17:00 horas, cuando sus mamás terminan su jornada laboral y pasan por ellos para llevarlos a su casa.
Se busca que los centros no dependan de programas gubernamentales, por lo que sus padres deberán de aportar por cada infante una cuota de tres salarios mínimos; sin embargo, dado al éxito del programa en Ciudad Juárez el Gobierno federal aportó recursos.
LA CAPACITACIÓN
De acuerdo con el proyecto los centros tienen docentes, madres de familia y/o profesionales de la comunidad o estudiantes universitarios, capacitados por una universidad.
La capacitación se realiza a través de cuatro módulos con temas como personalidad, en donde se aborda la conducta infantil y socialización; para prevenir el maltrato infantil; derechos de los niños, y ludoterapia.
Se les imparten cursos de manejo de alimentos, riesgos sanitarios, primeros auxilios, manejo de extintores, prevención de incendios y evacuación de estancias infantiles, organización de la agenda diaria y uso del manual de actividades, entre otros.
El modelo forma parte del Programa Nacional para la Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia que la Subsecretaría de Prevención y Participación Ciudadana de Gobernación aplicó en 2013, para contener el crimen y recuperar el tejido social en 57 zonas consideradas como prioritarias.
'Gracias a Dios encontré estos centros'
Para Patricia Mendoza, madre soltera y con dos hijos de padres diferentes, las instancias infantiles fue lo mejor que le pudo pasar en esta frontera, a donde llegó desde Tlaxcala en busca de una mejor vida.
"Llevo más de 10 años trabajando en la maquila, vivo sola y ni uno de los papás de los niños me ayuda... no me interesa, a mí me interesan mis hijos", cuenta.
Recibe un sueldo de mil pesos por semana si trabaja turno "quebrado": entrar a las cinco de la mañana, salir a las tres de la tarde, regresar a las ocho de la noche y salir nuevamente a las tres de la madrugada.
"Doña Lupita me ayudaba con los niños -Manuel y Pedro, de 7 y 6 años- pero después me di cuenta que los estaba descuidando; por el trabajo no podía hacer nada más. Gracias a Dios me enteré de estos lugares y de aquí me los recogen cuando trabajo en el tercer turno, les dan de comer, los ayudan con las tareas y yo nada más paso por ellos en la tarde", explica.
