Afecta talla baja a niños del sur
Los niños que viven en el sur de México crecen y se desarrollan menos que los del resto del país.
Del total de niños mexicanos en etapa preescolar, 14 por ciento presenta talla baja; sin embargo, si se toma en cuenta sólo a los que viven en el sur, 19.2 por ciento presenta un peso y estatura por debajo de lo que corresponde a su edad.
En cambio, la prevalencia de talla baja en la región centro es de 11.4 y en el norte de 8.9 por ciento, de acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012.
Carlos Antillón, miembro de la Sociedad Mexicana de Endocrinología Pediátrica, señaló que la falta de nutrientes limita la secreción de la hormona del crecimiento.
"Los grupos que viven en condiciones más precarias, son los que ven más mermado su consumo de alimentos y una de las muchas repercusiones asociadas a la desnutrición es la disminución en el crecimiento,
"Pero la falta de vitaminas y de hierro también se asocia con un desarrollo mental menos favorecedor. Eso influye en el desarrollo sicomotor y en las capacidades mentales de los niños", señaló en entrevista.
De acuerdo con Antillón, una vez que un niño con desnutrición empieza a recibir una alimentación adecuada podrían pasar entre seis y 12 meses para que recupere la salud.
"El tiempo que tarda en revertirse la desnutrición depende de la severidad del cuadro, la edad del niño y si hay algunas otras patologías o enfermedades asociadas. Un niño desnutrido podría recuperarse en seis, ocho o 12 meses.
"Pero de nada serviría que al paciente lo nutran sólo durante seis meses, porque después de un año puede volver a lo mismo. Lo que se necesita es mantener los requerimientos básicos para que el niño esté bien alimentado", señaló.
Dadas las condiciones de pobreza en ciertas regiones del País, apuntó, muchas veces no es posible satisfacer la ingesta requerida de proteínas a partir de alimentos de origen animal, por lo que es necesario buscar alternativas locales.
"Lo ideal sería tener un balance global en toda la población y que cuando menos comieran carne, pollo o pescado dos o tres veces por semana, pero eso no siempre es posible.
"Entonces hay que pensar en otras fuentes de proteínas de origen vegetal como el frijol y la tortilla, que son alimentos muy saludables, o la soya, que también es buena fuente de proteínas", planteó.
