El abandono y destrucción son el sello que caracteriza a los recintos deportivos del municipio de Torreón. (Fotografías de Jesús Galindo)
Luego de cuatro años de abandono, el deporte torreonense finalmente cambia hoy de manos, con la ilusión por parte de este sector en que las cosas cambiarán para bien de miles y miles de elementos que practican el deporte, ya sea en los centros de iniciación situados en las colonias populares, en centros educativos, en las academias de alto rendimiento, o bien, los elementos que en por gusto practican infinidad de disciplinas en forma meramente recreativa o en busca de un mejor nivel de vida y estado de salud.
Uno de los grandes problemas que en los últimos cuatro años afrontó el deporte local, se refiere a la nula inversión para el mantenimiento o mejoramiento de las unidades deportivas y espacios públicos destinados a esta labor, acentuándose por consecuencia su deterioro y disminuyendo notablemente el grado de funcionalidad en los mismos.
A la par se incrementó también el malestar del sector deportivo, el cual vio disminuidas sus posibilidades de practicar sus actividades en espacios dignos, al convertirse algunos de ellos en ruinas o basureros, producto de la destrucción por parte del vandalismo y falta de atención por parte de la autoridad municipal encargada de su atención, que lejos de considerarlos como una responsabilidad, los tomó como un botín particular.
EL GRAN RETO
A la llega de Alina Garza al ahora Instituto Municipal del Deporte, la esperanza de un cambio radical en el manejo rubro está latente, esperándose que las promesas del nuevo alcalde torreonense y la propia directiva del ramo deportivo, sean una realidad a partir de hoy mismo, reflejándose en una mejor atención a quienes diariamente buscan la oportunidad de desarrollar sus habilidades y talentos, o bien, llevar los grandes beneficios de la práctica deportiva a los sectores menos privilegiados del municipio.
El rescate de los espacios deportivos de orden público, tanto en colonias como los complejos diseñados y construidos expresamente para esta actividad, deberá ir de la mano de las nuevas unidades que se pretende edificar, a fin de que los beneficios lleguen a un mayor número de habitantes, generándose así una mayor posibilidad de desarrollo.
La profesionalización del personal asignado a este instituto, deberá ser igualmente una prioridad, evitando convertirlo en una agencia de colocación para quienes en campaña se ganaron una 'beca' para cobrar sin trabajar durante cuatro años, uno de los grandes males que afectó al deporte en el cuatrienio anterior y que absorbió gran parte del presupuesto en este ramo.
Sin duda, el reto para la nueva autoridad del deporte es titánico, al tener la responsabilidad de terminar con el gran rezago existente en todo los renglones, de ahí la importancia de que la comunidad deportiva se sume al trabajo conjunto y se convierta en el principal vigilante del trabajo de las nuevas autoridades.
