Torreón Elecciones 2024 INE Salud Coahuila Seguridad Pública Torreón DIF Torreón

Labor a favor de migrantes

VOLUNTARIOS 'MUEVEN' AL COMEDOR SANTA CECILIA PARA AYUDAR A QUIENES LO ARRIESGAN TODO EN SU VIAJE A EUA

Cerco. La barda verde que colocó la empresa Ferromex impide a los migrantes bajarse del tren para descansar y un poco de comida.

Cerco. La barda verde que colocó la empresa Ferromex impide a los migrantes bajarse del tren para descansar y un poco de comida.

VIOLETA RODRÍGUEZ

Hace un mes y medio que Ferromex colocó una barda perimetral que impide a los migrantes bajarse a descansar bajo el puente de la avenida Cuahutémoc, a la altura de Peñoles. Activistas muestran su rechazo y preocupación por el destino de los cientos de migrantes que se dispersan en el camino.

En el marco del Día Internacional del Migrante la situación no ha cambiado, las condiciones en las que llegan a la Comarca Lagunera siguen siendo las mismas. El padre Miguel Ángel Cervantes, quien realiza labor por los migrantes, denunció que continúan las amenazas y extorciones.

 'SON COMO MIS HERMANOS'

Irma Valles pasa los días pegada del teléfono, en cualquier momento pueden llegar migrantes al comedor y ella sale "disparada" para atenderlos. Son ocho años que ha soportado críticas de los vecinos y hasta ha dado del dinero de su casa para apoyarlos.

Ella llegó al comedor Santa Cecilia como voluntaria, desde su casa veía como decenas de jóvenes deambulaban por la colonia hasta que se decidió ayudarlos. Su labor no ha parado desde entonces. Junto a otras dos señoras preparan comida para los más necesitados y sobre todo para los migrantes.

"En un migrante o en una persona necesitada miro a mi hermano, a un hermano mío con todas sus necesidades y en una situación diferente a la mía.

"Llegan fatigados, cansados, a veces destrozados anímicamente por todas las cosas que pasan por el camino y muy necesitados de una palabra de aliento y de apoyo que les podemos ofrecer nosotros".

Los hijos y esposo de Irma comprenden la labor que realiza, la apoyan y acompañan en el Comedor Santa Cecilia. Pero hay días que Doña Irma los lleva hasta su casa.

"Donde comemos dos o tres podemos comer otros tres más. Los invitamos a la casa y ahí comen muy a gusto con mi familia".

El hambre llega en los rostros de los migrantes relata Doña Irma. Todos llegan por plato de comida caliente y no se cansan de agradecerlo.

"El mejor pago que puede haber es verlos a ellos que se van contentos, te dicen "gracias madrecita, Dios la bendiga", cuando hablan de todo lo que viven por el camino, no hay nadan mejor que verlos contentos cuando ya llevan su pancita llena".

Las historias que Irma ha escuchado son terribles, cada migrante llega al comedor con una historia cada vez peor. Ella sólo los escucha y es que a veces sólo eso necesitan.

"Ellos pasan abuso, violación, incluso hasta la muerte. Robos y extorsiones, ellos pasan por tantas cosas tan tristes. Llegan destrozados cuando ven a un compañero que murió en el camino, ya sea balaceado, por el tren o hasta por la delincuencia como los cholos".

Hace unos meses llegó al comedor un migrante destrozado anímicamente, al principio no quería hablar, pero luego les contó. En un túnel por Orizaba, Veracruz, les dispararon y su amigo con el que viajaba recibió uno de los impactos y cayó del tren.

"Nos contó que su amigo no había avisado a su familia que se iba rumbo a los Estados Unidos, pero el migrante nos dijo que era preferible que la familia pensara que los abandonó y se olvidó de ellos a que supieran la verdad de lo que le ocurrió".

Para Irma fue una historia tan cruel que no ha podido olvidar, piensa en la familia del hombre que asesinaron a balazos y el destino de su amigo.

"El joven que estuvo con nosotros, finalmente se fue a seguir su camino, pero iba muy afectado por lo que le pasó a su amigo. Solamente Dios sabe qué fue de él, porque ellos pasan por muchos peligros".

Irma ha visto de todo en su labor con los migrantes, incluso han llegado niños a pedirle un plato de comida. Fue en un invierno muy duro cuando tocaron a la puerta un niño de 8 y otro de 11 años.

"Eran de Honduras, se vinieron solos a la aventura sin traer a nadie. Llegaron como a eso de las siete de la noche, el comedor regularmente se cierra a la cuatro ó cinco, pero ellos tenían hambre. Por medio del padre Miguel Ángel los mandaron a Cáritas y los aceptaron y sólo Dios sabe qué fue de ellos también".

Uno de los niños era huérfano y el otro aseguró que no lo querían en su casa. Los dos buscaban llegar a Estados Unidos para encontrar trabajo.

"Bien valientes los dos, hasta parecían gentes adultas, bien vividos y hasta incluso ya trabajaban en la obra. Ellos iban muy contentos a pesar del frío y todo, ellos querían la aventura".

 MENOS PUENTES, MÁS MIGRANTES

Doña Velia Vielma, otra de las voluntarias en el Comedor Santa Cecilia, asegura que los migrantes comen de todo, plato que les ponen enfrente y lo devoran. Eso sí, de picante no hablamos.

"A ellos nos les gusta el chile. Nosotras más o menos ya sabemos que no les gusta comer. Aquí hacemos calabacitas, lentejas, pollo y de las donaciones cuando hay carne, pues les damos carne".

