Evite accidentes. Antes de viajar asegúrese que sus llantas se encuentren en buen estado.
Si tomáramos conciencia de que en las llantas depositamos diariamente la integridad de nuestro auto y de nuestra persona, nos preocuparíamos más de ellas, más si pensamos salir a carretera.
Varios expertos que las comercializan dicen que como máximo deberíamos reemplazarlas a los 3 años de uso.
Hay varios puntos que nos pueden indicar con claridad si ya necesitamos hacer el cambio. Uno es la profundidad mínima permitida para el grabado del piso, debe ser de por lo menos 1.6 milímetros.
Si el hule está muy reseco, las llantas tampoco sirven, aunque tengan dibujo.
Recuerde siempre checar las presión de inflado de las llantas cuando estén frías, es decir, de preferencia por las mañanas.
Mantenga las llantas infladas a la presión recomendada en el manual del propietario (básico es tener su propio calibrador de la mejor calidad posible). Cheque que no tengan rajaduras ni protuberancias.
Un desgaste desigual indica que las llantas están mal alineadas o desbalanceadas.
Lleve un registro de la rotación de las llantas. Rótelas a los primeros 8 mil kilómetros y después cada 12 mil kilómetros.
Consulte las tablas del manual de propietario para saber qué presión usar para salir a carretera y con mayor carga; regularmente llevan 2 o 3 libras más de presión. Es mejor que tengan un poco más de presión, a que les falte.
Si determina que ya es momento de cambiar las llantas, le será de mucha utilidad el paquete de información al respecto incluido en esta publicación.