La agenda de Davos 2014 tiene algunas similitudes con la de la I Conferencia de Comercio y Desarrollo (UNCTAD) que se reunió en marzo de 1964 en Ginebra para el primer gran encuentro entre los países desarrollados, muchos de de ellos excolonialistas, y los que en ese momento conocíamos como del "tercer mundo".
El tema entonces era, y sigue en buena medida, la urgencia de lograr intercambios económicos justos. Se trataba de vencer la imposibilidad que lastraba a los países subdesarrollados de romper el cerco perverso de exportar materias primas baratas mientras tenían que importar manufacturas caras fabricadas por los desarrollados. Este proceso dejaba a los primeros en la más irremediable quiebra. Las discusiones, en muchos momentos agresivas, tuvieron el mérito de promover nuevas actitudes y medidas a favor del desarrollo.
Pero en realidad la problemática de intercambios internacionales justos es una faceta de un escenario mayor del desarrollo humano y, más concretamente, la injusticia que significa la grave disparidad que separa hoy en día a los pobres de los ricos en el mundo.
En 1964 la población mundial era de sólo 3,300 millones. Hoydía somos más de 7,000 millones, más del doble. Los problemas que tenía el mundo eran mucho más simples que ahora. Los mexicanos, por ejemplo éramos en 1964, 34 millones. Hoy día somos más de cuatro veces más.
Aunque la proporción estadística de pobreza extrema ha bajado según los informes de NNUU el hecho cada vez más confirmado es que hay más pobres y que la brecha que los separa de los ricos se ha ampliado notoriamente. Se ha llegado al extremo de que un puñado de menos de 100 personas son dueños de más de la mitad de los ingresos de todos los demás. 80 o 90 personas concentran en su poder 95% de la riqueza planetaria.
La organización FEM con sede en Davos dio la voz de alarma ahora que se reúne el Foro Económico Mundial en ese pueblo suizo. Las encuestas confirman que la brecha amenaza muy seriamente la estabilidad social de la mayoría de los países. En la OCDE, por su parte, la brecha entre ricos y pobres más aguda se encuentra en Chile, México, Turquía y Estados Unidos.
Crece, afortunadamente la conciencia de este problema. El tema del Foro Económico es, precisamente la pobreza y las medidas oficiales que la han agudizaado. Algunos asistentes al Foro Económico lo mencionan. La señora Feike Sijbesma, Presidenta del banco Royal DSM expresa que "hay que cabildear con los gobiernos con el objeto de que privilegien la actividad productiva y la creación de empleos". La señora presidente de Pepsico habla de ética declarando que "hay que atender no sólo cómo se hace el dinero, sino qué es lo que se hace con el dinero, ser ético es rentable".
El Papa Francisco se ha dirigido a la reunión de Davos instando a los ricos y poderosos ahí reunidos a dar máxima prioridad a encontrar remedios a la pobreza y a la injusticia que ella significa para miles de millones de seres humanos.
En uno de los numerosos paneles del Foro Económico el presidente Peña Nieto presentará los pasos que México ha dado hacia el desarrollo en la prime etapa de las reformas que se han aprobado en las Cámaras legislativas.
No es fácil la coyuntura en que nos encontramos. Por mucho que el presidente quiera presentar una imagen de un México tranquilizado y próspero, la prensa internacional está marcadamente en contra de esta visión.
La violencia e ingobernabilidad que nos asuela tiene que ver con el mismo tema de la brecha entre los ricos y los pobres. Sin duda que las drásticas medidas para eliminar la criminalidad organizada tendrán que intensificarse en los próximos meses.
El ataque de fondo a nuestros problemas, tan acumulados desde hace tantas décadas, tendrá que reflejarse en el cierre de la distancia que separa a millones de mexicanos que viven en la escualidez de la pobreza aguda de sus conciudadanos más afortunados.