Dice que a veces las donaciones son sólo costales de avena, pero ellas necesitan cocinar guisos porque los migrantes llegan hambrientos.

"Ya que dejaran de hacer tantos puentes y les dieran más atención a los migrantes porque ellos también son hermanos también de nosotros".

 NO CESAN LOS ABUSOS

Miguel Ángel Cervantes Cepeda, párroco de la Iglesia Santa Cecilia en la Colonia Las Julietas y representante de la Asociación La Laguna por los Migrantes A.C., relató que hace un mes y medio que cercaron las vías de Ferromex el flujo de migrantes disminuyó drásticamente en la zona.

"Antes nos llegaban hasta 20 migrantes y ahora es muy esporádico. Llegan 4 ó dos por la madrugada. Nos preocupa que pueda estar sucediendo con ellos. Están expuestos a la delincuencia.Y luego la policía a veces también los amenazan y les quitan el dinero".

El sacerdote dijo que no desconocen la suerte de los cientos de migrantes que antes alimentaban bajo el puente en la Avenida Cuahutémoc y ahora deambulan por la ciudad.

"Es muy negativo todo esto. Ahora en cuanto a que se bajan, se dispersan y eso es lo malo. Se van por la Alianza, el Centro y ellos no saben ni para donde arrancar. Acá como quiera se bajaban en el puente y nosotros les dabamos ropa o un plato de comida"

Señaló Cervantes Cepeda que de 80 migrantes que antes se bajaban en una tarde, ahora son sólo 3 ó 4 personas.

"Nos llegaban al puente como 80 migrantes y nosotros los alcanzábamos a asistir a unos 35 migrantes para darles de comer. Ahora son 3 ó 5 migrantes diarios, acá por el lado de Cementos y que se llegan a bajar por equivocación. Nos han llegado de 10 ó 15 migrantes de un sólo golpe, pero ya en la noche".

Indicó que ya tienen un lugar que se está construyendo para habilitarlo como Casa del Migrante, actualmente tiene una casa en renta en la colonia La Julietas. En la mayoría de los casos trasladan a los migrantes al Albergue de Cáritas, sólo que tienen que costearles el taxi.

"Les costeamos el taxi para Cáritas, les cobran de 40 a 35 pesos, aquí las voluntarias hacen actividades, como comidas y el bazar permanente para sacar comida. Aquí no tenemos esa conciencia o esa sensibilidad de esa gente que está completamente desprotegida y que siente la inseguridad. La gente también por la misma desconfianza no los ayuda, son los menos que les ayudan".

 TODO POR SU HIJA

Ricardo es hondureño, responde con monosílabos y su mirada es esquiva. Llegó en la madrugada a Torreón y pasará la noche en un albergue. Lo deportaron hace unos días y sólo piensa en volver a ver a su hija Ingrid.

"No he hablado con ellos, pero ya como quiera ya voy de salida, ya voy para allá. Poco a poco llegaré, yo creo que me tardaré como 15 días".

La gente le dijo que hay una casa de hermanos donde puede pasar la noche, aunque primero prefiere unos cuantos pesos más para asegurar la comida, "de un pesito o de dos, pero ya comí y almorcé con eso tengo".

Él llegó hasta Ciudad Juárez, dijo que al intentar cruzar de inmediato lo regresaron, prefiere omitir los detalles y se limita asentir con la cabeza.

"Ya sé cómo está todo, casi cada tres o cuatro años va uno para allá y de regreso, pues sabemos a donde llegar.

3 MIGRANTES

Llegan a los comedores a raíz del cierre de Ferromex

80 MIGRANTES

Bajaban antes de la cerca que colocó Ferromex

Para ayudarlos

El comedor de migrantes y personas necesitadas 'Santa Cecilia' se ubica en la colonia Julietas, en calle Querétaro y Torreón y permanece abierto las 24 horas. Si desea comunicarse, puede hacerlo al 730 5598.

⇒ El comedor requiere entre otras cosas de alimentos; aceite, huevo, atún, enlatados y frescos para cocinar.

⇒ Ropa en buen estado para hombre y mujer de todas las tallas, así como zapatos deportivos.

⇒ Pomadas para pies, entre otros.

⇒ Todo el año, todos los días se requiere de ayuda para quienes buscan el sueño americano.

'No he hablado con ellos (familia), pero ya como quiera ya voy de salida, ya voy para allá. Poco a poco llegaré”.
RICARDO, Migrante
'No he hablado con ellos (familia), pero ya como quiera ya voy de salida, ya voy para allá. Poco a poco llegaré”. RICARDO, Migrante
Cerco. La barda verde que colocó la empresa Ferromex impide a los migrantes bajarse del tren para descansar y un poco de comida.
Cerco. La barda verde que colocó la empresa Ferromex impide a los migrantes bajarse del tren para descansar y un poco de comida.
Indefensión. Antes eran decenas de migrantes los que bajaban del tren en el mismo punto, ahora se dispersan por la ciudad.
Indefensión. Antes eran decenas de migrantes los que bajaban del tren en el mismo punto, ahora se dispersan por la ciudad.

Leer más de Torreón

Escrito en: inmigrantes

Noticias relacionadas

Siglo Plus

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Cerco. La barda verde que colocó la empresa Ferromex impide a los migrantes bajarse del tren para descansar y un poco de comida.

Clasificados

ID: 944149

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx