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¿Adiós, CNTE?

PATRICIO DE LA FUENTE

Tal parece que los Reyes Magos se quisieron ver muy espléndidos con los capitalinos y nos trajeron de vuelta al jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, quien en una decisión largamente postergada, decidió escuchar el clamor ciudadano. Vaya desde aquí un aplauso para el doctor Mancera y su gobierno, en un país de despropósitos donde hasta eso celebramos: que se cumpla el orden jurídico.

Todo indica que su advertencia, la de no permitir que la CNTE recupere espacios en la Plaza de la República, sede del Monumento a la Revolución, va en serio. Y es que el domingo, de manera sorpresiva y agotado el diálogo con quienes nunca estuvieron dispuestos a ceder un ápice en sus demandas, un operativo policiaco retiró casi en su totalidad, el campamento de la CNTE.

Durante varios meses, los que dura un conflicto del que aún veremos nuevos episodios, la CNTE, fiel a las formas, usos y costumbres que datan desde su nacimiento, emplazó a los gobiernos federal y capitalino, y recrudeció sus acciones, en repudio a la Reforma Educativa y sus leyes secundarias; sobre todo, a la posibilidad de ser evaluados y terminar con vicios que imposibilitan una educación de calidad, como lo es la herencia de plazas.

Tarde quizá, pero el gobierno de Mancera, que valga decirlo, no es el único responsable de un problema de interés nacional pero sí de vigilar que impere el orden y los derechos ciudadanos sean respetados, pone -momentáneamente- fin a los excesos de la CNTE y regresa los espacios públicos a donde, por esencia, debiesen estar: en manos de los capitalinos y quienes nos visitan de otras partes.

Tras el desalojo, pacífico y vigilado por medios de comunicación y organismos de derechos humanos, la CNTE amenaza con recrudecer sus acciones, con nuevos mítines y marchas, e inclusive dice que tomará, de nueva cuenta, la plancha del zócalo como hiciera hace algunos meses.

Del gobierno y de Miguel Ángel Mancera, quien empeñó su palabra afirmando que hará valer la voluntad de los ciudadanos, espero la suficiente destreza y capacidad negociadora para impedir que ello suceda. De otra suerte, el escaso capital político que aún le queda tras los acontecimientos del año pasado y sus posibles aspiraciones presidenciales, hoy menguadas, se irán por la borda.

La CNTE, por fortuna, ni representa a la mayoría de los maestros ni puede, aunque haga uso de su legítimo derecho a la protesta y a oponerse a la Reforma Educativa, trastocar el estado de derecho y la vida de millones. Además, y no de manera fortuita, los estados donde tienen representación sus miembros, son los peor evaluados en cuanto a calidad educativa se refiere.

Sonará lacónico, se leerá rudo, pero la realidad es que en su gran mayoría, los maestros de la CNTE son célebres por dormir la mona, pasar el tiempo en marchas, incurrir en conductas violentas -muchas veces delictivas- y al tiempo, dejar a miles de niños sin clases durante períodos de hasta meses enteros.

En el universo paralelo donde habitan, acostumbrados a un gobierno que a sus tres niveles cede a sus caprichos y cumple con sus demandas desde hace más de treinta años, por absurdas que sean, los maestros de la CNTE cobran…por no trabajar.

En cambio, gente que sí está acostumbrada a hacerlo todos los días, los comerciantes de la zona centro y el Monumento a la Revolución y sus calles aledañas con quienes en reiteradas ocasiones platiqué, acusan pérdidas de más de novecientos millones de pesos a sus negocios, así como innumerables despidos, y otros tantos tuvieron que cerrar.

Muchos inclusive, se vieron en la necesidad de pedir préstamos y contraer pasivos. Al tiempo, los líderes de la CNTE no dormían en el plantón, sino en la comodidad de sus hoteles, y festejaban cada salida de Segob o de las oficinas del gobierno capitalino, con comilonas en el Centro Castellano y otros feudos de postín. Iban, se rumora, con los bolsillos llenos de billetes como cada treinta años tras cada negociación.

Así fue, así es y todo apunta, así será. ¿Los niños? Ésos no importan. ¿Qué mas da que se queden, meses enteros, sin clases? La lucha de la CNTE por los derechos de los trabajadores y una "educasión de calidá" (sic) para el país, ésa va primero.

¡Pobre México con "maestros" así!

Twitter @patoloquasto

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