Desde sus orígenes, la receta de la catsup, como se conoce en países como México, ha cambiado poco, pero su uso no ha pasado de moda y el producto sigue siendo básico en muchas cocinas del mundo. (ARCHIVO)
Algunos alimentos llegaron a las cocinas gracias a la propia naturaleza, mientras que otros tienen una peculiar historia en la que es clara la intervención del hombre.
La catsup o ketchup es uno de esos inventos comestibles cuya historia dependió de los factores mencionados.
Para hablar de los orígenes de este producto tiene que primero mencionarse que la palabra ketchup es un derivado de las palabras ke-tsiap, que en chino denominaba a una especie de salsa de pescado.
Dicha salsa fue descubierta por los ingleses y holandeses hacia el siglo XVII y fue llevada a Europa, donde en 1727 se volvería sumamente popular tras aparecer por primera vez en una receta descrita en un libro de cocina.
La salsa conocida ahora con el nombre en mención y que tiene su base en el tomate fue desarrollada por James Mease hacia el año 1840 y, curiosamente, originalmente fue llamada chutney, buscando diferenciarla del ketchup basado en pescado.
Tan sólo unos años después, esa salsa de tomate se volvió sumamente popular y la compañia de alimentos H.J. Heinz la incluyó entre sus productos haciendo que la salsa fuera de uso regular en todos los hogares, según describe The History Channel.
Desde entonces, la receta de la catsup, como se conoce en países como México, ha cambiado poco, pero su uso no ha pasado de moda y el producto sigue siendo básico en muchas cocinas del mundo.
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