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Cuidados de la piel en invierno

El clima, factor fundamental

Cuidados de la piel en invierno

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Fabiola Pérez-Canedo

En invierno, las condiciones para la piel son distintas, el clima es más seco y se requiere una mayor hidratación. El frío provoca una menor producción de grasa, las personas sudan menos y la piel puede resentirlo, especialmente quienes presentan piel seca o mixta, que necesitan invertir en una crema hidratante para evitar el daño causado por la temperatura.

El clima es un factor fundamental en cuanto al cuidado de la piel. No es lo mismo tolerar los treinta o cuarenta grados centígrados en el verano, que exponer la dermis a diez o quince grados en el invierno y, en definitiva, se tienen que hacer algunas variaciones en las rutina diarias de belleza personal.

SIN EXAGERAR

En el verano, es común el baño con agua fría, que cierra los poros y vigoriza, pero cuando baja la temperatura, las duchas son con agua caliente, lo que constituye uno de los principales factores para resecar la piel en esta temporada del año.

El dermatólogo Ricardo Gómez, explica que el agua caliente actúa de forma muy agresiva en la piel y arrasa con la capa superior, que es la que protege contra bacterias, virus y hongos, por lo que se vuelve más susceptible hacia ciertas infecciones. Entonces, lo recomendable es que el baño sea rápido y con agua tibia.

Aparte de la temperatura del agua, otro aspecto que hay que cuidar en el invierno, es el enjabonarse demasiado o tallar mucho la piel, pues los jabones cortan la grasa corporal y esto genera una tendencia hacia la resequedad, que incluso puede derivar en un eccema, que es el enrojecimiento de una zona, seguido de una fuerte picazón, la cual puede esparcirse fácil y rápidamente por otras áreas del cuerpo.

Cuando la piel está seca, se dice que luce «acartonada», lo que se presenta con mayor frecuencia en la infancia y la vejez, mientras que los adultos jóvenes enfrentan problemas de acné por la acumulación de grasa. Los cambios de temperatura que se experimentan al salir de la casa, el vehículo o al cambiar de una habitación a otra -cuando se hace uso excesivo de la calefacción- pueden derivar en problemas de resequedad en la piel.

CUIDADOS

Una piel sana es el resultado de múltiples factores que van desde una buena alimentación y descanso, hasta una hidratación adecuada. En el invierno, es necesaria una humectación extra para que pueda formarse una protección, por lo que se recomienda una crema libre de colorantes, aromas y químicos.

Cuando el ambiente es caluroso, no hay necesidad de hidratar, porque la piel se humecta de manera natural, pero cuando la temperatura desciende, es necesario aplicar cremas que no estén muy cargadas de químicos o aromas, para evitar la dermatitis por contacto.

Entonces, si en verano la persona se aplica crema una vez al día, en invierno se requiere doblar o triplicar la acción, para lubricar adecuadamente. De preferencia, esto debe realizarse después del baño, ya que en ese momento el cuerpo cuenta con una capa de humedad y al aplicar la crema ésta se mantiene.

Las descamaciones son comunes en pieles que se tallan demasiado o utilizan jabón en exceso, ya que el cuerpo tiene su propio sistema de exfoliación y son pocos los casos en los que es necesario aplicar otro tipo de técnicas extras.

ADAPTACIÓN

La piel cuenta con sistemas de adaptación, así que las personas que tienen una dermis saludable pueden vivir en climas donde la temperatura alcance incluso los cuarenta grados centígrados, y salir de vacaciones a ciudades donde apenas se llegue a los quince grados por las tardes, sin presentar ningún problema.

Sin embargo, para quienes poseen piel sensible, los cambios bruscos de temperatura pueden ocasionar quemaduras, por lo que estas personas deben recurrir a cuidados básicos como el uso de bloqueador solar e hidratación, especialmente en los casos de lugares nublados, donde el sol no impacta directamente pero sí puede generar daños a quienes permanecen durante mucho tiempo a la intemperie.

Es importante que cada persona preste atención a los cambios de su cuerpo y vaya conociendo su tipo de piel, para poder aplicarle cuidados extras que la mantengan dentro del nivel o pH balanceado. En otras temporadas, por ejemplo, en primavera, se pueden presentar alergias en la piel debido al polen.

SIN VICIOS

Hay factores externos que perjudican la belleza de la piel, como el tabaco y el alcohol. Los especialistas señalan que fumar inhibe la formación del tejido elástico, lo que retarda considerablemente la cicatrización de las heridas, por lo que una recomendación fundamental para quienes recientemente tuvieron alguna cirugía, es que dejen el cigarro por completo durante su recuperación.

En cuanto al alcohol, este afecta la habilidad vasomotora de la piel, es decir, hay personas a quienes se les ponen las mejillas rojas o se ruborizan cuando consumen bebidas embriagantes, pero otros llegan a un problema denominado rosácea, en estos casos el alcohol se convierte en uno de los factores que contribuyen a la enfermedad, aunque no es el único. También, durante el invierno, el uso de la calefacción y el agua caliente pueden causar irritación, por lo que a la gente de piel delicada se le suele aconsejar que deje de tomar y fumar.

LA CARA

El cutis más graso del cuerpo es el del rostro, donde hay una mayor tendencia hacia el acné, por lo que requiere de cuidados especiales. Lo primero que se debe hacer es conocer el tipo de piel (seca, mixta, grasa) que se tiene y buscar un equilibrio, considerando el clima exterior.

En el caso de las mujeres, una piel sana es capaz de tolerar cualquier cosmético, pero cuando la piel es delicada, hay marcas que pueden sensibilizar más y otras que pueden ser resultar menos irritantes. También hay personas que simplemente no pueden utilizar cosméticos sin enfrentar problemas en su cutis, sin importar lo costosos o finos que sean.

Durante la temporada invernal, el clima frío del exterior choca constantemente con el ambiente cálido del hogar o lugar de trabajo, y aunado a otros factores como el viento, la contaminación y una alimentación diferente, pueden provocar que la piel sufra descamaciones, sequedades, enrojecimiento e irritaciones.

La cara, las manos, rodillas y codos son las partes del cuerpo que más se deshidratan durante los días fríos, así que no se debe olvidar humectarlos constantemente. En esta época, se hace necesario el uso de mascarillas hidratantes, nutritivas y regenerantes. Además, hay que lavar el rostro con un jabón neutro. El maquillaje en crema puede ser un buen producto para el invierno, pues hace el efecto de una segunda piel que ayuda a proteger. No obstante, quienes tienen una piel grasa necesitan utilizar maquillaje libre de aceite.

Por ello, de acuerdo a la edad se deben atender zonas específicas. Por ejemplo, en los niños pequeños se debe cuidar el área que cubre el pañal, porque es muy común que la piel se irrite cuando se les deja húmedos por más tiempo del necesario. En estos casos, la crema puede ser un aliado para los padres, ya que forma una barrera protectora que los previene de la dermatitis por pañal o el hongo denominado candida. Cabe mencionar que nunca se deben utilizar jabones de adulto con bebés.

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